lunes, 10 de marzo de 2014

Jesús se acerco a Mujeres que Nadie veía




 Por: Ps Gloria Maza Gonzalez

EE.UU.-(AGENCIALAVOZ) Quien te ve? Quien te mira? Quien se detiene a escuchar tu corazón? Si alguien se tomare un tiempo para hablar contigo, solo escucharte, que le dirías?
Como mujeres podemos  tener rincones en nuestro corazón con preguntas guardadas, deseos postergados, proyectos en espera. A través de los años he conocido a muchas mujeres, algunas de ellas llenas de vigor, otras esperando una nueva oportunidad, otras llenas de fe y esperanza,  y otras con cargas tan pesadas que sus ojos reflejaban el dolor.
Jesús se encuentra con una mujer y le dice: te vi, te sentí, se que estás ahí.  Ella quiso pasar  inadvertida  y pensó… “SI  SOLO TOCARE EL BORDE DE SU MANTO SERE SALVA” (Mateo 9:20-22)  Dice el relato bíblico que  se acerco por  detrás y entre una multitud, pero El supo que ella estaba allí, preguntó,  Quien me ha tocado?  Se volvió hacia ella y la miró. No solo se dirigió a su cuerpo enfermo, sino a su alma cansada por  doce  años sobrellevando una enfermedad: “Ten ánimo hija” , miro  su corazón, supo que necesitaba.  

 Dios dirige su mirada hacia cada una de nosotras, traspasa lo que se ve y sabe que necesitamos y por sobre todas las cosas sabe valorarnos. No se queda sin vernos sin darnos una palabra.
Le  presenté a elección a una mujer muy joven: dinero, seguridad o belleza? eligió seguridad, miró a su joven esposo y agregó, estar segura con él.  Me acerque a otra y le pregunté,  que crees tú que es lo que más necesita una mujer?  respondió, “ por más que te diga, amor, comprensión, compañía, eso es cliché, somos muy complejas, somos puro sentimientos y eso nos atraviesa, de seguro algo que también nos haga sentir valoradas como ser humano, sentirnos útil y que podamos posicionarnos de otra manera  y enfrentar el mundo distinto”

Cual  sea nuestra respuesta o pensamiento, Dios dirige su mirada hacia cada una de nosotras, traspasa lo que se ve  y sabe que necesitamos y por sobre todas las cosas sabe valorarnos. No se queda sin vernos sin darnos una palabra.  La mujer del relato bíblico necesitó dos palabras: Ten ánimo! Y tu fé te ha salvado!

Para escuchar la palabra que necesitamos, nuestro corazón necesita estar abierto a Dios, dispuestas a acercarnos, a charlar con El, a darle su tiempo para conocerle a depositar nuestra fe en El.  Un amor  sobrenatural  nos envuelve, nos cobija, nos hace sentir niñas nuevamente en su regazo, amadas, elegidas por El.  Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida.  Nuestro pasado  lo dejamos en la cruz, nuestro presente lo ponemos en sus manos, y nuestro futuro lo confiamos a sus promesas.

 
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