viernes, 14 de marzo de 2014

“Un aborto se hace con amor”… por 1.300 dólares: El País entrevista a un ginecólogo brasileño

El médico abortista considera que el aborto es “un procedimiento tan ético como el parto”, y confiesa que abortó a su propio nieto de su hija embarazada con 19 años; cuando lo agendaron “me quedé con miedo de que cambiase de idea”, afirma

ESPAÑA-.(AGENCIALAVOZ) El periódico El País es una de las principales cabeceras españolas y principal promotor del aborto en la prensa del país. En una entrevista reciente, del 8 de marzo retrata el negocio que esconde el aborto y sus protagonistas al entrevistar a un ginecólogo brasileño que practica abortos clandestinos y que afirma que “un aborto se hace con el mismo amor con el que se atiende un parto”.

“Vanidoso, seductor y risueño” es como describe El País a este médico abortista con cuatro décadas de experiencia en abortos clandestinos. De este modo el diario pretende


“Igual que no lleva la cuenta de ecografías o tratamientos contra la menopausia”, según explica el diario, el ginecólogo tampoco sabe decir cuántos abortos clandestinos ha practicado. También niega que se lucre con su actividad y se considera un activista de los derechos de las mujeres aunque cobre 3.000 reales por aborto (1.300 dólares) en su clínica de São Paulo.

El médico afirma que en Brasil se realiza “un millón de abortos por año y mueren cerca de 30.000 mujeres que han sufrido alguna secuela”. Una estrategia que ya ha utilizado el lobby del aborto cuando ha presionado para legalizar su práctica en algún país: inflar las cifras del número de abortos clandestinos, ya que no se pueden medir, y las de las presuntas mujeres fallecidas por culpa de esos abortos. En España, por ejemplo, antes de su despenalización los abortistas afirmaban que 200.000 españolas abortaban al año. La realidad es que tras su despenalización el número fue enormemente inferior y a día de hoy cada año abortan en España 110.000 mujeres.

Este ginecólogo abortista dice creer que “la interrupción es un procedimiento tan ético como un parto”, ya que a su juicio “el Gobierno no garantiza la salud, no da educación... ¿cómo va a exigir que una mujer tenga más hijos?”.

El ginecólogo, del que El País no da su identidad para protegerle, dice haber abortado vidas en una niña embarazada con diez años y medio, otra de 13 embarazada de su vecino, en una mujer presuntamente embarazada de un sacerdote, y en una monja, lo cual tilda de “hipocresía”.

El ginecólogo afirma que su vocación por los abortos clandestinos nació cuando dejó embarazada con 18 años a su novia de 20 y la acompañó a abortar a “un lugar horroroso”. Dice que empezó practicando abortos “en los casos de malformación” del feto ya que considera que ese tipo de “problema” “acaba con la vida de pareja”, casos en los que, según él, “ni el Estado, ni la Iglesia, dan apoyo”.

“Un procedimiento tan ético como el parto”

Este ginecólogo anónimo considera el aborto “un procedimiento tan ético como el parto” y tilda la situación de ilegalidad del aborto en Brasil de “hipócrita”.

A la pregunta de si tiene familia afirma que tiene una hija que se quedó embarazada con 19 años: “Le pregunté lo que quería hacer. Y dijo: ‘quiero interrumpirlo’. Pregunté ‘¿estás en ayunas?’. Dijo que no y lo agendamos para el día siguiente. Fue la noche más larga de mi vida, me quedé con miedo de que cambiase de idea. Pero después, por la noche, salimos a cenar y dijo: ‘vamos a tomar una copa de vino para celebrar este alivio’. Solo quien ha pasado por eso lo sabe... Después tuvo hijos, yo atendí el parto”.


A pregunta del periodista el abortista considera que no le supuso un problema abortar a su nieto: “todas las mujeres son iguales” afirma, y agrega: “Siempre queremos lo mejor para nuestros hijos”.

En la entrevista le interpelan afirmando que su nombre es el más citado por las mujeres a la hora de abortar, él contesta: “Sí, uno lo hace con ética, con decencia, seguridad, libertad, amor. Con el mismo amor con el que uno atiende un parto se hace un aborto. Porque eso le sucede a la mujer. En ese momento lo necesita. El hombre jamás va a saberlo, jamás va a quedarse embarazado. ¿Qué va a entender sobre interrumpir algo que jamás va a sucederle?”.

Este anónimo que se considera un “activista” dice que –a pesar de cobrar 1.300 dólares por aborto y haberlo hecho durante 40 años- lo hace por “convicción” ya que no se “resigna” al “sufrimiento de la mujer”. Además admite que ha bajado el ritmo: “Hoy practico un aborto por día, y hay días que no lo hago. Pero a veces uno ve la situación de la persona y lo hace... por pena, que es un sentimiento muy malo”.

El médico abortista que afirma que “el aborto es tan simple que el equipo soy yo” dice que el hecho de que realice abortos clandestinos “no influye en el precio”, y se justifica asegurando que hizo cientos “de forma gratuita”. Cabe tener en cuenta que en España un aborto puede oscilar entre 300 y 700 euros.

 
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