viernes, 3 de octubre de 2008

Palin salva la piel ante Biden y da nuevo aliento a la campaña de McCain

SAN LUIS ,MISURI.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Sarah Palin salvó la piel en la prueba de fuego del debate vicepresidencial en San Luis (Misuri). La candidata republicana, con la lección aprendida a medias y confiando más de la cuenta en los apuntes, eludió el naufragio que muchos presagiaban ante el veterano Joe Biden, que evitó el cuerpo a cuerpo con su rival y disparó directamente contra John McCain.

Las expectativas eran tan bajas, tras sus últimas entrevistas televisivas, que Palin tuvo que sudar por recuperar el destello perdido en el último mes de campaña y calar en esa parte del electorado conservador y femenino que había perdido la fe.
La gobernadora de Alaska se aferró en todo momento al salvavidas de McCain, a quien defendió repetidamente como el "rebelde", el "reformador" o el "héroe". Se definió a sí misma como una madre trabajadora y prometió luchar por la clase media: "Yo he estado ahí y sé cuáles son los retos, y también las recompensas".

Cuando fue ella misma, Palin logró conectar con esa audiencia que esperaba ansiosamente una señal. A ratos, pareció recitar de carrerilla y al dictado de los asesores de McCain, pero los analistas le dieron sobre la marcha el aprobado general, tirando al notable en política energética y pinchando en todo caso en política internacional.
Biden mantuvo una prudente distancia y tan sólo una vez, a la hora de definir el papel del vicepresidente —"apoyar al presidente en todo momento y darle el mejor consejo"— descalificó directamente a su rival. El 90% de sus ataques estuvieron concentrados en McCain, a quien acusó de corresponsabilidad en "la peor política económica de nuestra historia".
Biden recordó el expediente de McCain a favor de la "desregulación" del sistema financiero y le acusó de marginar a la clase media y velar por los intereses de "las corporaciones y los muy ricos". El demócrata empezó y cerró el debate recordando la gravedad de la situación económica: "Estamos ante el voto más importante en una generación. Estamos metidos en un profundo hoyo que hemos cavado durante ocho años. Es el momento de despertar y votar por el cambio real".

Zapatero, protagonista de nuevo

Apenas 20 minutos de los 90 del debate estuvieron centrados en política exterior. Biden insistió en que no existen ninguna diferencia entre George W. Bush y el candidato republicano y le criticó directamente por su impostura "hacia el primer ministro [presidente] de España, un aliado de la OTAN, que nos está ayudando en Afganistán... ¡Me parece increíble!".
Mientras, Palin pasó al ataque en la cuestión de Irak, recordó el apoyo de McCain a la escalada militar de los últimos meses y vaticinó que "la victoria está cerca". Biden, en cambio, sostuvo la importancia de fijar un calendario de salida y no mantener el contingente de manera indefinida. "La diferencia fundamental es que nosotros sí acabaremos con esta guerra", aseguró. "Vuestro plan es la bandera blanca de la rendición", respondió sin dudarlo su adversaria.

La gobernadora republicana también cargó las tintas contra el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, recordó su intención de "borrar Israel del mapa" y recalcó que EEUU debe prevenir un segundo Holocausto.
Hubo titubeos y momentos de incertidumbre mientras rebuscaba en sus papeles, pero Palin aguantó el tipo en el debate, sacó provecho del poco tiempo dedicado a la política exterior y culminó la noche con un mitin multitudinario en San Luis, con la sensación de haber achicado el agua cuando arreciaba el temporal.
El próximo debate electoral, el martes en Nashville (Tennessee), lo protagonizarán nuevamente McCain y Obama. El cuarto y último, también entre los candidatos a la presidencia, será el próximo día 15 en Hempstead (Nueva York).

Extraño fin del ex vocero de la iglesia ‘Creciendo en gracia’ o ‘Secta del 666′.


Iquitos, Perú -. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Erick Rodríguez Gonzales, miembro de la agrupación religiosa llamada ‘Ministerio internacional creciendo en gracia’, o mejor conocida como la ‘Secta del 666′, fue hallado muerto en la habitación de un hostal en la ciudad de Iquitos.


El deceso de Rodríguez, que hasta hace unos días lideraba el movimiento religioso en esta ciudad de la Amazonía, ha causado miedo y sorpresa en la población.
La policía especula que podría tratarse de un asesinato, ya que hace unos días un grupo de pobladores intentó lincharlo, pues aseguraba que la secta quería llevarse a los niños del lugar. Varios padres de familia vieron a miembros de este grupo merodeando por un colegio de primaria.

