lunes, 1 de octubre de 2007

Dios y la obra misionera


Escrito Por :Lic. Carlos Scott


Cuando hablamos de Dios y la obra misionera es indispensable entender que la Misión no es nuestra y no pertenece a ningún proyecto privado. Estamos hablando de la misión de Dios.


( AGENCIALAVOZ ) Durante los siglos anteriores se entendió a la misión en una variedad de formas. Se la interpreta como salvar a los individuos de la condenación eterna, otros la entendían en términos culturales, como introducir a las personas del Oriente o del Sur a las bendiciones y privilegios del Occidente cristiano. Muchas veces se la percibe en categorías eclesiásticas, como la expansión de la Iglesia o de una denominación específica. A veces se la define con referencia a la historia de la salvación, como el proceso por el cual el mundo, de manera evolutiva o por un evento cataclísmico, se transformaría en el Reino de Dios.

Karl Barth se convirtió en uno de los primeros teólogos en articular la misión en términos de una actividad de Dios mismo. Entendió la misión como algo derivado de la misma naturaleza de Dios. Esto la colocó en el contexto de la doctrina de la Trinidad, no de la eclesiología o la soteriología. La doctrina clásica sobre la missio Dei (misión de Dios) como Dios Padre enviando al Hijo, y Dios Padre y el Hijo enviando al Espíritu Santo se amplió para incluir un «movimiento» más: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo enviando a la Iglesia al mundo. La misión es de Dios y el énfasis en la cruz impide cualquier posibilidad de comodidad misionera. La misión es un atributo de Dios. Dios es un Dios misionero. Se concibe la misión, entonces, como un movimiento de Dios hacia el mundo; se concibe a la Iglesia como un instrumento para esa misión. Existe la Iglesia porque existe la misión, y no al revés. La Iglesia es misionera por su misma naturaleza porque «tiene su origen en la misión del Hijo y del Espíritu Santo». Participar de la misión es participar en el movimiento del amor de Dios hacia las personas, porque Dios es fuente de un amor que envía.

«La Iglesia se encuentra al servicio del movimiento de Dios hacia el mundo». En su misión, la Iglesia testifica la plenitud de la promesa del Reino de Dios y participa en la continua lucha de este Reino contra los poderes de la oscuridad y el mal.

El término missio Dei nos ayuda para articular la convicción de que ni la Iglesia ni ningún otro agente humano pueden considerarse como el autor o portador de la misión. La misión es primera y finalmente la obra del Dios trino, Creador, Redentor y Santificador, por causa del mundo; un ministerio en el cual la Iglesia tiene el privilegio de participar. La misión nace en el corazón de Dios. Dios es una fuente de un amor que envía. Este es el sentido más profundo de la misión. Es imposible penetrar más allá; existe la misión sencillamente porque Dios ama a las personas.

Por lo tanto nos acercarnos a definir a la «Misión de Dios (missio Dei) cuando el pueblo de Dios cruza intencionalmente barreras de iglesia a no iglesia, de fe a no fe, para proclamar por palabra y acción el advenimiento del reino de Dios en Jesucristo, a través de la participación de la iglesia en la misión de Dios de reconciliar a las personas con Dios, consigo mismas, unas con otras, y con el mundo, y reunirlas en la iglesia a través del arrepentimiento y la fe en Jesucristo por la obra del Espíritu Santo con miras a la transformación del mundo como una señal de la venida del reino en Jesucristo» (Chuck Van Engen)

La Misión de Dios y la Obra Misionera en el Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento fue la Escritura de los primeros apóstoles. Es el trasfondo de la mayoría de los conceptos y doctrinas de los escritores del Nuevo Testamento que definía la vida de la iglesia del primer siglo, es decir la misión. El mensaje del Antiguo Testamento es misionero en sí. El hilo que corre a lo largo del Antiguo Testamento es el deseo de Dios de salvar todas las naciones. La misión es el elemento que une y da sentido a los 39 libros. El mensaje del Antiguo Testamento esta referido a la misión transcultural, integral y profética.

En el Pentateuco, vemos el propósito original de Dios para la humanidad, es decir el ideal: Génesis 1 y 2 que fue universal e integral. Luego la caída, la entrada del pecado y sus efectos (Génesis 3-11) de alcance universal e integral. Finalmente vemos la propuesta de Dios en la misión de Israel (la solución) que fue universal, integral y profética.

