viernes, 6 de septiembre de 2013

Un riesgo creciente: la legislación pro gays concede privilegios ajenos a la homofobia

ESPAÑA-.(AGENCIALAVOZ) La abundancia de legislación favorable a los grupos homosexuales en España conlleva un cierto riesgo: otorgar a ciertos de sus miembros una posición de privilegio que les permite en algunas ocasiones utilizar su condición de homosexual como argumento favorable ante otro tipo de conflictos que nada tienen que ver con la homofobia.

El ejemplo más reciente sobre la posible utilización de la condición de homosexual para hacer público un supuesto caso de homofobia es el del joven David Cámara, de 25 años, que ha denunciado a una doctora de su centro de salud porque, según él, le aconsejó un tratamiento contra su homosexualidad.

David dice que acudió el pasado 29 de agosto a la consulta médica del centro de salud del barrio de Belén y San Roque de la capital jiennense acompañado por su madre y la pareja de ésta para que le trataran de la ansiedad que sufría desde hace algunas semanas.

 La versión del paciente
Tras explicar a la doctora los síntomas que padecía, como ansiedad, insomnio y vómitos que, a su juicio, eran fruto de los problemas laborales que había sufrido en la última semana, de la enfermedad de su padre y, especialmente, de la ruptura de una relación que había mantenido con otro chico durante nueve años, asegura que la respuesta de la médico, tras conocer su inclinación sexual, fue recomendarle iniciar un tratamiento para curar su homosexualidad.
Cámara pretendía que la doctora lo derivara a una consulta psicológica, pero la respuesta que recibió no era lo que esperaba. "Me dijo que me hiciera una analítica porque los gays tendemos a pillar muchas enfermedades y a propagarlas. Y encima me dijo que tenía un trastorno en la cabeza que había que tratar", explica David.


Por ese motivo, el joven jiennense ha presentado en el Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén una denuncia contra la facultativa que lo atendió por homofobia y también ha interpuesto una reclamación contra el centro de salud.

David asegura que está dispuesto a luchar para defender sus derechos: "Si nos mantenemos en la sombra no avanzaremos nunca", recalca.

Su denuncia se ha visto inmediatamente respaldada por la Federación Arco Iris de Gays y Lesbianas, que ha pedido una investigación a la fiscal anti-homofobia y la incoación de un expediente disciplinario contra la Consejería de Salud y Bienestar Social.

Esta organización gay, que asesora al joven, ha pedido a la Consejería de Salud y Bienestar Social que acelere el trámite de la reclamación interpuesta para "evitar la sensación de impunidad que en demasiadas ocasiones tienen los colectivos minoritarios en la defensa de su derecho a no sufrir discriminación".

 Según esta asociación, desde el pasado mes de mayo han derivado a la fiscalía regional antihomofobia media docena de casos de diferentes provincias andaluzas, dos de ellos de la provincia de Jaén. También han pedido mantener una reunión con la doctora D.C.M. "para que explique si sus recomendaciones clínicas están basadas en estudios científicos actuales o en prejuicios pseudo-religiosos del siglo pasado".


Los argumentos de Salud

Por su parte, el Distrito Sanitario Jaén-Sur informó que se está recabando toda la información que se pondrá a disposición de las instancias judiciales que lo requieran. "No se ha tratado la homosexualidad como una enfermedad. La profesional estuvo atendiendo al paciente y recomendando pruebas y tratamientos para el cuadro de síntomas que presentaba, además de una batería de pruebas para descartar posibles patologías (que sugerían los síntomas que describió el paciente en la entrevista clínica)".

 El comunicado de los responsable de Salud subrayan que "el procedimiento asistencial ha sido el habitual en el marco de una consulta y, en todo momento, la médico se ha dirigido al paciente de una manera respetuosa".

Salud concluye, por tanto, que en ningún caso esta profesional ha valorado la homosexualidad como una enfermedad, "por lo que la denuncia de este paciente carece de fundamento". No obstante, se ponen a disposición de las instancias judiciales para aclarar la situación.

