martes, 4 de noviembre de 2008

Pronto el nombramiento de uno o varios jueces de la Corte Suprema


Washington D.C-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Una de las decisiones fundamentales que deberá tomar el próximo presidente de Estados Unidos es el nombramiento de uno o varios jueces de la Corte Suprema, órgano que interpreta la Constitución y que ahora se encuentra en un precario equilibrio.


La decisión trascenderá además su mandato, pues los escogidos ocupan el puesto de por vida. Teóricamente, es una garantía de la separación de poderes. Pero en algunos momentos, la independencia se pone en peligro.
Durante su mandato, George W. Bush nombró a dos jueces claramente conservadores. Seis de los nueve tienen más de 69 años. Entre ellos, John Paul Stevens, nombrado por el presidente Gerald Ford en los setenta y que con 88 años podría renunciar, lo mismo que Ruth Ginsburg, de 75 años y la única mujer, y David Souter (69); los tres liberales.
Por eso, el futuro del órgano que debe pronunciarse sobre algunas de las cuestiones que más polémica levantan (aborto, eutanasia, derechos de los homosexuales…) quedará ahora en manos de John McCain o Barack Obama.

Y la decisión llegará en un momento delicado. “La corte está realmente dividida en dos bandos: cuatro jueces votan siempre de la misma manera, otros cuatro lo hacen contra ellos, y en el medio el juez Kennedy”, ha explicado el profesor de la Facultad de Derecho de Regent (Virginia) Bradley Jacob.
“La Corte está tan solo a un juez de una mayoría solidificada muy a la derecha que podría causar importantes destrozos en la Constitución y los derechos de los estadounidenses”, estimó en julio en un editorial el New York Times. “Esta vez, Roe vs Wade podría pesar verdaderamente en la balanza”, indicó por su parte el diario Los Ángeles Times a principios de octubre; ambos diarios liberales.
La Corte Suprema puede atenerse a la literalidad de la Constitución del siglo XVIII o reinterpretarla acorde con los nuevos tiempos.


Su fallo más simbólico, que todavía hoy se debate en Estados Unidos, corresponde al caso Roe vs Wade, sobre todo tras la designación de la candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, que se opone ferozmente al aborto. En 1973, la Corte juzgó constitucional la decisión de abortar para las mujeres embarazadas, aunque el alto tribunal puede retomar cuestiones ya juzgadas.
El sistema de frenos y contrapesos de la política estadounidense no da libertad absoluta al presidente. Su elección debe ser avalada por el Senado y si un partido tiene una mayoría cualificada puede vetar la decisión (algo improbable, pero que puede ocurrir también el 4 de noviembre ). Eso ocurrió en 1987, cuando el tercer elegido de Ronald Reagan, el muy conservador Robert Bork, fue rechazado.
Aunque ni Obama, licenciado en Derecho, ni McCain han dado nombres, en los mentideros jurídicos ya se hacen pronósticos. Y al parecer hay consenso: lo ideal sería elegir a una mujer hispana, para abrir el órgano a la realidad de la nueva sociedad. De las minorías estadounidenses, sólo los negros han tenido representación. El primer juezafroamericano fue elegido en 1991 y ahora ocupa el puesto el conservador Clarence Thomas.

 
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