MADRID.-( AGENCIALAVOZ.COM ) La depresión posparto también azota al hemisferio sur, aunque estos países no tienen ni los recursos ni los especialistas suficientes para hacerle frente. Esta situación podría mejorar con la aplicación de una psicoterapia simple, según un estudio.
Sin embargo, esta iniciativa, aplicada por voluntarias locales sin especialización que administran la terapia, ha tenido algunas críticas.
Para el estudio, dirigido por el profesor Atif Rahman, de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), y publicado en 'The Lancet', se ha seleccionado una muestra de más de 900 mujeres de dos regiones rurales de Paquistán para llevar a cabo la llamada 'terapia de comportamiento cognitivo', un tratamiento psicológico basado en que los pacientes comprendan que su forma de pensar contribuye a empeorar o mejorar su estado mental.
Los investigadores constataron la escasa dotación de médicos, comadronas y vacunadores en las regiones más rurales del país y advirtieron que más del 80% de sus habitantes era atendido por voluntarias del programa 'Mujeres Trabajadoras', ciudadanas que habían finalizado sus estudios secundarios y habían sido instruidas en los principales cuidados preventivos maternales e infantiles. Por ese motivo, las voluntarias fueron aleccionadas en los principales métodos y aplicaciones de esta psicoterapia, que luego administraron a las pacientes en sus visitas rutinarias.
Los resultados de los datos recopilados durante el embarazo y a lo largo del año siguiente del nacimiento de los bebés revelaron que las madres que habían formado parte del grupo de intervención registraron menos síntomas de depresión, ansiedad y un menor número discapacidades que las que no habían recibido la terapia, aunque no se lograron eliminar todas las depresiones con el tratamiento psicológico.
En lo referente a la salud de los hijos, los investigadores encontraron que los hijos de las madres tratadas habían sufrido menos episodios diarreicos, habían completado su proceso de inmunización con mayor rapidez, y presentaban mayor peso y altura que los hijos de las otras mujeres, aunque estas diferencias eran poco significativas.
La terapia de comportamiento cognitivo sí mostró, en cambio, ciertos cambios en la conducta de los progenitores hacia sus descendientes, ya que las familias que formaron parte del programa pasaron más tiempo con sus hijos, realizando diferentes actividades familiares.
Desacuerdos en la eficacia
Aunque el grupo de intervención no tuvo resultados significativos en la salud física de los pequeños, los investigadores del estudio destacan que la psicoterapia puesta a prueba en Paquistán sí ha tenido otros beneficios. "Creemos que indica las direcciones a seguir para integrar los cuidados de la salud mental en los programas de salud pública de los países con menos recursos", observa el equipo formado por los doctores Atif Rahman, Abid Malik, Siham Sikander, Christopher Roberts y Francis Creed en el informe.
Sin embargo, en el editorial publicado en el mismo número de 'The Lancet' los especialistas Vikram Patel y Betty Kirkwood, de la Escuela Higiene y Medicina Tropical de Londres, consideran que "el reto de desarrollar intervenciones realmente efectivas resulta insuperable", ya que los tratamientos psicológicos son poco eficaces cuando no hay "profesionales de salud mental para dirigirlos", añaden. Además, el hecho de que algunas depresiones persistan indica que en algunos casos se hace necesario el tratamiento farmacológico.
Los doctores consideran además que "el número de depresiones persistentes, incluso en el grupo de intervención, indica las deficiencias del programa, que necesitaría de un apoyo farmacológico". Además, insisten en que el concepto de salud mental varía según las culturas, lo que indica que los tratamientos usados en los países más desarrollados podrían no servir para los más desfavorecidos.
De todas maneras, Patel y Kirkwood, afirman que el estudio realizado por el equipo de Rahman muestra un horizonte de optimismo para empezar a interactuar en el campo de los trastornos mentales en las poblaciones menos desarrolladas. Se trata del primero que tiene en cuenta los beneficios de los tratamientos psicológicos maternales en los niños y el más completo en echar mano del personal sanitario voluntario local.
No obstante, los especialistas señalan que los trabajos venideros tendrán que sufragar el reto de desarrollar programas que tengan efectos más significativos en el desarrollo de los pequeños, ya que la depresión perinatal es un factor independiente de gran riesgo sobre la salud neonatal.