martes, 4 de septiembre de 2007

Kyle Korver, una vida cristiana dentro de la NBA


( AGENCIA LA VOZ ) Kyle Elliot Korver, nació el 17 de marzo de 1981 en Lakewood, California, actualmente juega en el Philadelphia 76ers de la NBA, siendo uno de los mejores tiradores.Kyle Korver se formó como jugador en la Universidad de Creighton, donde llegó a ser el quinto máximo anotador de la historia de la universidad.

Anteriormente jugó en el equipo de baloncesto del Instituto Pella, en Pella, Iowa, donde su camiseta con el número 25 ha sido retirada. En el Draft de la NBA de 2003 fue seleccionado en la segunda ronda en 51º lugar por New Jersey Nets, que días después lo traspasaron a Philadelphia 76ers.Korver, uno de los mejores tiradores en la NBA, se toma tiempo para mantener una buena relación con cada miembro de su familia.Su papá, Kevin, es pastor, siendo de las personas que les gusta hacer algo por su ciudad, y junto con varios miembros de la congregación salen alrededor de la ciudad, pintando paredes, arreglando casas y recogiendo basura.Kyle asistió a una iglesia ubicada en la ciudad de Paramount, California, en donde su abuelo es el pastor principal de la iglesia, y su papá y tío eran pastores asistentes. A la edad de 12 años, Kyle y su familia se movieron a Pella, Iowa, en donde su papá continua trabajando en el ministerio.“Mis padres hicieron un buen trabajo al no forzarnos, a mis hermanos y a mí, en nuestra fe. Aunque al principio fue un poco difícil, ya que mi papá era uno de los pastores auxiliares, y debíamos estar en la iglesia 3 ó 4 días a la semana, durante un buen tiempo. Después de escuela me iba al estacionamiento de la iglesia a jugar basketball.Durante un tiempo caí en la trampa de vivir mi fe a través de mis padres y de mis abuelos. Carecía de una conexión verdadera con Dios, me sentía muy presionado por ser el hijo del pastor, ya que las miradas de los miembros de la congregación estaban puestas sobre mí. No me sentía verdadero, estaba más preocupado en mantener un testimonio intachable, que realmente no podía glorificar a Dios”.Cuando Korver asistió a la Universidad de Creighton, comenzó una gran experiencia. “Anhelaba ser querido por todos, buscaba ser buena persona, pero vivía cerca del pecado. Sentía que mi papá estaba en un nivel más grande de comunicación con Dios y que si yo hacía algo indebido Dios se lo diría”.Como cualquier novato de la NBA, Kyle fue influenciado por la fama y el dinero, una forma de vida que había alrededor de él.“Una mañana desperté, y me sentía totalmente vacío. Estando en la ducha, me senté en el piso hasta que el agua caliente se terminó, y le dije: ‘Señor no quiero seguir viviendo así. El estar sin ti no es mi deseo. Quiero glorificarte, y continuaba orando, Señor cambia mi corazón, no tengo el poder de cambiarlo, pero tú si, por favor ayúdame’.Sabía que el cambio no iba a ser automático, que era un proceso, el cual sigue siendo”.El versículo favorito de Kyle se encuentra en Proverbios 3:5-6 “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas”.La semilla que sus padres sembraron en Kyle ahora están dando frutos. No hace mucho tiempo Korver compartió su fe en una escuela, esa noche, después de escuchar su testimonio, 14 jovencitos decidieron entregar sus vidas a Cristo. Él ha podido ver la fidelidad de Dios en su vida diaria.En ocasiones Kyle comparte estudios bíblicos con sus compañeros de equipo.Actualmente dirige una fundación creada en el 2006, la cual lleva su nombre, dedicada a llevar un impacto positivo en las vidas de niños desvalidos, así como a mejorar la calidad de vida para la juventud y sus familias en Philadelphia, PA, Iowa y Nebraska. Creó esta fundación con la meta de hacer un impacto significativo en la gente menos afortunada.

 
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