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La comisión especial reunida en Maryland y formada por nueve personas y dictaminó que la denominación debía devolverle a Frank Schaefer sus credenciales como pastor argumentando que el jurado que lo sentenció el año pasado había cometido un error. En la decisión también se señala que Schaefer recibir de nuevo su salario. Según la comisión el error cometido es que la pena que se le debía haber imputado al pastor era la suspensión por un mes y ese tiempo ya había transcurrido.
“He dedicado mi vida a esta iglesia, a servirle a esta iglesia, para mi significa mucho el ser restituido y el que se me pueda volver a ser llamado un reverendo y poder volver a predicar”, dijo Schaefer, agregando que piensa trabajar en pro de derechos homosexuales “dentro de la Iglesia Metodista Unida con una voz más fuerte aún”.
La iglesia había suspendido a Schaefer, por dirigir la boda de su hijo con otro hombre en el 2007, y el año pasado un jurado determinó que al hacerlo Schaefer se había rehusado a seguir los principios detallados en el libro de la iglesia en su totalidad, incluyendo el reglamento que prohíbe al clérigo que oficialice ceremonias de bodas homosexuales.
El arzobispo Peggy Johnson, de la conferencia de Pensilvania del este, dijo que se apegará a la orden del panel.
Schaefer dijo también que la decisión representa con seguridad “un cambio relevante dentro de la Iglesia Metodista Unida”.
