( AGENCIALAVOZ ) Lo pronostica la Organización Mundial de la Salud.
conversó con el presidente de la Fundación para la Investigación de la Depresión (FUNDEP), sobre las características de esta patología.
La Organización Mundial de la Salud pronostica: “Se espera que los trastornos depresivos, en la actualidad responsables de la cuarta causa de muerte y discapacidad a escala mundial, ocupen el segundo lugar, después de las cardiopatías, en 2020”.
Para esa fecha, las problemáticas de la salud serán principalmente el envejecimiento de la población, la propagación del HIV y el incremento en la mortalidad relacionado con el tabaco y la obesidad. Las depresiones se ubicarán, como causa de discapacidad, por delante de los accidentes de tránsito, las enfermedades vasculares cerebrales, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las infecciones de las vías respiratorias, la tuberculosis y el HIV. “Se llega a la muerte por depresión a través del suicidio y a través de las depresiones enmascaradas, porque una persona deprimida tiene, por ejemplo, un 5 por ciento más de posibilidades de tener patologías cardiovasculares, y hay depresiones que dan síntomas físicos cardiológicos, oncológicos, gastro-intestinales”, explica el doctor Luis Hornstein, médico psiquiatra y psicoanalista, presidente de la Fundación para la Investigación de la Depresión (FUNDEP), que el 20 de octubre organiza una Jornada sobre el tema.
Se llega a la muerte por depresión a través del suicidio y a través de las depresiones enmascaradas, porque una persona deprimida tiene, por ejemplo, un 5 por ciento más de posibilidades de tener patologías cardiovasculares.
“La depresión puede surgir por una alteración somática, puede producirla y afecta el pronóstico de la enfermedad, que va a depender del estado de ánimo”, asegura Hornstein, autor del libro “Las depresiones” –Paidós 2006- y premio Konex de platino en psicoanálisis (década 1996-2006).Los síntomasEn la obra “Las depresiones” se plantean las siguientes características de esta patología:“Los pacientes con un humor deprimido (es decir, una depresión) presentan pérdida de energía e interés, sentimientos de culpa, dificultades de concentración, pérdida de apetito y pensamientos de muerte o suicidio. El humor deprimido y la pérdida de interés o satisfacción son los síntomas clave de las depresiones. En ellas se manifiesta una pérdida de energía que empeora el rendimiento escolar y laboral y disminuye la motivación para emprender proyectos. La inhibición es su trastorno fundamental. Otros signos y síntomas son los cambios en las funciones cognitivas, en el lenguaje y las funciones vegetativas (como el sueño, el apetito y la actividad sexual). Cambios que casi siempre afectan al funcionamiento social, laboral e interpersonal.
Los deprimidos presentan una visión pesimista de sí mismos y del mundo así como un sentimiento de impotencia y de fracaso. Hay pérdida de la capacidad de experimentar placer (intelectual, estético, alimentario o sexual). La existencia pierde sabor y sentido. Se sienten aislados y abrumados por esa vergonzosa indiferencia hacia sus prójimos. El depresivo es un agobiado en busca de estímulo. Un ansioso en busca de calma. Un insomne en busca del dormir”, plantea el autor. Según el especialista, ese agobio se expresa en la temporalidad (“no tengo futuro”), en la motivación (“no tengo fuerzas”) y en el valor (“no valgo nada”). “Muchos hombres deprimidos no son diagnosticados porque su actitud no consiste en recluirse en el silencio del abatimiento sino en el ruido de la violencia, la 'irritabilidad’ el consumo de drogas o la adicción al trabajo, que funcionan como automedicación”, plantea.
Los deprimidos presentan una visión pesimista de sí mismos y del mundo así como un sentimiento de impotencia y de fracaso. Hay pérdida de la capacidad de experimentar placer (intelectual, estético, alimentario o sexual). La existencia pierde sabor y sentido.
Los motivos de consulta En el caso de las depresiones, los pacientes pueden llegar al consultorio por diferentes razones, que pueden agruparse en tres categorías categorías:
Se llega a la muerte por depresión a través del suicidio y a través de las depresiones enmascaradas, porque una persona deprimida tiene, por ejemplo, un 5 por ciento más de posibilidades de tener patologías cardiovasculares.
