ARGENTINA-. ( AGENCIALAVOZ ) Nueve docentes de un colegio católico de la ciudad de Junín son víctimas de una ola de amenazas de muerte, telefónicas y por escrito, que comenzó tras una charla sobre prevención en la transmisión de enfermedades sexuales que brindó una profesora. La situación se tornó un escándalo que derivó, por el momento, en la renuncia del sacerdote que dirigía la institución y una investigación en la Justicia Penal.“Te vamos a matar a vos y a tus hijos si seguís con actitudes rebeldes a la causa de Dios”, dice uno de los mensajes recibido por Mónica Rionda, profesora de biología, quien dio la charla sobre sexo a los estudiantes y fue la primera de las docentes del colegio privado Padre Respuela en recibir anónimos y notas firmadas por la Santísima Virgen María.La ola de amenazas ya mereció la respuesta de los alumnos, quienes se solidarizaron con los profesores y realizaron un abrazo al edificio en donde funciona el colegio, perteneciente a la Arquidiócesis de Mercedes-Luján.“Lo concreto es que el autor material o intelectual está dentro de la escuela”, dijo a Gastón Rionda, hermano y abogado de la docente, concejal de Junín y el único no docente amenazado.“Dos de las tres primeras amenazas a mi hermana fueron mensajes que aparecieron en la sala de profesores del colegio, por lo que pensamos que quien las escribió, o las llevó, forma parte de la institución, que está muy comprometida”, explicó Rionda.El abogado confirmó también la información que dio a un ex alumno del Padre Respuela, la institución insignia de la iglesia de Junín, sobre la llegada de los primeros anónimos. “Lo concreto es que las amenazas llegaron luego de la charla que dio mi hermana y que fue criticada por las autoridades del colegio a través de una nota de la dirección en la que se marcó cierta disconformidad por cuestiones religiosas, por cómo fue la clase, qué les dijo y les enseñó a los chicos”, describió el concejal.Mónica es profesora del colegio desde hace 20 años y nunca antes había quedado inmersa en conflicto alguno, aunque tampoco pasaba desapercibida. “Es una mina provocativa. Creo que nos volvía locos a todos, por cómo se vestía y sus actitudes en la clase”, describió el ex alumno que habló con y recordó que, “alguna vez, hasta llegamos a aplaudirla antes de entrar a clases. Estaba re fuerte”.Las amenazas a la profesora merecieron el repudio de sus compañeros y el inicio de una denuncia penal, lo que terminó en desencadenar la ola de amenazas de muerte al resto de los docentes.“Son amenazas de muerte, con un cierto fundamentalismo religioso. Dicen que van a entregar la casa de mi hermana a Dios a través del fuego o que van a descuartizar a su hijo. También que no puede pertenecer a la comunidad educativa porque es impura”, dijo el concejal.Al parecer, los anónimos pretenden que los docentes se limiten a una educación católica ortodoxa para los más de 1.000 alumnos que concurren a la institución en los tres niveles de enseñanza. Pero lo cierto es que la Justicia ya investiga si hay una secta religiosa detrás de las amenazas, que derivaron en la renuncia del párroco Alejandro Gwerder, representante legal de la escuela y sobre quien pesa la acusación de haber destruido la comunidad parroquial para formar una cofradía muy rara.