La delegación de Nigeria protestó contra la imposición de la agenda homosexual, como si se tratase de "derechos humanos" |
La declaración, emitida la semana pasada en Ginebra, fue en respuesta a un documento publicado el mes pasado por la oficina de derechos humanos de la ONU. El informe sobre discriminación y violencia contra personas debido a su orientación sexual e identidad de género critica las leyes que protegen a los niños de la propaganda LGBT y condena las terapias para quienes padecen una atracción homosexual no deseada. El informe afirma que manifestar opiniones negativas sobre la homosexualidad contribuye a la violencia.
Este documento de la ONU, que los gobiernos tienen libertad de ignorar pero que será utilizado para presionarlos, también dice a los países que legalicen el matrimonio o las uniones homosexuales y que brinden beneficios.
La mayoría de los países define el matrimonio como la unión de un hombre con una mujer. Nigeria reforzó su legislación en 2014.
El país amonestó a los funcionarios de la ONU por faltar el respeto al proceso democrático y por hacer peligrar derechos humanos convenidos universalmente.
La libertad religiosa y los derechos culturales son «partes fundamentales de la Declaración Universal de Derechos Humanos», afirmó Nigeria. Los países tienen el «deber de garantizar que se encuentren protegidos los valores familiares, religiosos y culturales de sus ciudadanos», los cuales son «el cimiento de los valores morales de la persona».
La ley de matrimonio de Nigeria «está destinada a defender y fortalecer estos valores».
Este país cuenta con la población más numerosa de África y la mayor parte de sus 170 millones de habitantes es cristiana o musulmana.
La ley «sincroniza» con la cultura, las tradiciones y las dos religiones principales de Nigeria, todo lo cual rechaza «sin reservas, el matrimonio homosexual, la homosexualidad, el lesbianismo y las posturas gais y transgénero».
Los nigerianos asimismo dijeron que los derechos y la orientación gay «limitarán la población» e «impondrán consecuencias imprevistas en la familia como institución».
La oficina de derechos humanos de la ONU intensificó su campaña para promover la conducta lésbica, gay, bisexual y transgénero (LGBT) en 2011, basándose en una resolución del Consejo de Derechos Humanos que manifiesta «grave preocupación» ante la violencia y la discriminación de personas debido a su orientación sexual e identidad de género. El informe reciente admite que «la información es incompleta» en cuanto a los homicidios. Las personas que se identifican como LGBT pueden ser blanco de agrupaciones terroristas y son víctimas de crímenes de honor.
Pero el informe de la ONU se aparta de los actos de violencia para centrarse en la manifestación de creencias religiosas y el asesoramiento. «Condena» la terapia de reorientación para ayudar a personas con atracción homosexual no deseada y dice que las declaraciones sobre la homosexualidad efectuadas por líderes católicos contribuyen al estigma y la violencia contra adolescentes y niños.
No se exige la legalización del matrimonio homosexual, reconoce el informe; no obstante, pasa a decir a los países que reconozcan las uniones entre personas del mismo sexo. Estos deberían dirigir campañas de educación públicas sobre la orientación sexual revocar políticas que inciden en derechos a la salud, a la educación, al trabajo, a la vivienda y a la seguridad social, brindando una posibilidad para ataques a las organizaciones confesionales y a las personas que se niegan a participar o colaborar en actividades homosexuales.
La oficina de derechos humanos de la ONU actualmente está envuelta en escándalos y rumores de corrupción. Se acusa a sus funcionarios de manejo indebido de una investigación de soldados franceses que abusaron sexualmente de muchachos africanos. Se rumorea que los empleados tienen estrecha relación con funcionarios de gobierno que buscan influir en las decisiones que se toman dentro de la oficina de la ONU.
Países nórdicos financiaron la campaña de la ONU por los derechos LGBT, incluso cuando el director de derechos humanos de las Naciones Unidas pidió fondos para realizar la labor básica.
Delegados de África y otros países manifiestan en privado inmensa frustración ante lo que consideran ser una obsesión con los asuntos LGBT por parte de personal de la ONU y algunos gobiernos.