EL SALVADOR-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Los salvadoreños celebran otra elección presidencial, diecisiete años después del fin de la guerra civil. De nuevo la contienda se polarizó entre los partidos mayoritarios; la antigua guerrilla del FMLN y el derechista partido Arena.
En esta campaña política la iglesia evangélica tuvo un papel protagónico. Pastores e iglesias tomaron posiciones a favor o en contra de los candidatos.
Uno de esos candidatos fue Tomás Chévez, líder de la iglesia Elim en San Salvador. El presentó su candidatura presidencial dentro del partido conciliación nacional, pero sorpresivamente la agrupación decidió apartarse de la contienda.
“Nunca nos informaron que nos iban a desinscribir ni mucho menos que nos iban a expulsar”, dice Chévez.
El caso molestó a las iglesias pentecostales. Los pastores de la Iglesia Elim repudiaron la actitud del partido conciliación. En un comunicado dijeron que:
“Los partidos PCN y Arena humillaron a la ciudadanía cristiana que deseaba apoyarles. El PCN traicionó a su candidato Tomás Chévez. El PCN propuso a Chévez con el interés mezquino de atraer el voto evangélico”.
Ante esto el liderazgo del partido afirmó lo siguiente:
“Hubo intervención del FMLN con nuestro candidato y en el momento en que se decidió retirarlo a el, aunque yo no estuve de acuerdo en la forma, simplemente teníamos que retirarnos”, dice el Coronel Antonio Armendaris, Diputado del PCN.
En medio de este conflicto, lo que resulta evidente es el peso que tienen los cristianos a la hora de decidir las elecciones en el salvador.
Tomando en cuenta que casi un 30 por ciento de la población es evangélico, este sector se ha convertido en un gran pastel para los partidos políticos quienes sin duda quieren la mejor parte.