Escrito Por Andrés Oppenheimer
EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ) Lo que era impensable hasta hace poco está empezando a ser considerando en círculos diplomáticos norteamericanos como un escenario muy probable: que el presidente colombiano Alvaro Uribe se acerque cada vez más a su vecino venezolano Hugo Chávez.
He aquí el razonamiento: tras el triunfo del presidente ecuatoriano Rafael Correa en el referéndum del domingo pasado para cambiar la Cconstitución y crear un ''nuevo'' país inspirado en el modelo chavista, Colombia se encontrará cercada -como en un sándwich - entre dos gobiernos izquierdistas que pregonan una revolución para instaurar el ''socialismo del siglo XXI'' en todo el continente.
Para Colombia, eso significará la necesidad de un reacomodamiento político y económico. Colombia depende de Venezuela para una parte importante de sus exportaciones, y necesita la buena voluntad de sus vecinos para evitar que los guerrilleros colombianos busquen refugio y lancen ataques desde el otro lado de sus fronteras.
Complicando aun más las cosas para Colombia, el Congreso de Estados Unidos -controlado por el Partido Demócrata -probablemente no ratifique el Tratado de Libre Comercio que Uribe y el presidente Bush firmaron el año pasado. Los demócratas, que cuentan con el apoyo de los sindicatos norteamericanos que se oponen al libre comercio, dicen que no pueden votar a favor del tratado por el historial de asesinatos de sindicalistas en Colombia.
Asimismo, Colombia ha aceptado la mediación de Chávez en las negociaciones con las guerrillas de las FARC para la liberación de cientos de rehenes, incluidos tres contratistas de defensa norteamericanos y la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.
Si Chávez logra la liberación de los rehenes, su imagen crecerá en Colombia, y puede convertirse en un factor influyente en las próximas elecciones presidenciales colombianas.Finalmente, Colombia está dependiendo de la buena voluntad de Cuba, el principal aliado de Chávez, en las negociaciones con los guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se llevan a cabo en La Habana. El mes pasado, Uribe envió a Cuba a la primera dama colombiana, Lina Moreno de Uribe, en una ''visita de trabajo'' para interiorizarse sobre planes para las mujeres y programas de salud en la isla.
Roger Noriega, un ex funcionario del gobierno de Bush que estuvo a cargo de la Oficina de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado, me dijo en una entrevista que Uribe ``es un tipo muy pragmático. Pero si lo empujan a una jauría de lobos, no le va a quedar más remedio que protegerse buscando un reacomodamiento con sus vecinos''.
Manuel Rocha, un ex alto funcionario del Departamento de Estado que trabajó durante varias décadas en América Latina, va aún más lejos. Citando la probable decisión del Congreso norteameriocano de no ratificar el Tratado de Libre Comercio con Colombia, y los recientes recortes en la ayuda antidrogas de Estados Unidos a Colombia, Rocha señaló que mientras que a Bush le quedan apenas 14 meses de gobierno, a Uribe le quedan unos tres anos. Uribe, por lo tanto, no puede contar con el apoyo incondicional de Estados Unidos hasta el fin de su mandato, afirmó Rocha.
''Veremos la transformación de un Uribe que al principio estaba dispuesto a enfrentarse a Chávez, a un Uribe que buscará cada vez más oportunidades de entenderse con Chávez'', me dijo Rocha. ``Al final del día, antes de que termine su mandato, Uribe estará más cerca de Caracas que de Washington''.
Myles Frechette, un ex embajador de Estados Unidos en Colombia, señala que habrá límites al acercamiento Uribe-Chávez: ambos países mantienen disputas añejas, y los dos presidentes tienen ideologías y personalidades muy diferentes. ''Uribe no se convertirá en un peón de Chávez, pero estará más cerca de él que antes'', señaló Frechette.
¿Qué dice el gobierno colombiano a todo esto? El canciller colombiano Fernado Araújo me dijo en una entrevista telefónica desde Bogotá: ``nosotros no contemplamos un alejamiento de Washington bajo ninguna circunstancia, porque consideramos nuestra relación con Estados Unidos como una cuestión estratégica. En relación con nuestros vecinos, hemos ido construyendo una relación de respeto en medio de la diversidad, que va a ir mejorando.''
Mi opinión: el resultado del referéndum del domingo pasado en Ecuador va a tener un gran impacto sobre Colombia. El presidente ecuatoriano Rafael Correa - uno de los políticos más arrogantes que he conocido - convertirá a Ecuador rápidamente en una dictadura electa, al estilo venezolano, que se convertirá en un dolor de cabeza para Colombia.
Correa ya amenazó con denunciar a Colombia ante la Corte Internacional de La Haya por sus fumigaciones antidrogas en áreas fronterizas. Eso muy probablemente lleve, tarde o temprano, a otra mediación de Chavez en un problema mayúsculo de Colombia.
