jueves, 20 de septiembre de 2007

La amistad y sus propósitos


( AGENCIALAVOZ ) Nuestra necesidad de relación. Dios nos hizo seres sociales, lo que significa que no podemos vivir y desarrollarnos apropiadamente si nos aislamos de los demás, hay una necesidad natural de relación, o quizá sea más apropiado decir, que hay una necesidad de interdependencia entre los seres humanos. Por eso nacemos en familia y necesitamos personas cercanas para compartir nuestro tiempo y nuestra vida. Los amigos son entonces, una necesidad natural para relacionarnos, para amar, para tener también por quien preocuparnos, además de nosotros mismos, la amistad es algo positivo y fundamental para nuestro desarrollo integral como personas.Pero esa relación especial con algunas personas tanto del mismo sexo como con personas del sexo opuesto, debe partir del principio de entrega y beneficio mutuo, y no por interés individual y egoísta, que es lo que ha identificado a muchas falsas amistades.La necesidad de compartir. El tener personas con las que compartimos tiempo, cosas e ideas en común y con las que nos sentimos cómodos, es parte de nuestra convivencia diaria. El compartir es un principio de vida que Dios nos transmite en su Palabra, Él nos exhorta a que nos interesemos por los demás y que demos lo que sea necesario por el bienestar de otros, la verdadera amistad está fundamentada en una entrega de amor desinteresado, en donde priva la disposición a darlo todo, si es necesario, hasta la vida por el amigo (Juan 15:13).Pero también los cristianos tenemos una necesidad fundamental y es la de compartir nuestro testimonio de fe en Jesucristo, lo cual no lo podemos hacer si no tenemos amigos, el Evangelio se puede compartir de diferentes maneras y a diferentes audiencias, pero la manera más efectiva de compartir el amor de Jesucristo es a través de los amigos personales que podamos hacer. Por eso Jesucristo mismo nos insta a hacer amigos aquí en este mundo, con los medios terrenales posibles (Lucas 16:9) para que a través de esa amistad podamos influenciarlos y conducirlos al conocimiento de Dios.La necesidad de conocer y expresar el verdadero amor. El amor humano es egoísta, interesado y vanidoso, pero cuando se habla del amor de Dios en 1 Corintios 13, el tipo de amor que se muestra allí, es todo lo contrario al amor que nos profesamos entre humanos. Nadie de su propia naturaleza puede generar amor genuino, la prueba es que diariamente se rompen amistades, se quiebran promesas o pactos de relación, se separan matrimonios; porque el hombre no busca darse incondicionalmente, sino siempre está esperando recibir de los demás, y lo que da está condicionado a lo que recibe.Por eso es que hay mucha falsedad y fragilidad en las relaciones entre amigos, porque se quiere mantener la amistad o la relación en base a un amor egoísta e interesado, personas que son presas fáciles de las falacias y vanidades de este mundo comercial en donde se compran y se venden amistades a través de regalos y bienes materiales.El verdadero amor viene de Dios únicamente, Él es el único que puede darnos la capacidad de mantener relaciones y amistades permanentes y provechosas, en donde aunque no haya perfección, hay el suficiente verdadero amor para perdonarse y beneficiarse mutuamente (Proverbios 17:9).El valor de la amistad como etapa previa al noviazgo. La amistad entre hombre y mujer es una oportunidad maravillosa para conocer y valorar las virtudes de ambos, así como evaluar por qué se produce en las personas del sexo opuesto la atracción romántica.El matrimonio representa la etapa de la vida cuando una persona ha decidido compartir el resto de su vida con otra persona del sexo opuesto. Por lo tanto, una decisión tan fundamental no se puede hacer con un desconocido o desconocida, por eso es necesario desarrollar una etapa de amistad previa al compromiso o noviazgo.Esta etapa de la relación es para explorar las características particulares del sexo opuesto, es un periodo razonable para conocer a su familia, sus gustos y su manera de ver el mundo, pero sobre todo, es para ver qué tan dispuesta está esa persona a compartir sinceramente, cuáles son sus reales intereses y prioridades respecto a la vida, a fin de evaluar si vale la pena iniciar una relación de mayor acercamiento para determinar cuáles son los aspectos que nos identifican y que nos unen, cuáles son los que nos diferencian y separan, y así tomar objetivamente un compromiso definitivo.Si la sociedad moderna reconociera el valor de la amistad previa al noviazgo, y como consecuencia al matrimonio, las personas tendrían la oportunidad de conocerse un poco más antes de comprometerse, y se evitarían muchos problemas futuros, y obviamente muchas separaciones dolorosas y traumatizantes.

 
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