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Minutos después de las diez de la mañana daba comienzo desde la glorieta Francisco Villa la “Marcha por la vida y la familia” organizada por la Alianza Todos por la Vida, que discurrió por los carriles de bajada en dirección a la Plaza del Ángel. A las alrededor de 500 personas que se concentraban a la hora de inicio se fueron añadiendo más contingentes. Vida y Familia, Jóvenes por la Vida, Unión Nacional de Padres de Familia, Mujer con Valor, Comisión Mexicana de Derechos Humanos y Centro de Ayuda para la Mujer fueron algunas de las asociaciones que secundaron la marcha.
Los manifestantes portaron pancartas contra el aborto y en favor de la institución de la familia, rubros que según la organización reciben en la actualidad los mayores ataques por parte de las autoridades. En ellas, expresaron su firme respaldo a la vida desde su concepción hasta la muerte natural, asegurando que los constantes intentos de legalizar el aborto constituyen una aberración.
Del mismo modo, se opusieron a la revisión de los Códigos de Procedimientos Familiares y Civiles en la que trabaja el Congreso del estado ante la posibilidad de que se incluya la unión de personas del mismo sexo bajo el término de matrimonio. A este respecto, aseguraron que supondría legalizar el fin de la unión con el fin de concebir nueva vida, por lo cual la calificaron de antinatural.
Durante el mitin final en la Plaza del Ángel, con constantes gritos de “¡Viva la vida!” y “¡Familia, familia, familia!”, se manifestó que la familia y la concepción de vida no pueden estar supeditados al placer y la satisfacción sexual, y denunció la injerencia del Estado.
“¿Por qué el Estado legisla su perspectiva de familia ignorando tratados internacionales?, ¿nuestros hijos son del estado? Noooo, no vamos a permitir que se legisle sin perspectiva de familia. Nuestros hijos tienen el derecho a ser educados por sus padres”, refirieron.
Además, pusieron de manifiesto que los programas educativos actuales atentan contra la dignidad de los niños, jóvenes adolescentes y padres de familia, en especial los relativos a los derechos sexuales reproductivos.
“Un derecho es algo que no puede negar a las personas sea cual sea su condición, el simple hecho de tener una dignidad humana nos hace acreedores de derechos, sin embargo, no podemos en la práctica utilizar los conceptos universales de la dignidad humana como medios para propagar intereses políticos y personales”, aseguraron al micrófono.
“El Estado no está tomando en cuenta todos los matices de la persona, todas las dimensiones, nos está reduciendo a los jóvenes a una dimensión sexual y reproductiva que sólo nos enfoca en la satisfacción de los deseos y pasiones”, agregaron, precisando que no se puede reducir la conducta humana a la sexualidad, “los jóvenes somos más inteligentes que eso, sabemos y podemos controlar nuestras pasiones porque vamos allá de un simple deseo sexual”.
Es por ello que señalaron que los temas de salud sexual y reproductiva, como valores de las personas, deben ser tratados desde el seno de la familia y el Estado no debe interferir en la forma de la transmisión de los valores y actitudes que son funciones propias de esta institución.
“Los embarazos en las adolescentes, que hoy por hoy están en los índices más altos en nuestro estado, no es a través de estos programas de la difusión del condón, no es a través de repartir anticonceptivos, estos programas lo único que motivan es a dar rienda suelta a cosas que ni siquiera se consideraban, nosotros estamos buscando programas que enseñen a amar, que hagan que se fortalezca la voluntad”, afirmó la speaker.
En este sentido, refirieron que es a través de la familia como conocieron el valor del autocontrol y “nos hemos permitido vivir en plenitud descubriendo en cada etapa de nuestra vida lo que debemos aprender, lo que nos ha permitido ser personas más íntegras y más felices, no podemos supeditar nuestra felicidad a sólo placeres”.