El ex vocero de la iglesia ‘Creciendo en gracia’ fue hallado colgado de una viga en una habitación del hostal ‘Jaén’, en la entrada hacia el puerto de Masusa.
Según las primeras investigaciones, Erick Rodríguez estuvo, hasta hace unos días, trabajando en el cafetín de la Comisaría de Punchana, pues le dieron confianza al verlo dedicado a su religión, sin saber que tenía un problema de adicción a las drogas.


Fue así que hace tres días, el sujeto entró de madrugada al cafetín y robó un televisor de 21 pulgadas. Tras ser denunciado, fue capturado y reconoció su delito, pero dijo que lo hizo bajo los efectos de las drogas.
Algunos testigos afirman que, luego de este hecho, el joven entró en una gran depresión, pues decía que lo iban a expulsar de la iglesia por este delito. Esto lo habría empujado a quitarse la vida.

jueves, 2 de octubre de 2008

Alcanzando Buenos Aires - Argentina


Por Erich Bridges



ARGENTINA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Casi 380 millones de personas viven en América del Sur -- y cerca de 355 millones de ellas no conocen a Jesús como Salvador y Señor. Casi ocho de cada diez suramericanos ahora viven y trabajan en las ciudades -- porcentaje que aumentará en los años venideros. El continente cuenta con no menos de 39 áreas metropolitanas (con poblaciones de cerca de un millón cada una).


Las iglesias y los misioneros a menudo tienen dificultades en sus esfuerzos por penetrar el fragmentado mundo de ciudades que se mueven rápidamente. Las estrategias necesitan cambiar, pero ¿cómo? Las siguientes historias le dan un vistazo al reto de uno de los gigantes urbanos del continente ¿Es posible sentirse solo en una ciudad de 13 millones de personas? Lo es en Buenos Aires.Loreley Lago, de 18 años, estudia oceanografía en la Universidad de Buenos Aires, donde se abre paso junto con otros 320.000 jóvenes argentinos que se preparan para el futuro. Ella se interesa por el medio ambiente y quiere ayudar a la gente pero duda poder hacer mucho para cambiar el mundo. Lago creció como católica, como la mayoría de los argentinos, pero se describe como "no muy religiosa." Cree en Dios pero dice que "he aprendido a confiar en mí misma. Puedo hacer las cosas que necesito hacer." Sin embargo, a menudo se pregunta qué sigue después de la muerte.Su mayor lucha diaria: inseguridad y temor. "Cuando salgo sola, veo hacia todos para cerciorarme que nadie me esté siguiendo," dijo. "Eso me molesta mucho -- las cosas que no puedo controlar."Buenos Aires, refulgente joya dentro de las ciudades de Sudamérica, es la capital de Argentina, eje económico, centro cultural y hogar de un tercio de los 40 millones de habitantes de la nación. Más de 13 millones de porteños -- o "gente del puerto," como se llaman a sí mismos los residentes de esta gigantesca ciudad del Río de la Plata -- viven y trabajan en la gran Buenos Aires. La ciudad ocupa el segundo lugar entre las metrópolis más grandes del continente (después de San Paulo, Brasil) y la 10ª más grande del mundo, de acuerdo a las estadísticas de la Naciones Unidas. Apartamentos multimillonarios brotan en la capital. El costo va de $900 el metro cuadrado. La economía de Argentina se mantiene o cae y afecta la salud financiera de Buenos Aires. Cristina Fernández de Kirchner, la primera presidenta argentina elegida, simboliza la imagen glamorosa y sofisticada de la ciudad.


