
EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ ) Los padres de hoy no solo están más involucrados en la vida de sus hijos adultos, sino que también tienen vidas más largas y activas, subraya Andrew Cherlin, sociólogo de la U. John Hopkins (E.U.).
El especialista precisa que esto significa que "es mucho más común para los adultos de ahora que sus padres sigan con vida cuando ellos se divorcian".
El rompimiento del matrimonio le causó a Ina Chadwick dolor de cabeza, culpa y dificultades financieras. El divorcio, dijo, la arrancó del todo de su sueño de Cenicienta.
Pero la separación de la que habla con tanta pena fue la de su hija, no la suya.
"Vives el divorcio de tus hijos", afirmó Chadwick, de 60 años, que todavía enfrenta las consecuencias del desplome del matrimonio de su hija hace cuatro años.
Marsha Temlock, asesora familiar retirada, dijo que su primera reacción al anuncio del divorcio de uno de sus dos hijos, hace cinco años, fue: "¿Cómo puedes divorciarte de esta chica maravillosa?". Durante meses, recibió llamados del hijo y de la nuera como una "operadora de conmutador", permitiendo que el divorcio monopolizara su vida.
Con el tiempo, Temlock lo aceptó, e incluso escribió un libro para los padres que viven el divorcio de sus propios hijos.
Cambio de rol
Y cuando los hijos se divorcian, la vida de sus padres suele cambiar drásticamente, pues los progenitores podrían contraer deudas para ayudar a sus hijos financieramente, o suspender sus planes de viajar o disfrutar de su familia. O su vida se vuelve de cabeza si un hijo o una hija necesitan regresar a vivir en su casa, o cuando se ven impotentes cuando sus nietos les son arrancados en batallas por la custodia.
Chadwick dijo que ella y su segundo esposo tomaron un nuevo crédito hipotecario que le permitió a su hija, y a los dos hijos de esta, conservar su casa. El crédito, que la hija paga gradualmente, "nos afectó mucho", dijo.
Algunos de los planes de la pareja mayor, como una renovación de la casa, fueron aplazados, pero Chadwick dijo apreciar mucho haber sido capaz de ayudar a su familia.
Los padres menos acomodados se ven forzados a veces a trabajar para ayudar a pagar los costos relacionados con el divorcio de sus hijos, o buscar formas de representarse en la corte para luchar por el derecho de ver a sus nietos.
Algunos ejemplos
Una pareja retirada, Lola y Bill Balley, perdieron contacto durante siete años con sus dos nietos luego de que su hija se divorció de su esposo y él obtuvo la custodia.
Desde que la hija de Sandra Besas se divorció, hace un año y medio, Besas se ha asegurado de hablar con su ex yerno con regularidad, y de recibirlo bien en su casa. Tiene dos nietos en juego. Habiendo pasado a su vez por un divorcio, Besas, de 67 años, una enfermera que vive en Nueva Hampshire (E.U.), sabe la importancia de mantener los lazos familiares. Su contacto con su ex suegro, señaló, era tan estrecho que, cuando era viejo y viudo, se fue a vivir con ella y su segundo esposo, hoy fallecido.
"Fue maravilloso para mis hijos, porque era su abuelo", dijo. Pero su hija, Kristen Jackson, de 42 años, recalcó que no siempre aprecia la comunicación de su madre con su ex esposo. A veces, Besas le daba sin querer "demasiada información", lo que Jackson temía que pudiera darle una ventaja en sus disputas relacionadas con su divorcio.
Pero Jackson agregó que desea seguir los pasos de su madre, luchando por mantener una relación sana con su ex esposo y su familia, debido a que la estabilidad de los niños es lo más importante.
Temlock, quien escribió El Divorcio de Tu Hijo: Qué esperar y qué puedes hacer, publicado el año pasado, dijo que pasó por una etapa de "culpa y autoflagelación" durante el rompimiento del matrimonio de su hijo.
"¿Por qué no vimos venir esto?", dijo que se preguntaron ella y su esposo. "¿Qué podíamos haber hecho?".
Pero Temlock, quien tiene un segundo hijo que también terminó por divorciarse, dijo que tratar de enmendar o rescatar el matrimonio o revolcarse en la culpa o el dolor pueden empeorar las cosas. "Lo que quieres hacer -aseguró Temlock- es preguntar: ¿cómo puedo ayudar?" Desde luego, la respuesta puede poner las vidas de cabeza.
¿Qué pueden hacer los padres?
Para reducir al mínimo la exposición al resentimiento de los cónyuges en disputas, se les aconseja a los padres de hijos divorciados evitar tomar partido o criticar, incluso en casos en los que los padres podrían estar en desacuerdo con la conducta de su propio hijo, como la infidelidad.
Deben evitar empeorar lo que puede ser una situación volátil. Otros padres sienten culpa si tuvieron sus propios divorcios, o se preguntan si, de alguna manera, cometieron errores al criar a sus hijos. "Podrían tener sentimiento de culpabilidad si creen que su papel como padres no preparó bien a sus hijos para relaciones a largo plazo, o que su matrimonio sirvió como un mal modelo", dice el psicólogo Joshua Coleman.
También le pasa a los más famosos
Las revistas han relatado las salidas de Jennifer Aniston con la madre de Brad Pitt. Y no hay falta de cobertura acerca de la separación cada vez más hostil entre Britney Spears y su madre en torno a la percepción de que la madre se alinea con Kevin Federline por el bien de sus nietos. Las historias subrayan cómo esta estrecha interrelación entre los padres y los divorciados puede hacerlos sentir tan sorprendidos, tan impotentes, tan furiosos y tan atrapados en el medio como los nietos.