GENESIS 12.1-3
El Señor le dijo a Abram: “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré. “Haré de ti una nación grande, y te bendeciré;
Haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familia de la tierra!”

En Génesis 12.1-3 encontramos el principio de la respuesta que Dios va a dar al contexto de pecado. Va a hacer un pacto, establecer una relación, con un hombre y su familia de entre todas las naciones. Primero lo separa del resto de la comunidad humana (Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, v.1) le promete una tierra (v.1), le promete reestablecer una relación de bendición, de protección, de confianza y de obediencia (v.2), le promete una nueva comunidad (una nación grande, v.2). Básicamente Dios está prometiendo a Abram todo lo que el ser humano había perdido en la caída. En este sentido Israel se convierte en un paradigma, un microcosmos del mundo. Lo que no se había logrado con toda la humanidad, Dios lo estaba estableciendo con un hombre y su familia. Dios enfatiza el horizonte universal, dice que por medio de Abram todas las familias de la tierra serán bendecidas. Orlando Costas describe la elección de Israel como "un llamamiento al servicio de las naciones.El particularismo de la elección tiene el propósito universal en la bendición.


Israel y los Profetas
El problema de Israel es que no cumplió con su misión de ser ejemplo para las naciones. Pensaba que su elección fue un privilegio, que Dios era Su Dios y no el Dios de todo el mundo, que podían vivir en cualquier forma y todavía ganar la aprobación de Dios, que la religión externa era suficiente para agradarlo. Aquí entra el elemento profético en la vida de Israel.

Es muy importante entender que la base del ministerio profético en el Antiguo Testamento descansa en el pacto y especialmente en la renovación del pacto encontrada en Deuteronomio. La voz profética es “volvamos al desierto”. Volvamos a depender de nuestro Dios, reconocerlo, Dios uno es, somos reino de sacerdotes y nación santa a las naciones. Deuteronomio contiene las bendiciones y las maldiciones del pacto (Caps. 27-28). “Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el SEÑOR te pondrá por encima de todas las naciones” (28.1). Con la obediencia vienen las bendiciones. Estar “por encima de todas las naciones” es un concepto misionero (Ex 19.5). Es ser un especial tesoro para bendecid a las naciones. “Pero debes saber si no obedeces al SEÑOR tu Dios ni cumples fielmente todos los mandamientos y preceptos que hoy te ordeno, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones” (28.15).

Estos capítulos son esenciales para el entendimiento del ministerio profético. Los juicios que pronuncian los profetas antes del exilio tienen que ver con estas maldiciones. Los profetas analizaban el contexto concreto de Israel en un momento histórico y, a la luz de las leyes de Deuteronomio junto a las maldiciones y bendiciones, pronunciaban el juicio sobre el pueblo. El ministerio de los profetas fue más bien de predicación. Los Profetas se han llamado “los guardias del Pacto”, llamando a Israel a volver a la obediencia. Pero también fueron heraldos de las maldiciones del pacto. Podemos ver cómo el exilio fue el cumplimiento de Deuteronomio 28.49-68.

Ezequiel, hablando después del exilio expresa en el capítulo 36.18-32, que Israel por su violencia e idolatría el Señor la había dispersado entre las naciones. Comenta que el Señor va a renovar el pacto, va a dar a conocer su santidad y “las naciones sabrán que yo soy el SEÑOR” (36.23). Todo esto va a llevar un milagro en la vida de Israel (36.24-30).

El deseo del Señor es que todas las naciones lo conozcan. Israel debía ser el modelo, pero fracasó (una fuerza centrípeta y centrífuga). Dios envía a sus Profetas para que Israel vuelva al pacto, a la ley y que anuncien lo que iba a pasar si no obedecían. El horizonte final es bendecid a todas las naciones y sepan que el Señor es Dios. El horizonte de la misión es sumamente transcultural, es decir que tiene que ver con la salvación y la bendición a todas las naciones.

