Corea del norte.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Es uno de los países más represivos del mundo en su trato a los cristianos. Pero eso no detuvo a un joven creyente a cruzar la frontera hacia esa nación.
Roberto Park, de 28 años, dijo que su misión era predicar el Cristianismo y llamar la atención del mundo hacia los abusos a los derechos humanos en ese país. Oficiales norcoreanos arrestaron a Park y ahora se desconoce su paradero.
El joven dejó el siguiente mensaje: "Soy cristiano y la Biblia dice que debemos amar a los perdidos, amar a los pobres y necesitados, debemos amarlos más que a nosotros mismos."
Park, nacido en Arizona, Estados Unidos, dijo a la agencia Reuters que estaba dispuesto a entregar su vida para dar el Evangelio al pueblo norcoreano. “Estoy dispuesto a morir para liberar a Corea del Norte. Si muero es mejor. Es difícil para mí pensar en ser ejecutado y golpeado, pero como cristiano tengo que negar esos sentimientos”.
El 24 de Diciembre Park entró a Corea del Norte desde China, cruzando el congelado río Tumen. Llevaba una larga carta al líder norcoreano, Kim Jong-il, pidiéndole que acepte el amor de Dios y que renuncie al poder. Park dijo que lo hacía para llamar la atención del mundo hacia el sufrimiento del pueblo norcoreano.
Se calcula que unos 200 mil presos políticos permanecen en media docena de campos de concentración, entre ellos miles serían cristianos. Mientras tanto, otros treinta mil norcoreanos serían cristianos en secreto.
Según testigos oculares, Park llevaba una Biblia y gritaba 'Dios les ama' y 'Dios les bendiga' al cruzar la frontera. Los guardias norcoreanos lo detuvieron de inmediato.
La llegada de Park y el mensaje que llevaba de seguro ha creado mucha molestia entre las autoridades norcoreanas.
“Proclamar el cristianismo es un ataque directo al régimen de Kim Jong-il, porque todo el pueblo en Corea del Norte es criado para adorarlo. Él es su dios y el cristianismo es condenado y puede llevar a la ejecución”, asegura Suzanne Scholte, de la Coalición para la Libertad de Norcorea.
Park dijo a Reuters que no quería que el gobierno de Estados Unidos lo liberara hasta que los norcoreanos sean verdaderamente libres.
En Corea del Sur y en su pueblo natal, la familia y amigos de Park están celebrando vigilias de oración a su favor. Muchos de los que han visto su entrevista en la web lo admiran por su valor y pasión.
“Es un maravilloso hombre de Dios con un corazón compasivo. Realmente ama a la gente y ama a Dios”, dice Maggie Drabing, amiga de Park.
El joven misionero ahora solo puede esperar y orar para que las autoridades norcoreanas le muestren compasión. Cruzar la frontera ilegalmente lleva una condena de tres años. Algunos activistas piensan que se le puede acusar de usar el cristianismo para socavar al régimen, un crímen que conlleva la pena de muerte.
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