ARGENTINA-. ( AGENCIALAVOZ ) Acabamos de vivir otra fiesta de la democracia. Algo que debería ser visto como natural en una democracia, el traspaso de un gobierno a otro en orden y de acuerdo al resultado de los votos, nos pareció a los argentinos, excepcional.
Nos cuesta creer que en sólo cuatro años hayamos salido de la crisis económica y social más trágica de la historia argentina y estemos viviendo “en otro país”. Muchos hemos hecho mucho para que esto sea posible, pero le cabe al ex presidente Néstor Kirchner el mérito de haber conducido este proceso. Lo hizo con inteligencia, convicción, esfuerzo, dedicación y firmeza.
Tal como ocurrió en estos días con los nuevos gobernantes, el ex presidente hizo su juramento apelando a que en última instancia “Dios y la Patria se lo demanden”. Como integrantes de esta Patria y representantes de gran parte del pueblo cristiano evangélico de Argentina, que constituye hoy más del 10% de la población, con humildad pero con toda claridad, hacemos pública nuestra demanda al ex presidente Kirchner por haberse negado a derogar la ley 21.745 que de manera inconstitucional condiciona la libertad de culto y establece un estado de permanente discriminación.
Esta ley sancionada el 10 de febrero de 1978, que lleva entre otras las firmas de Videla y Harguindeguy, viola no solo nuestra Constitución sino también los pactos internacionales a los que la Argentina se ha sometido.
Suele decirse que cuando un gobernante no hace algo es porque no supo, no pudo o no quiso. El ex presidente sí supo, ya que desde los primeros días de su gobierno planteamos esta situación en la Secretaría de Culto. Bajo la coordinación de esta Secretaría se trabajó durante más de dos años, con la amplia participación de todos los credos, en la elaboración de un proyecto de ley alternativo que quedó en poder del ex presidente. El ex presidente sí pudo, porque estaban dadas las condiciones y tenía en el Congreso la cuota necesaria de poder político para hacerlo. Simplemente NO quiso.
Desconocemos las razones, porque al mismo tiempo hemos tenido excelentes relaciones de trabajo y cooperación con la Secretaría de Cultos y los Ministerios de Bienestar Social, Salud y Educación, entre otros.
Auguramos a la nueva Presidenta, la Dra. Cristina Fernández, el mayor de los éxitos en sus funciones. Oramos a Dios para que la ilumine en la difícil tarea y responsabilidad que tiene en sus manos. Anhelamos que en esta nueva etapa puedan revertirse situaciones como la que aquí hemos planteado. Como hombres y mujeres de fe estaremos siempre dispuestos a colaborar en todo aquello que signifique la promoción humana, la defensa de la justicia y de la vida.
ACIERA
Nos cuesta creer que en sólo cuatro años hayamos salido de la crisis económica y social más trágica de la historia argentina y estemos viviendo “en otro país”. Muchos hemos hecho mucho para que esto sea posible, pero le cabe al ex presidente Néstor Kirchner el mérito de haber conducido este proceso. Lo hizo con inteligencia, convicción, esfuerzo, dedicación y firmeza.
Tal como ocurrió en estos días con los nuevos gobernantes, el ex presidente hizo su juramento apelando a que en última instancia “Dios y la Patria se lo demanden”. Como integrantes de esta Patria y representantes de gran parte del pueblo cristiano evangélico de Argentina, que constituye hoy más del 10% de la población, con humildad pero con toda claridad, hacemos pública nuestra demanda al ex presidente Kirchner por haberse negado a derogar la ley 21.745 que de manera inconstitucional condiciona la libertad de culto y establece un estado de permanente discriminación.
Esta ley sancionada el 10 de febrero de 1978, que lleva entre otras las firmas de Videla y Harguindeguy, viola no solo nuestra Constitución sino también los pactos internacionales a los que la Argentina se ha sometido.
Suele decirse que cuando un gobernante no hace algo es porque no supo, no pudo o no quiso. El ex presidente sí supo, ya que desde los primeros días de su gobierno planteamos esta situación en la Secretaría de Culto. Bajo la coordinación de esta Secretaría se trabajó durante más de dos años, con la amplia participación de todos los credos, en la elaboración de un proyecto de ley alternativo que quedó en poder del ex presidente. El ex presidente sí pudo, porque estaban dadas las condiciones y tenía en el Congreso la cuota necesaria de poder político para hacerlo. Simplemente NO quiso.
Desconocemos las razones, porque al mismo tiempo hemos tenido excelentes relaciones de trabajo y cooperación con la Secretaría de Cultos y los Ministerios de Bienestar Social, Salud y Educación, entre otros.
Auguramos a la nueva Presidenta, la Dra. Cristina Fernández, el mayor de los éxitos en sus funciones. Oramos a Dios para que la ilumine en la difícil tarea y responsabilidad que tiene en sus manos. Anhelamos que en esta nueva etapa puedan revertirse situaciones como la que aquí hemos planteado. Como hombres y mujeres de fe estaremos siempre dispuestos a colaborar en todo aquello que signifique la promoción humana, la defensa de la justicia y de la vida.
ACIERA