FORTALEZA O TEMOR

No obstante, si usted mira por debajo de la superficie del frenético paso de la moderna Buenos Aires, las amplias avenidas, los modernos bares y cafés tango, la riqueza cultural y atmósfera europea, encontrará corrientes subterráneas de aislamiento, inseguridad, desesperanza -- y temor.Es una extraña dinámica para una enorme ciudad que aparentemente ha entrado en una nueva era de crecimiento. ¿Por qué esa penetrante sensación de incomodidad?"En una ciudad grande, las fortalezas espirituales son la soledad y el miedo," dijo el misionero Randy Whittall, líder del equipo de la Junta de Misiones Internacionales y coordinador de estrategia para Buenos Aires. "Podría parecer loco pensar en sentirse solo cuando se está rodeado de 13 millones de personas, pero lo están. "La gente vive asustada. Tienen miedo de salir en la noche. Tienen miedo de que alguien más les quite algo. La gente que no tiene nada tiene miedo de no tener nada para comer al día siguiente. El temor lleva a la gente a actuar irracional e inmoralmente. Esto hace que los ricos se aíslen. Hace que los pobres se involucren en crímenes o drogas para encontrar un escape."La taza de delitos no es mayor que en otras ciudades grandes del mundo; es menor que en algunas. Buenos Aires no es Río de Janeiro, donde violentas pandillas gobiernan en los vecindarios y se envuelven en tiroteos callejeros con la policía. No es ni siquiera Detroit. Pero la percepción es realidad en una ciudad donde los habitantes recuerdan cuando podían caminar a las 3 a.m. por cualquier calle sin ser molestados. Esos días se han ido -- junto con los valores y la sensación de comunidad que los porteños una vez compartieron. Las rejas de hierro que ahora protegen puertas y ventanas representan algo más profundo que simplemente el miedo al crimen. Las oleadas de violencia política, caos económico y confusión social que los argentinos experimentan desde 1970 han dejado un legado de sospechas, desilusión y cinismo -- similar al malestar que plagó a los EE. UU. en años recientes."La gente ya no confía más en nadie," dijo Whittall, quien es de Moore, Oklahoma. "No confían en el gobierno. No confían en la policía. No confían en el mecánico al que le llevan el carro. La gente está consumida por la iglesia tradicional, por los predicadores de 'salud, riqueza y prosperidad.' La gente que dijo que cuidaría de ellos, se aprovechó de ellos. De manera que se genera una mentalidad introvertida que dice: 'Somos yo y mi familia' y todos los demás deben estar a la distancia."Es una gran barrera para el evangelio, porque hace muy difícil acercarse a la gente y compartir. Usted ha obtenido este invaluable don que quiere compartir con todos, pero el miedo los detiene para abrirse a ni siquiera hablar sobre eso."


BARRERRAS Y RETOS

El miedo y la desconfianza no son las únicas barreras para el evangelio en Buenos Aires. El catolicismo nominal (quizá el 5 por ciento asiste regularmente a misa) ha "inoculado" a muchos en contra de la fe. Ellos creen que el cristianismo es algo con lo que se nace y se practica una vez al año. Como en otros centros urbanos importantes, el secularismo y el postmodernismo son más poderosamente atractivos que cualquier religión organizada -- aunque una variedad de cultos atrae a los pobres, a los jóvenes y a los ingenuos. Como en Europa y en Norte América, la "tolerancia" supera la tradición y le abre la puerta a la inmoralidad, a los creyentes de la nueva era y al paganismo. La diversidad social y étnica de la ciudad también presenta sus retos. Cientos de miles de estudiantes fluyen hacia la ciudad desde cada esquina de Argentina. Enormes clases de empleados de gobierno nacional y obreros compiten por un pedazo del pastel de la economía. La fuerte influencia europea de Buenos Aires se desarrolló a lo largo de generaciones a través de la emigración desde España (anterior colonizador de Argentina), Italia, Alemania y otros países del otro lado del Atlántico. Más recientemente, nuevas oleadas de inmigrantes han inundado Buenos Aires desde países vecinos como Bolivia, Paraguay y Perú. Muchos son miembros de tribus indígenas, como los quechuas, en busca de oportunidades económicas en la emergente economía de la ciudad. La comunidad judía de la ciudad, la más grande de América Latina, cuenta con por lo menos 250.000 personas. El trasfondo árabe de los argentinos, mayormente musulmanes y principalmente de Líbano y Siria, casi alcanza los 160.000. Los japoneses, por mucho tiempo un grupo familiar de la ciudad, suman más de 30.000. Chinos y coreanos han llegado en número importante durante los pasados 30 años. Eslavos, afro-argentinos y muchos otros grupos contribuyen a la mezcla étnica. Así bien, ese es el depurado tamaño de la gran Buenos Aires. La Capital Federal es el hogar de cerca de 3 millones de habitantes; muchos millones más conducen hacia y fuera de la ciudad para trabajar en el gobierno y los negocios. Buenos Aires tiene 48 barrios o vecindarios separados -- y a menudo culturalmente distintos. Varios de los más grandes barrios, como Flores, Recoleta y Belgrano, son en sí ciudades con más de 100.000 residentes cada uno. Palermo alberga a más de 250.000. Vastas "zonas" se extienden al norte, sur y oeste de la capital y abarcan todas las comunidades que una vez fueron pueblos separados. Otra barrera importante: La gente es difícil de alcanzar -- no solo espiritual sino físicamente. En la Capital Federal, tres de cada cuatro personas viven en apartamentos – generalmente, altos edificios de condominios que tienen porteros o entradas cerradas. Whittall describe el horario diario de muchos porteños que viven en apartamentos:"Se levantan. Toman el elevador hacia abajo y entran al carro. Conducen hacia el trabajo. Regresan y aprietan el abridor del garaje. Manejan hacia abajo, entran al elevador y suben a su apartamento. El contacto real con el exterior entre su casa y el trabajo (y viceversa) es prácticamente inexistente." Los vecindarios localizados en las "zonas" tienen más un ambiente suburbano, con casas, y pequeñas zonas verdes. Sin embargo, la gente puede ser igual de difícil de encontrar. "Nuestros vecinos observan cómo vivimos, y eso nos ha abierto puertas a sus hogares," dijo un misionero de la Zona Oeste, hogar de casi 4 millones de personas. "Pero fuera de nuestra área inmediata, es muy difícil. La gente se encierra detrás de puertas con llave y eso es todo."


