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Lo que en un principio parecía una apertura hacia esos sectores —su afirmación de que no tendría problema de que haya obispos con inclinación homosexual— pronto fue tachado de actitud intransigente por quienes supuestamente le tenían que aplaudir, ya que Williams precisó que no sólo esos obispos sino también los sacerdotes y diáconos que pueda sentir atracción hacia el mismo sexo deben observar una vida de celibato, algo que la Iglesia de Inglaterra no reclama a los heterosexuales.
El primado se vio atacado tanto por quienes defienden la ordenación de gays que practican sexo homosexual, como ha ocurrido entre la Iglesia Episcopaliana de EE.UU. (denominación anglicana en ese país), como por quienes dentro de la Iglesia de Inglaterra recuerdan que actos sexuales entre hombres o entre mujeres están explícitamente condenados en la Biblia.
Éstos acusan a Williams de querer mantener un equilibrio entre las distintas facciones y de fundamentar el rechazo al sexo gay de obispos o sacerdotes no en la Revelación, sino en una mera cuestión de tradición que un día podría cambiar.
«Para decirlo simplemente —había dicho el arzobispo de Canterbury en sus polémicas declaraciones, en el marco de una entrevista con «The Times»—, no hay ningún problema acerca de una persona gay que es obispo. Se trata de estándares tradicionales e históricos que se espera que observen. Es siempre una cuestión de la vida personal del clérigo». Con ello, Rowan Williams distinguía entre la dignidad de la persona con orientación homosexual, y el acto sexual, como hace la Iglesia Católica, aunque el primado anglicano evitaba calificar éste de intrínsecamente malo y justificaba su rechazo en cuestiones de «estándares tradicionales e históricos».
Orientación sexual
Para evitar mayores tensiones entre la Comunión Anglicana de todo el mundo, la Iglesia de Inglaterra pidió hace dos años a la Iglesia Episcopaliana estadounidense que estableciera una moratoria en la ordenación como obispos de personas gays, tras la elevación al obispado de polémico Gene Robinson, pero en mayo se consagró a una lesbiana. Los anglicanos de África han amenazado repetidamente con abandonar la Comunión si se sigue en esta deriva en la aceptación de la práctica homosexual.
En Inglaterra, Jeffrey John, sacerdote homosexual que no mantiene relaciones, ha sido dos veces considerado para cubrir un puesto de obispo. Las dos veces ha sido desestimado porque se ha justificado la existencia de otro candidato más idóneo, aunque otras voces han considerado que al sacerdote John se le ha marginado claramente por su orientación sexual.