Lic. Carlos Scott es Presidente COMIBAM Internacional

CIENTOS MARCHAN CONTRA IMPUNIDAD Y CORRUPCIÓN EN REPÙBLICA DOMINICANA


República Dominicana-. (AGENCIALAVOZ) La marcha contra la corrupción y la impunidad, que recorrió diversos puntos de la Ciudad Colonial, se convirtió en un multitudinario acto en el que la clase media y sectores pobres de la población aclamaron las mismas consignas.
“Que pague quien robó”, “Fuera los ladrones”, “Justicia china a los ladrones”, “No queremos corruptos sin castigo”, “20 años”, eran algunas de las exigencias de los participantes en la actividad que organizaron diversos grupos de la sociedad civil.La Plaza España le dio cabida a cientos de interesados, entre estos sindicalistas del transporte, obreros del área de la construcción, iglesias evangélicas, empresarios, abogados, maestros, y estudiantes universitarios.Aunque el encuentro no tenía carácter político, uno que otro exhibía sus preferencias como el caso de un grupo que en sus gorras llevaba la inscripción “Candelier 2008”, en alusión a las aspiraciones presidenciales del general® Pedro de Jesús Candelier.La actividad fue organizada por Participación Ciudadana, la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), el Centro Juan XXIII, entre otras.Durante el recorrido una decena de policías vigilaba discretamente el transcurso de la marcha que terminó en el Parque Independencia, con una ofrenda floral a los Padres de la Patria.Pero antes, hubo una parada en la casa del patricio Juan Pablo Duarte, donde fue leído un manifiesto en el que los organizadores reclamaban justicia para los casos de fraudes bancarios y transparencia en el ejercicio político.El orden caracterizó el recorrido en el que La Funda, un pintoresco personaje que merodea en las actividades del PRSC, también pedía castigo a la corrupción.Al finalizar la actividad, en la que se pedía la sanción a los fraudes bancarios, la multitud se dispersó entre las calles de una Zona Colonial que volvió a inmiscuirse en sus múltiples quehaceres turísticos

¿CÓMO AYUDAR A UN NIÑO DE LENTO APRENDIZAJE?



Escrito Por: Dr James Dobson


( AGENCIALAVOZ ) Permítame decirle lo que se sabe en la actualidad acerca del desarrollo intelectual, y que podría explicar algunos de los casos de déficit en el aprendizaje, aunque no todos.
Se han ido acumulando evidencias que parecen indicar que algunos niños que aprenden con lentitud, e incluso aquellos que son casi retrasados, tal vez no hayan recibido un estímulo intelectual adecuado en sus primeros años de vida. Parece existir un período crítico que dura los tres o cuatro años primeros, en el cual se debe aprovechar su potencial para el crecimiento intelectual. En el cerebro hay sistemas de enzimas que se deben activar durante este breve período. Si se deja pasar la oportunidad, tal vez el niño nunca alcance su capacidad.
Los niños que crecen en medio de privaciones tienen más posibilidades de ser lentos para aprender. Tal vez no estén acostumbrados a oír hablar a los adultos, o no se les hayan proporcionado libros y rompecabezas interesantes para hacer funcionar su sistema sensorial. Tal vez no los hayan llevado nunca al zoológico, al aeropuerto ni a ningún otro lugar emocionante. Puede que no hayan recibido instrucción y orientación diarias de parte de los adultos. Esta falta de estímulo podría inhibir el cerebro e impedir que se desarrolle correctamente.
En varios experimentos fascinantes, hechos con animales, se ha estudiado el efecto del estímulo del cerebro vivo a temprana edad. En un estudio, los investigadores dividieron a unas ratas de la misma camada en dos grupos idénticos. Al primero se le dio un estímulo máximo durante los primeros meses de vida. A estas ratas se las mantenía en jaulas bien iluminadas, rodeadas por ruedas de paletas y otros juguetes interesantes. Se les trataba con regularidad y se les permitía explorar fuera de sus jaulas. Se les sometía a experiencias de aprendizaje y después se les recompensaba por haber recordado. El segundo grupo vivía el tipo opuesto de existencia. Estas ratas se pasaban el tiempo encogidas dentro de jaulas con poca iluminación, aburridas y nada interesantes. No se les trataba ni se les estimulaba de manera alguna, y no se les permitía que salieran de las jaulas. La comida que recibían ambos grupos era idéntica.
A los ciento cinco días de edad, se sacrificaron todas para examinar su sistema nervioso. Los investigadores tuvieron la sorpresa de hallar que los cerebros de las ratas que habían recibido mucho estímulo diferían en varios sentidos importantes: (1) la corteza (la parte pensante del cerebro) era más gruesa y ancha; (2) el suministro de sangre era mucho más abundante; (3) las encimas necesarias para el aprendizaje eran más complicadas. Los investigadores llegaron a la conclusión de que los estímulos recibidos por el primer grupo al principio de su vida habían dado por resultado un cerebro más avanzado y complejo. Siempre es arriesgado aplicarles directamente a los humanos las conclusiones de una investigación con animales, pero es probable que se produzca el mismo tipo de cambios en el cerebro de los niños que reciben un alto nivel de estímulo. Para favorecer el que sus hijos lleguen a ser personas con capacidad, los padres deben comenzar por hablarles extensamente mientras son aún bebés. Deben colocarles alrededor de la cuna juguetes interesantes que se muevan o hagan algo. Desde entonces, y a lo largo de toda su infancia, deben programarles regularmente actividades de aprendizaje.
Por supuesto, los padres deben comprender que hay diferencia entre el estímulo y la presión. Darle libros a un niño de tres años es algo estimulante. Ridiculizarlo y amenazarlo porque no los puede leer, es presionarlo. Imponerles expectativas inalcanzables puede tener un efecto dañino en los niños.
Si el estímulo a edad temprana es tan importante como parece serlo en estos momentos, entonces la falta de ella podría ser una de las causas principales de las dificultades que tienen los escolares en cuanto al aprendizaje. Es imprescindible que los padres dediquen tiempo a la inversión de sus recursos en sus hijos. La necesidad de proporcionarles a los niños pequeños unas experiencias edificantes nunca ha sido tan evidente como lo es hoy.