“La depresión puede surgir por una alteración somática, puede producirla y afecta el pronóstico de la enfermedad, que va a depender del estado de ánimo”, asegura Hornstein, autor del libro “Las depresiones” –Paidós 2006- y premio Konex de platino en psicoanálisis (década 1996-2006).Los síntomasEn la obra “Las depresiones” se plantean las siguientes características de esta patología:“Los pacientes con un humor deprimido (es decir, una depresión) presentan pérdida de energía e interés, sentimientos de culpa, dificultades de concentración, pérdida de apetito y pensamientos de muerte o suicidio. El humor deprimido y la pérdida de interés o satisfacción son los síntomas clave de las depresiones. En ellas se manifiesta una pérdida de energía que empeora el rendimiento escolar y laboral y disminuye la motivación para emprender proyectos. La inhibición es su trastorno fundamental. Otros signos y síntomas son los cambios en las funciones cognitivas, en el lenguaje y las funciones vegetativas (como el sueño, el apetito y la actividad sexual). Cambios que casi siempre afectan al funcionamiento social, laboral e interpersonal.
Los deprimidos presentan una visión pesimista de sí mismos y del mundo así como un sentimiento de impotencia y de fracaso. Hay pérdida de la capacidad de experimentar placer (intelectual, estético, alimentario o sexual). La existencia pierde sabor y sentido. Se sienten aislados y abrumados por esa vergonzosa indiferencia hacia sus prójimos. El depresivo es un agobiado en busca de estímulo. Un ansioso en busca de calma. Un insomne en busca del dormir”, plantea el autor. Según el especialista, ese agobio se expresa en la temporalidad (“no tengo futuro”), en la motivación (“no tengo fuerzas”) y en el valor (“no valgo nada”). “Muchos hombres deprimidos no son diagnosticados porque su actitud no consiste en recluirse en el silencio del abatimiento sino en el ruido de la violencia, la 'irritabilidad’ el consumo de drogas o la adicción al trabajo, que funcionan como automedicación”, plantea.
Los deprimidos presentan una visión pesimista de sí mismos y del mundo así como un sentimiento de impotencia y de fracaso. Hay pérdida de la capacidad de experimentar placer (intelectual, estético, alimentario o sexual). La existencia pierde sabor y sentido.
Los motivos de consulta En el caso de las depresiones, los pacientes pueden llegar al consultorio por diferentes razones, que pueden agruparse en tres categorías categorías:
A) Estados de ánimo y afectividad: tristeza, baja autoestima, autorreproches, pérdida de placer e interés, sensación de vacío, apatía, ansiedad, tensión, irritabilidad, inhibiciones varias.
B) Pensamiento: concentración disminuída, indecisión, culpa, pesimismo, crisis de ideales y de valores, pensamientos suicidas.
C) Manifestaciones somáticas: alteración de algunas funciones (insomnio, hipersomnia, aumento o disminución del apetito, disminución del deseo sexual); dolores corporales (cefaleas, lumbalgias, dolores articulares) y síntomas viscerales (principalmente gastrointestinales y cardiovasculares).“La industria farmacéutica suele abogar excluyentemente por la farmacoterapia, como si la química fuera la llave maestra. La bioquímica puede aliviar la depresión. Pero las depresiones resultan de una alteración de la autoestima en el contexto de los vínculos y los logros actuales –advierte el doctor Hornstein-. Reconocer los aspectos químicos de las depresiones no implica desconocer los aspectos psíquicos ni los socioeconómicos. Las depresiones tienen que ver también con el desempleo, la marginación, la pobreza extrema y la crisis en los valores e ideales. Tampoco en esto disponemos de estadísticas confiables. Pero en la Argentina no es aventurado vincular la depresión a los duelos masivos y traumas devastadores que hacen zozobrar vínculos, identidades y proyectos, personales y colectivos. En una cultura del éxito y de la acción individual es necesario ser el primero para no ser el último. Las depresiones componen la cara oscura de la intimidad contemporánea”, dice el especialista.Sin duda, se trata de una patología compleja que, por ahora, tiene un pronóstico bastante negativo y que requiere de una combinación de esfuerzos para poder revertir su tendencia creciente: “Las depresiones son una epidemia y entonces requieren una acción enérgica y urgente. Requieren un cambio sociocultural y medidas de gobierno, además de los clásicos tratamientos en hospitales y consultorios, que deberán ponerse al día", plantea Hornstein.