Resumiendo, no sé si veremos un noviazgo politico entre Uribe y Chávez, pero todos los factores apuntan a una disminución del peso político de Estados Unidos en Colombia, y a un aumento de la influencia de Chávez en ese país.
Para Colombia, eso significará la necesidad de un reacomodamiento político y económico. Colombia depende de Venezuela para una parte importante de sus exportaciones, y necesita la buena voluntad de sus vecinos para evitar que los guerrilleros colombianos busquen refugio y lancen ataques desde el otro lado de sus fronteras.
Complicando aun más las cosas para Colombia, el Congreso de Estados Unidos -controlado por el Partido Demócrata -probablemente no ratifique el Tratado de Libre Comercio que Uribe y el presidente Bush firmaron el año pasado. Los demócratas, que cuentan con el apoyo de los sindicatos norteamericanos que se oponen al libre comercio, dicen que no pueden votar a favor del tratado por el historial de asesinatos de sindicalistas en Colombia.
Asimismo, Colombia ha aceptado la mediación de Chávez en las negociaciones con las guerrillas de las FARC para la liberación de cientos de rehenes, incluidos tres contratistas de defensa norteamericanos y la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.
Si Chávez logra la liberación de los rehenes, su imagen crecerá en Colombia, y puede convertirse en un factor influyente en las próximas elecciones presidenciales colombianas.Finalmente, Colombia está dependiendo de la buena voluntad de Cuba, el principal aliado de Chávez, en las negociaciones con los guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se llevan a cabo en La Habana. El mes pasado, Uribe envió a Cuba a la primera dama colombiana, Lina Moreno de Uribe, en una ''visita de trabajo'' para interiorizarse sobre planes para las mujeres y programas de salud en la isla.
Roger Noriega, un ex funcionario del gobierno de Bush que estuvo a cargo de la Oficina de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado, me dijo en una entrevista que Uribe ``es un tipo muy pragmático. Pero si lo empujan a una jauría de lobos, no le va a quedar más remedio que protegerse buscando un reacomodamiento con sus vecinos''.
Manuel Rocha, un ex alto funcionario del Departamento de Estado que trabajó durante varias décadas en América Latina, va aún más lejos. Citando la probable decisión del Congreso norteameriocano de no ratificar el Tratado de Libre Comercio con Colombia, y los recientes recortes en la ayuda antidrogas de Estados Unidos a Colombia, Rocha señaló que mientras que a Bush le quedan apenas 14 meses de gobierno, a Uribe le quedan unos tres anos. Uribe, por lo tanto, no puede contar con el apoyo incondicional de Estados Unidos hasta el fin de su mandato, afirmó Rocha.
''Veremos la transformación de un Uribe que al principio estaba dispuesto a enfrentarse a Chávez, a un Uribe que buscará cada vez más oportunidades de entenderse con Chávez'', me dijo Rocha. ``Al final del día, antes de que termine su mandato, Uribe estará más cerca de Caracas que de Washington''.
Myles Frechette, un ex embajador de Estados Unidos en Colombia, señala que habrá límites al acercamiento Uribe-Chávez: ambos países mantienen disputas añejas, y los dos presidentes tienen ideologías y personalidades muy diferentes. ''Uribe no se convertirá en un peón de Chávez, pero estará más cerca de él que antes'', señaló Frechette.
¿Qué dice el gobierno colombiano a todo esto? El canciller colombiano Fernado Araújo me dijo en una entrevista telefónica desde Bogotá: ``nosotros no contemplamos un alejamiento de Washington bajo ninguna circunstancia, porque consideramos nuestra relación con Estados Unidos como una cuestión estratégica. En relación con nuestros vecinos, hemos ido construyendo una relación de respeto en medio de la diversidad, que va a ir mejorando.''
Mi opinión: el resultado del referéndum del domingo pasado en Ecuador va a tener un gran impacto sobre Colombia. El presidente ecuatoriano Rafael Correa - uno de los políticos más arrogantes que he conocido - convertirá a Ecuador rápidamente en una dictadura electa, al estilo venezolano, que se convertirá en un dolor de cabeza para Colombia.
Correa ya amenazó con denunciar a Colombia ante la Corte Internacional de La Haya por sus fumigaciones antidrogas en áreas fronterizas. Eso muy probablemente lleve, tarde o temprano, a otra mediación de Chavez en un problema mayúsculo de Colombia.
Resumiendo, no sé si veremos un noviazgo politico entre Uribe y Chávez, pero todos los factores apuntan a una disminución del peso político de Estados Unidos en Colombia, y a un aumento de la influencia de Chávez en ese país.