MADRID.-( AGENCIALAVOZ ) Un equipo internacional e interdisciplinar formado por 13 investigadores han analizado los restos de cuatro momias halladas en las cumbres de las grandes montañas de los Andes. La espeluznante conclusión a la que han llegado es que los niños antes de ser sacrificados eran 'engordados'. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).
El propósito de la investigación era descubrir el origen, estatus y modo de vida de los niños y jóvenes sacrificados ritualmente. Para ello se analizaron cuatro momias analizadas halladas en dos yacimientos arqueológicos descubiertos en la década de 1990 en la cordillera de los Andes, y situados a una gran altura. En concreto, se trata de una niña de 15 años encontrada en el volcán 'Sara Sara' (Perú) de 5.500 metros de altura, y de tres niños de 15, 7 y 6 años encontrados en el volcán Llullaillaco (Argentina) de 6.700 metros. Estos yacimientos, con otros de los Andes, también incaicos, son los que se encuentran a mayor altura en el planeta.
Las momias tenían consigo saquitos con su propio pelo que habría sido cortado seis meses antes del sacrificio. El análisis y comparación de los cabellos ha revelado que, desde su designación como 'objetos para el sacrificio', su dieta se vio muy enriquecida, incorporando productos como la carne, ausentes en la alimentación de los campesinos. Así pues, los niños fueron 'engordados' antes de ser asesinados.
Los datos históricos y arqueológicos revelan que los niños llegaron a estas cimas desde lugares lejanos del imperio. Es posible que primero fueran a la capital, Cuzco, y posteriormente les trasladaran a las montañas, donde eran sacrificados. Según indican los investigadores, los españoles observaron que los nobles enviaban a sus propios hijos al sacrificio; pero las comunidades locales también hacían su contribución a este tributo de sangre.
Los investigadores no saben exactamente cómo murieron todos los niños, pero al menos uno falleció por un golpe en la cabeza. Según Timothy Taylor, investigador de la Universidad de Bradford, en declaraciones a Reuters, "nos parece que fueron conducidos a la sepultura en la cumbre, en la culminación de un rito de un año, fueron drogados y luego abandonados para sucumbir por la exposición a las condiciones extremas".
El propósito de la investigación era descubrir el origen, estatus y modo de vida de los niños y jóvenes sacrificados ritualmente. Para ello se analizaron cuatro momias analizadas halladas en dos yacimientos arqueológicos descubiertos en la década de 1990 en la cordillera de los Andes, y situados a una gran altura. En concreto, se trata de una niña de 15 años encontrada en el volcán 'Sara Sara' (Perú) de 5.500 metros de altura, y de tres niños de 15, 7 y 6 años encontrados en el volcán Llullaillaco (Argentina) de 6.700 metros. Estos yacimientos, con otros de los Andes, también incaicos, son los que se encuentran a mayor altura en el planeta.
Las momias tenían consigo saquitos con su propio pelo que habría sido cortado seis meses antes del sacrificio. El análisis y comparación de los cabellos ha revelado que, desde su designación como 'objetos para el sacrificio', su dieta se vio muy enriquecida, incorporando productos como la carne, ausentes en la alimentación de los campesinos. Así pues, los niños fueron 'engordados' antes de ser asesinados.
Los datos históricos y arqueológicos revelan que los niños llegaron a estas cimas desde lugares lejanos del imperio. Es posible que primero fueran a la capital, Cuzco, y posteriormente les trasladaran a las montañas, donde eran sacrificados. Según indican los investigadores, los españoles observaron que los nobles enviaban a sus propios hijos al sacrificio; pero las comunidades locales también hacían su contribución a este tributo de sangre.
Los investigadores no saben exactamente cómo murieron todos los niños, pero al menos uno falleció por un golpe en la cabeza. Según Timothy Taylor, investigador de la Universidad de Bradford, en declaraciones a Reuters, "nos parece que fueron conducidos a la sepultura en la cumbre, en la culminación de un rito de un año, fueron drogados y luego abandonados para sucumbir por la exposición a las condiciones extremas".