El TEDH ha fallado en contra de Italia por no reconocer el "matrimonio" homosexual. Expertos afirman que el Tribunal carece de competencia |
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha emitido un fallo en el que condena a Italia por no reconocer el “derecho de las parejas homosexuales a contraer matrimonio” ni ofrecer una protección jurídica apropiada a éstas, según el fallo.
La sentencia emitida por la justicia europea, sostiene que el país mediterráneo “ha violado el derecho al respeto de la vida privada y familiar”, incluido en el artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos.
Tres parejas de homosexuales italianos recurrieron a esta institución, quejándose de que el Estado Italiano no les ofrecía la posibilidad de concretar una unión civil. El Tribunal europeo ha examinado el recurso de estas tres y ha condenado al país transalpino a indemnizar económicamente a cada una de ellas por daños morales.
Además el Tribunal ha pedido a Italia “una forma definida institucionalmente” que reconozca las uniones entre personas del mismo sexo. De la misma manera ha recomendado que una fórmula que reconozca “una unión civil o un registro de parejas sería el camino más adecuado para que las parejas del mismo sexo, como los demandantes, vean su situación reconocida legalmente”.
A pesar de todo, la sentencia que pretende presionar al Gobierno Italiano, no tiene eficacia jurídica para amparar el derecho de las parejas del mismo sexo de contraer matrimonio, ya que esta institución europea no tiene competencia competencias jurídicas y son únicamente los estados los que tienen el derecho de reconocer o no el derecho al matrimonio homosexual.
Actualmente el Parlamento italiano está discutiendo un proyecto de ley que pretende reconocer legalmente las uniones civiles entre homosexuales, otorgando a estas parejas los mismos derechos que a los matrimonios entre heterosexuales. El punto más polémico es el referente a la posibilidad de que un miembro de la pareja pueda adoptar un hijo.
Italia es junto a Bulgaria, Chipre, Estonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia, uno de los pocos países de Europa que defiende la familia tradicional, no asimilándola a uniones que nada tienen que ver con esta institución.