Por Lic. Edgardo Rodríguez Engelhard
( AGENCIALAVOZ ) -. Si vemos el evangelio vamos a encontrar a Jesús sanando o caminando hacia algún lugar a sanar un enfermo; en su plan la sanación tiene un lugar esencial, no se encuentra ningún caso que Jesús no haya querido curar.
Dios es un padre amoroso que quiere vernos plenos, realizados, felices y la enfermedad provoca todo lo contrario en la vida de los enfermos. Dios no envía enfermedades, pero en su voluntad permisiva estas si se dan muy a menudo, las personas creen que Dios les envía las enfermedades y esa creencia hace que conciente o subconscientemente se rechaza la sanidad divina, es decir la sanidad de El quiere darnos.
Jesús y el Espíritu Santo son los grandes sanadores de almas y de cuerpos y yo agrego también de familias y de las sociedades.
Vivimos en un mundo que esta sumido en el pecado, la enfermedad, las ambiciones desmedidas, las guerras, la violencia, nada está más apartado de los planes de Dios que lo anterior.
Si la sociedad en su todo quiere encontrar respuestas, debe encontrar las causas que generan la enfermedad, casi siempre queremos sanar los síntomas y así como el individuo así es en la sociedad.
La raíz de todos los males es el pecado, digámoslo así que el apartarnos de Dios es la causa de los males, es como por ejemplo una persona alcohólica que no quiere reconocer el alcoholismo, difícilmente se podrá sanar de su enfermedad. Así también un pueblo que no reconoce que el pecado social deriva del pecado individual y del no reconocer su real situación, no vera su sanidad seguirán todos los síntomas sociales y se agravarán.
En todo esto es esencial nuestra actividad individual frente a nuestra realidad de vida y la actitud de una sociedad frente a su cruda realidad. La palabra de Dios dice: “SI MI PUEBLO SOBRE EL CUAL MI BOMBRE ES INVOCADO, SE HUMILLARE Y ORAREN Y BUSCAREN MI ROSTRO SE ARREPINTIERE DE SUS MALOS CAMINOS, ENTONCES YO OIRE DESDE LOS CIELOS PERDONARE SUS PECADOS Y SANARE SU TIERRA”.
Todo esto tiene implicaciones nacionales muy fuertes; la iglesia juega un rol esencial, debe de ser una iglesia con una actitud que no acepte nuestra realidad de vida, de una pueblo que vive oprimido por la miseria, el hambre, la violencia, la pobreza, debemos como un todo luchar por cambar estos males sin olvidar que solo son los síntomas de una causa que es el pecado individual y el pecado social.
Cuando digo que no debemos aceptar nuestro pecado estoy señalando un camino a realizar, primero el arrepentimiento individual y social, y después a trabajar en construir algo que se situé en la roca eterna del evangelio de Jesús.
Si queremos ver una nación sana, feliz, prospera debemos buscar la solución en el Señor, en la sabiduría de su palabra, por eso desde la perspectiva del ciudadano común hasta el mas alto funcionario publico, los dirigentes políticos, sociales, empresariales, sindicales, etc.; todas las cabezas de la nación como un todo debemos volver la vista a Jesús, a sus palabras y las ponemos en practica, hacemos de ellas praxis de vida, las cosas serán mejores para todos sin distinción alguna.
Dios quiere SANAR NACIONES, hagamos nuestra parte, hagamos lo que sea nuestra responsabilidad y veremos que el cumple su palabra. El desafió esta hecho, aceptemos el reto.
Dios es un padre amoroso que quiere vernos plenos, realizados, felices y la enfermedad provoca todo lo contrario en la vida de los enfermos. Dios no envía enfermedades, pero en su voluntad permisiva estas si se dan muy a menudo, las personas creen que Dios les envía las enfermedades y esa creencia hace que conciente o subconscientemente se rechaza la sanidad divina, es decir la sanidad de El quiere darnos.
Jesús y el Espíritu Santo son los grandes sanadores de almas y de cuerpos y yo agrego también de familias y de las sociedades.
Vivimos en un mundo que esta sumido en el pecado, la enfermedad, las ambiciones desmedidas, las guerras, la violencia, nada está más apartado de los planes de Dios que lo anterior.
Si la sociedad en su todo quiere encontrar respuestas, debe encontrar las causas que generan la enfermedad, casi siempre queremos sanar los síntomas y así como el individuo así es en la sociedad.
La raíz de todos los males es el pecado, digámoslo así que el apartarnos de Dios es la causa de los males, es como por ejemplo una persona alcohólica que no quiere reconocer el alcoholismo, difícilmente se podrá sanar de su enfermedad. Así también un pueblo que no reconoce que el pecado social deriva del pecado individual y del no reconocer su real situación, no vera su sanidad seguirán todos los síntomas sociales y se agravarán.
En todo esto es esencial nuestra actividad individual frente a nuestra realidad de vida y la actitud de una sociedad frente a su cruda realidad. La palabra de Dios dice: “SI MI PUEBLO SOBRE EL CUAL MI BOMBRE ES INVOCADO, SE HUMILLARE Y ORAREN Y BUSCAREN MI ROSTRO SE ARREPINTIERE DE SUS MALOS CAMINOS, ENTONCES YO OIRE DESDE LOS CIELOS PERDONARE SUS PECADOS Y SANARE SU TIERRA”.
Todo esto tiene implicaciones nacionales muy fuertes; la iglesia juega un rol esencial, debe de ser una iglesia con una actitud que no acepte nuestra realidad de vida, de una pueblo que vive oprimido por la miseria, el hambre, la violencia, la pobreza, debemos como un todo luchar por cambar estos males sin olvidar que solo son los síntomas de una causa que es el pecado individual y el pecado social.
Cuando digo que no debemos aceptar nuestro pecado estoy señalando un camino a realizar, primero el arrepentimiento individual y social, y después a trabajar en construir algo que se situé en la roca eterna del evangelio de Jesús.
Si queremos ver una nación sana, feliz, prospera debemos buscar la solución en el Señor, en la sabiduría de su palabra, por eso desde la perspectiva del ciudadano común hasta el mas alto funcionario publico, los dirigentes políticos, sociales, empresariales, sindicales, etc.; todas las cabezas de la nación como un todo debemos volver la vista a Jesús, a sus palabras y las ponemos en practica, hacemos de ellas praxis de vida, las cosas serán mejores para todos sin distinción alguna.
Dios quiere SANAR NACIONES, hagamos nuestra parte, hagamos lo que sea nuestra responsabilidad y veremos que el cumple su palabra. El desafió esta hecho, aceptemos el reto.
Econ.Edgardo Rodriguez Engelhard. Ex Candidato Presidencial de la Republica del Salvador, Empresario, Ex Presidente Nacional de la Fraternidad Internacional Hombres de Negocios del Evangelio Completo. Fundador de la Alianza de Partidos Cristianos de América Latina que se suscribiera en Virginia con el apoyo de la Christian Coalition of America. Actualmente involucrado en la formación de lideres Empresariales Cristianos en América Latina.
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