TIEMPO PARA NUEVOS ACERCAMIENTOS

¿Qué significan para la iglesia estas realidades? Luego de más de un siglo de trabajo de los misioneros, bautistas argentinos y otros evangélicos, la pérdida espiritual de la contemporánea Buenos Aires rivaliza con la de ciudades en muchas regiones del mundo mucho menos evangelizadas. De acuerdo a recientes investigaciones, menos de tres de cada 100 porteños afirman tener fe evangélica en Jesucristo. Lo que es más, entre más cerca se esté del centro de la ciudad menos receptiva es la gente al evangelio. Los cristianos argentinos, comprensiblemente, tienden a enfocarse en ministerios evangelizadores más allá de la capital. La Capital Federal cuenta con cerca de 35 iglesias bautistas -- muchas de ellas desinteresadas o con membresía declinante. Veinte de los 48 barrios de la ciudad no tienen ninguna obra bautista. Las iglesias protestantes de todos los tipos suman menos de 500 en el centro de la ciudad. "Muchas de estas iglesias han existido entre 30 y 100 años y siguen estancadas," dijo Whittall. "Realmente hemos luchado con la forma de comenzar iglesias nuevas. La necesidad es inmensa, sin embargo nunca vamos a construir cientos o miles de nuevos edificios para iglesias." Ninguna tiene tanto dinero. Aun si se construyeran, ¿cómo van a hacer que la gente entre?No hay una solución sencilla, pero claramente ha llegado el tiempo para alguna experimentación. Eso es exactamente lo que Whittall y su equipo misionero están haciendo. Ellos creen que una estrategia clave puede funcionar: los grupos pequeños -- muchos, muchos de ellos -- que se desarrollen detrás de las puertas con llave entre familias y otros "círculos de relación." Whittall y su equipo aspiran un día tener 2.500 grupos de hogar alrededor de la ciudad -- grupos que guíen a los perdidos a la fe, la adoración, que hagan discípulos y se reproduzcan ellos mismos. Muchos se reunirían en apartamentos y casas; otros podrían reunirse en restaurantes o negocios. "Las iglesias tienden a crecer a lo largo de grupos familiares; usted invita a alguien que conoce," dijo. "Nuestra meta no es ver grandes iglesias sino pequeñas que crezcan y se multipliquen."Estas pueden tomar diferentes formas para diferentes tipos de personas, también. Whittall ayudó a comenzar una iglesia-hogar para porteños de clase alta que incluía a tres abogados, un doctor en filosofía y el chef de un yacht club. Los misioneros Jason y Kelli Frealy, mientras tanto, lanzaron un grupo en medio de una red extendida de parientes en un vecindario de clase trabajadora. A los estudiantes se les puede acercar, por lo menos al principio, a través de mensajes de texto y otras formas de tecnología."Los que se han aislado a sí mismos de la sociedad no son reclusos," dijo Whittall. "Ellos desean contacto. Solamente están buscando diferentes maneras de tenerlo." Los cristianos necesitan encontrar senderos dentro de esas redes. Camine a través del barrio Villa Lugano con Whittall y tendrá un sentido de lo que él está diciendo. Aparentemente las interminables filas de torres de apartamentos se extienden como altas fortalezas en la distancia. Cada cerrado edificio es el hogar de 2.000 residentes; toda la urbanización alberga hasta a 100.000 personas. La autónoma comunidad tiene supermercados, consultorios médicos, gimnasios. "Mucha gente encuentra este lugar deprimente, pero a mí me grita oportunidad," dijo Whittall. Él imagina pujantes grupos de adoración en cada edificio. Visualiza estudiantes universitarios cristianos -- o jubilados -- que renten un apartamento por un semestre o un año y desarrollen relaciones. Sueña que los bautistas del sur adopten Villa Lugano y otros barrios y envíen equipos a comenzar grupos de adoración. En América del Sur, los nuevos acercamientos toman tiempo para ganar la confianza. Algunos bautistas argentinos y otros evangélicos, particularmente líderes jóvenes, están entusiasmados con la idea de probar la estrategia de grupos pequeños. Otros cuestionan si funcionarán en una sociedad en la que la gente piensa que la iglesia debe lucir como una catedral -- o por lo menos un santuario tradicional con un campanario. "Es radical para los miembros de iglesias tradicionales o para el promedio de los incrédulos," dijo el misionero Jason Frealy. "Pero si usted ve al salvo versus el perdido, está ciudad está perdida. El mensaje es el mismo: Jesús salva. Jesús da vida eterna. Pero es tiempo de explorar diferentes maneras de esparcir el mensaje."