 ¿Homofobia o privilegios?
A la espera de lo que decidan los jueces, cabe preguntarse si estamos realmente ante un caso de homofobia o de utilización de los privilegios que otorga la legislación vigente para reivindicar la condición de homosexual del denunciante.

Los ejemplos de denuncias por homofobia en este sentido son diversos: el despedido de una empresa que argumenta que se le ha echado por ser gay; homosexuales que practican acercamientos sexuales en lavabos públicos de centros comerciales y que al ser expulsados denuncian discriminación; o el reciente caso de una rutinaria redada nocturna policial en Barcelona en busca de droga que coincidió con el Día del Orgullo Gay y que el Frente de Liberación Gay denunció ante el Ayuntamiento por ser "desproporcionada y abusiva".

En cualquier caso, hay que señalar que no se trata de un comportamiento generalizado del colectivo homosexual sino de algunos de sus miembros que, además, con su comportamiento, perjudican al resto del colectivo al plantear ellos mismos de forma genérica lo que es un conflicto de unos pocos.

 Desnudos en Vancouver
Otro caso de privilegios para el colectivo homosexual, en esta ocasión al otro lado del Atlántico, es la noticia que se publicó en los medios a primeros del mes de agosto.

Tanto la policía de Vancouver como los funcionarios municipales “confirmaron que no tenían problema con la desnudez en público” en la Marcha del Orgullo Gay que se realiza anualmente en la ciudad.
 Aunque el Código Penal de Canadá considera ilegal estar desnudo en un “lugar público” y el artículo 174 establece que una persona que está “vestida de manera tal que ofende la decencia pública o el orden público” es “culpable de un delito castigado con una condena sumaria”, en la Marcha del Orgullo Gay se hace una excepción.
 Aunque los informes sobre esa marcha celebrada el 4 de agosto de este año mencionan solamente “parranderos ligeros de ropa” y “ropa muy corta”, a la marcha del año pasado asistió un grupo de hombres llamado Foreskin, quienes expusieron sus genitales en las calles de la ciudad, según informa LifeSiteNews.

 Ante la pregunta que hicieron al Vancouver Police Department (VPD) [Departamento de Policía de Vancouver], por correo electrónico, de si acataría el artículo 174 del Código Penal al presenciar desnudez explícita en un evento público como la Marcha del Orgullo, el VDP contestó: “desafortunadamente su pregunta no puede contestarse con un sencillo sí o no como usted parece estar buscando”.

“Existen muchas maneras de resolver o manejar a personas y situaciones que son ilegales. Eso puede incluir o no la detención”, escribió el agente Brian Montague, funcionario de relaciones con los medios.

 Insistiendo en la pregunta, en esta ocasión al alcalde Gregor Robertson, su oficina respondió que el propio alcalde había asistido a la Marcha del Orgullo y había considerado al evento como una “celebración extraordinaria de igualdad, diversidad, y de contribución de la comunidad LGBTTQ de Vancouver”.

 Por su parte, la columnista pro-homosexual del Vancouver Sun, Shelley Fralic, criticó fuertemente la marcha del año pasado como un “espectáculo obsceno público prohibido para menores de edad” realizado por funcionarios conforme a un “doble criterio”.

“¿Cuándo, exactamente, la desnudez se convirtió en la nueva normalidad? ¿Y por qué está bien que todo lo antedicho tenga lugar en público, mientras tal conducta más comúnmente nos llevaría delante de un juez?”.

 “¿Cómo es que un hombre se puede exponer en un parque público y, con toda la razón, lo meten en prisión, pero a un grupito de muchachos y muchachas con los colores del arco iris que se desvisten haciendo bailes groseros en la calle Denman es considerado diversión familiar?", añadió.

“Si uno no puede pasearse desnudo por el área de comidas del Metrotown, y Dios mío, por favor no lo haga, sin que la seguridad se oponga, ¿por qué a los participantes desnudos de la marcha ahora periódicamente se les otorga una licencia cívica para realizar espectáculos obscenos públicos prohibidos para menores?”, concluyó Fralic.

 
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