Serbia .- ( AGENCIALAVOZ.COM ) El arcipreste Branislav Peranovic de Novi Pazar asegura que los problemas de drogas se curan “con mano dura”. “Cualquiera que tiene una basura en casa sabe de lo que estoy hablando”. No es una opinión de café, es la del hombre que tiene a su cargo un centro de rehabilitación de drogadictos.
Las tesis del arcipreste Peranovic son ley en Crna Reka. Nada de esto se hubiera sabido de no ser por la existencia de un vídeo colgado en su edición digital por la revista Vreme en el que se ve a un cuidador azotar a un paciente con una pala de hornear pan mientras que un segundo le sujeta las manos. Después, el cuidador golpea al hombre imitando las artes marciales.
En el centro de Crna Reka dependiente de la Iglesia ortodoxa no sólo no se niegan los hechos, sino que los justifican. Dicen que es parte de la terapia, y que ésta es aprobada por los padres. Sasa Jankovic, encargado de los derechos humanos en el Gobierno serbio, tiene otra opinión. Asegura que no se trata de una terapia, sino de un acto criminal.
Un antiguo paciente del centro cuenta que las palizas se llevan a cabo delante de los demás y que en ellas participan los sacerdotes.