JAPON.-(AGENCIALAVOZ.ORG)Cristianos sobrevivientes del mortífero terremoto y tsunami que devastó sus casas e iglesias el 11 de marzo, dejando más de 27.000 muertos, poco a poco están empezando a darse cuenta que no podrán regresar a casa de nuevo.
No sólo han perdido todo, sino que muchos probablemente tendrán que empezar sus vidas en nuevas ciudades lejos de la mortal radiación de la central de Fukushima Dai-Ichi.
"Más que otra cosa", dice un sobreviviente llorando, "lo peor es que he perdido mi iglesia. Pero no seré derrotado". Misioneros japoneses describen la ayuda de emergencia que han estado recibiendo para las víctimas como esencial, pero están ahorrando tanto como sea posible para la reconstrucción de iglesias.
Mientras tanto, iglesias japonesas aún de pie están haciendo una labor heroica, ayudando a entregar suministros y ayudando a la gente a limpiar sus hogares. Sólo aproximadamente el 1,5% de la población de 126 millones de Japón son creyentes, lo que los convierte en el segundo mayor grupo de personas no alcanzadas del mundo.
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