Si crees en Dios, sientes menos dolor


MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Costaleros, peregrinos y penitentes con flagelo en mano aseguran cada Semana Santa que no sufren porque la fe alivia su dolor. Aunque muchos no lo crean, la ciencia acaba de confirmar, al menos en parte, su percepción. Un equipo de investigadores británicos ha demostrado que el sentimiento religioso activa una zona del cerebro relacionada con la regulación del dolor.


Para llevar a cabo su trabajo, estos científicos –miembros de las universidades de Oxford y Cambridge- reclutaron a 24 voluntarios (la mitad eran católicos practicantes, mientras que el resto se declaró no creyente) y les sometieron al mismo experimento.
Los participantes debían contemplar o bien una imagen religiosa -en concreto una representación de la Virgen María realizada por el italiano Sassoferrato en el siglo XV-, o bien una pintura de Leonardo da Vinci de la misma época que muestra a una dama con un armiño.
Después de mirar las pinturas durante 30 segundos, los individuos recibían una descarga eléctrica y debían describir el grado del dolor sufrido utilizando una escala de 0 a 100.
Al analizar los datos, publicados en la revista 'Pain', los investigadores comprobaron que ambos grupos señalaban niveles similares de dolor tras contemplar el retrato de Da Vinci. Sin embargo, la respuesta ante la imagen religiosa varió significativamente entre devotos y no creyentes: los católicos experimentaron un 12% menos de dolor.

El poder de la mente
Para analizar esta divergencia, los investigadores estudiaron el cerebro de los participantes a través de una resonancia magnética y descubrieron que había marcadas diferencias entre los grupos.
Al contemplar la imagen de la Virgen María, sólo en el cerebro de los religiosos se encendía un área del cerebro conocida como córtex prefrontal ventrolateral, una zona asociada a la regulación del dolor y a la valoración emocional de las experiencias (una misma situación puede verse de manera positiva o negativa en función de distintos factores).
Los investigadores sugieren que el sentimiento religioso conduce, por tanto, a una 'reevaluación' del dolor. "Se pone en marcha un mecanismo que es bien conocido gracias a los estudios del efecto placebo o la analgesia. Ayuda a la gente a reinterpretar el dolor, a sentirlo menos amenazante. Estas personas se sentían seguras al contemplar la imagen religiosa, se sentían protegidas, por tanto su contexto [para medir el dolor] era diferente al del resto", explican los investigadores


Según aseguran, este no es un efecto exclusivo de la religión y, probablemente, a través de otras estrategias mentales, como la meditación, puedan alcanzarse una 'habilidad' similar para controlar el dolor.
En sus conclusiones, los investigadores señalan que su hallazgo supone un paso muy importante hacia una mejor comprensión de los mecanismos neuronales asociados al control del dolor, si bien remarcan que son necesarios nuevos trabajos que ratifiquen sus hipótesis.

 
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