EL PRINCIPIO DEL FIN


por el Hermano Pablo

( AGENCIALAVOZ ) Su vida podría medirse en el tiempo así: treinta y seis años de vida común, a la manera de la inmensa mayoría de los seres humanos; dos semanas de ardiente esperanza; treinta minutos de frenética alegría; diez segundos de terror; y en el siguiente instante, la muerte.

Lucía Pontini, de Milán, Italia, murió en un choque de automóvil cuando iba a todo escape a cobrar el gran premio de la lotería: tres millones de dólares. Su cuñada, Gabriela Rossini, comentó: «Ella se puso sobresaltada con el premio, y corrió sin tino a cobrarlo. ¿Quién hubiera imaginado que ese era el principio de su fin?»

Hubo aquí dos fuertes pérdidas. La primera —la de menos importancia— fue la del premio de la lotería; la segunda, la pérdida de un ser querido, mujer joven, esposa, y madre de tres hijos. Lo que queda para reflexionar es la pregunta de Gabriela: «¿Cómo íbamos a saber que esa dicha de ganarse la lotería iba a ser el principio de su fin?»

Esta vida es lo más inseguro que tenemos. Nunca sabemos lo que el siguiente momento puede traer. Hacemos nuestros planes. Confiamos en promesas. Ciframos todas nuestras esperanzas en el tiempo presente, y cuando menos pensamos, nuestra vida entera se viene abajo.

El apóstol Santiago escribe en su carta universal: «Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: `Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero.' ¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece» (Santiago 4:13‑14).

Nada en este mundo debe ser más importante que Dios en nuestra vida. Llega a ser un ídolo cualquier cosa a la que le demos más importancia que el señorío de Cristo. Y los ídolos todos se acaban. La única esperanza que es viva, permanente y segura es la que ofrece Cristo. Podemos tener la seguridad absoluta de que al morir iremos a estar en la presencia del Señor. Con esa seguridad cualquier pérdida en este mundo tiene poca importancia.

Cristo ha prometido estar con nosotros «siempre, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). Él nos garantiza su amistad y su protección. Y nos garantiza, además, un lugar en la eternidad. Por más importante que nos sea este mundo, cuando Cristo es nuestro Señor lo demás pierde su valor. Con Cristo cada día es un día seguro, porque el final es vida eterna.

 
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