jueves, 11 de octubre de 2007

Padres e Hijos ¡Basta de sermones!


( AGENCIALAVOZ ) -.Los regaños, cantaletas y sermones no son efectivos como estrategias para cambiar conductas, especialmente con adolescentes. Nuestros hijos se desconectan, volviéndose sordos al mensaje repetido una y otra vez.

En aquellas ocasiones en las que necesitemos comunicarnos con nuestros hijos para llamarles la atención por una conducta inadecuada o para clarificar una situación confusa, será más recomendable utilizar intervenciones cortas y precisas. Vayamos al grano y evitemos la larga ruta del sermón, que si bien recordamos todos nosotros detestábamos cuando éramos jóvenes.
Lo ideal es acostumbrar a nuestros hijos a decir las cosas una sola vez. Mantenga su palabra, no se deje manipular. Por ejemplo dé una orden clara y precisa: quiero que te vayas a bañar en los próximos cinco minutos. Dele seguimiento a su pedido. Si su hijo lo hace agradézcaselo y felicítelo por ser responsable y cooperador. Si por el contrario a los cinco minutos todavía está en el teléfono o viendo TV, automáticamente haga otra intervención como terminar la llamada telefónica o apagar el televisor. Indíquele al niño/adolescente de forma calmada que se vaya a bañar inmediatamente y aclárele la consecuencia por desobedecer. Dame tu teléfono celular, no lo podrás usar durante los próximos tres días, o no verás televisión durante dos días consecutivos. La meta es que su hijo establezca una relación entre la conducta inadecuada y la consecuencia. De esa forma la conducta inadecuada disminuirá en frecuencia. La clave del éxito es ser consistente y no olvidar o levantar el castigo bajo ninguna circunstancia.
El cantaletear repitiendo las mismas amenazas ocasión tras ocasión no genera resultados positivos. Los papás pierden la paciencia, se frustran, gritan, manotean, tiran cosas y los niños y adolescentes saben que los padres sólo hablan pero no hacen nada. Amenazan pero nunca cumplen. Es entonces que cierran los oídos a lo que usted les dice. Las acciones son más efectivas y poderosas que las palabras. Todos entendemos consecuencias que no nos gustan y obviamos palabras y amenazas que nunca se cumplen.
Otra forma de manejar la situación es ofreciéndole a su hijo dos alternativas. ¿Qué prefieres hacer primero poner los platos en el lavavajillas o bañarte? Al plantear alternativas se fuerza al niño o adolescente a concentrarse en tomar una decisión, en la opción y no en la acción inadecuada, y usted evita la cantaleta.
Cuando los hijos reconocen que los padres están en control y dispuestos a establecer reglas de conducta y a hacerlas cumplir sin excusas, ellos responderán cumpliéndolas. Padres en control suelen modelar conductas positivas y de acción. Los niños y adolescentes pensarán dos veces el romper las reglas o acuerdos porque saben con certeza que una consecuencia negativa seguirá sus acciones
Nuestros hijos necesitan guías de conducta y límites claramente definidos. Los padres exitosos son los que les proveen esto a sus niños. Cuando la meta es desarrollar seres humanos responsables, colaboradores, honestos y capaces, no nos queda otra alternativa que modelar la conducta adecuada premiando acciones positivas y castigando acciones negativas.•

 
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