sábado, 29 de diciembre de 2007

Enseña al niño en mis caminos


Por Econ.Edgardo Rodriguez Engelhard



( AGENCIALAVOZ.COM ) Recuerdo cuando era niño mi madre Doña Elizabeth Engelhard siempre me llevaba a la iglesia en la pequeña ciudad en que vivía con mis padres y hermanos, la cuidad se llama Armenia un pueblecito entre montañas en la llamada cordillera El Bálsamo de El Salvador mi país natal.

El Tiempo paso y mi madre se ocupo y se preocupo de ponerme a estudiar en el mejor colego católico que había en mi país, colegio Jesuita muy costoso pero con el sacrifico de papá y la tenacidad de mamá logre graduarme en 1964 .

Todos los días iba a misa y no recuerdo que me gustaba mas, si el culto o los panes especiales que desayunaba después de la misa en ayunas, pero siempre recordare el Cristo Enorme que había en esa gran Iglesia.

Vino una nueva época y pase de casi ser un novicio Jesuita ya que iba a entrar a la Compañía de Jesús de los cual me arrepentí a ultima hora pues pensé que no seria un buen sacerdote

Esta nueva etapa de mi vida fue en la universidad Jesuita la famosa UCA, viviendo de haber estado trabajando por los pobres marginados pues en el colegio era parte de un grupo de jóvenes que dedicábamos todos los sábados a construir casitas de madera a los pobres de el Manguito, los ayudábamos a pasar de casa de cartón a la casa de madera.

Esta experiencia marco mi vida y me hizo ser muy sensible a las necesidades de los mas pobres de mi país.

En 1967-68 esta vocación de servio se volvo en un fuerte activismo de política estudiantil, donde llegue a fundar el FRA Frente Revolucionario Autentico junto con otros estudiantes, este activismo nos involucro en actividades de huelgas, desfiles en San Salvador en las manifestaciones de protesta de la asociación de maestros ANDES, entre otras cosas muchos estudiantes me decían el Ché, era un joven rebelde de pelo largo, barba y todo quería cambiar todos aquello que consideraba injusto.

Este activismo hizo que terminaran sacándome de la Universidad y me vi obligado a ir a estudiar y terminar mi carrera de economía en Guatemala. Durante esos 2 últimos años de mi carrera en la cátedra de doctrinas económicas, realice un seminario sobre materialismo histórico y al final sabiamente concluí que Dios no existía que lo único indestructible y eterno era la materia.

Recuerdo que en esos años de radicalidad y compromiso hablando con mi madre me menciono a Dios y yo le respondí que Dios no existía, ella me cruzo la cara con una bofetada que nunca he olvidado; y me dijo Nunca vuelva a decir eso!

Allí termino todo por amor y respeto a mi madre no hice nada y acepte la reprimenda; Sin embargo esto marco mi vida y aun que en mi inteligencia yo tenia un razonamiento materialista en mi corazón mi experiencia de niño con mi madre y las misas de todos los días tenían un lugar especial en mi corazón y en el fondo yo amaba y admiraba al Cristo histórico que me habían enseñado y que al que algún día habría de entregarle mi vida, como lo vivo ahora.
Considero que es hora que los padres debemos enseñar a nuestros niños en los caminos de El Señor y se cumplirá la promesa que dice “Para que cuando sea grande no se aparte de mi”

 
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