miércoles, 12 de marzo de 2008

Una inyección aumenta la esperanza de vida de los niños ugandeses


MADRID.-( AGENCIALAVOZ.COM ) En Uganda, los niños menores de cinco años cuentan con un nuevo seguro de vida. Gracias a la introducción de una vacuna contra la 'Haemophilius influenzae' tipo B, se ha logrado reducir a cero el número de casos de meningitis causados por esta bacteria.


Rosamund F. Lewis, de la delegación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Uganda, dirige un estudio destinado a evaluar la eficacia de la citada vacuna, desde su introducción en 2002. Sus resultados aparecen publicados en el número de abril del boletín de la OMS.
"La 'Haemophilius influenzae' tipo B (Hib) es la causa principal de la meningitis bacteriana y la neumonía en los niños de todo el mundo, lo que supone por lo menos tres millones de enfermedades severas y 386.000 muertes anuales", explica el informe. Por eso, la OMS recomienda que su presencia en el calendario vacunal de todos los países.
Esta inmunización se administra junto con las de la difteria, tétanos, tosferina y hepatitis B (sustituyendo a la antigua DPT). Para iniciar la vacunación, Uganda contó con el apoyo de UNICEF y la Alianza Global de Vacunas e Inmunización (GAVI, en sus siglas en inglés).


Tres hospitales de Uganda
Los autores del trabajo centraron su investigación en tres centros médicos del país africano: el hospital de Mulago, el de Lacor y el universitario de Mbarara. Entre julio de 2001 y junio de 2006, se identificaron casi 14.000 casos sospechosos de meningitis bacteriana, todos en niños de cero a 59 meses.
Tal y como explica a elmundo.es la doctora Rossamund F. Lewis, en los cuatro primeros años de vacunación, hasta 2006, la incidencia se redujo un 85% en Kampala, en la división de Kawempe. Un año después, su prevalencia alcanzó el 0%. "Hablamos de un 'cero virtual' porque al final del estudio sólo se atendió a tres afectados en el hospital de Mulago", aclara.
Y añade: "en total, los 88 casos de meningitis por Hib, que se solían registrar por cada 100.000 niños, se redujeron a cero, en el área de Kawempe, que es la que monitorizamos".
Se evitaron 5.200 muertes
Los expertos estiman que de no haberse puesto en marcha esta campaña, la Hib hubiera provocado que más de 4.600 y 23.300 niños ugandeses, menores de cinco años, hubiesen padecido meningitis o neumonía, respectivamente; que casi 1.000 hubieran sufrido importantes daños neurológicos y más de 5.200 hubieran fallecido.
"Las secuelas neurológicas, y no sólo la muerte, deben tenerse muy en cuenta por el sufrimiento que causa a los niños y también por el consecuente gasto para el sistema de salud", explica la principal firmante de la investigación.
Por otro lado, los expertos destacan la valía de esta iniciativa a pesar de que en los países en vías de desarrollo, como Uganda, los recursos y la cobertura de la vacunación no sean totales. "La eficacia se mantuvo en un 93%", en el caso de los niños que recibieron dos o más dosis.


Una cobertura del 80%
La doctora Lewis aclara que aunque la cobertura de este tipo de inmunización no alcance a toda la población infantil sino al 80%, si se mantuviese esa cifra a lo largo del tiempo, el 20% restante tendría mucho menos riesgo de infectarse. La gran mayoría de los niños de la escuela, por ejemplo, no podrán contagiar a los compañeros que no estén inmunizados. "Es lo que se conoce como protección indirecta", apunta.
El siguiente paso será mantener estas cifras de inmunización, para que la situación no revierta. "Aunque la vacuna Hib es rentable en África [...] los presupuestos nacionales de salud continúan extremadamente constreñidos, y tanto los países en vías de desarrollos como los que realizan donaciones se quedan cortos en [...] la financiación sanitaria", subraya el estudio.
Por eso, y porque este tipo de iniciativas ayudan a cumplir la meta de reducir la mortalidad infantil, "es urgente que todos los agentes implicados mantengan un diálogo constructivo con el doble objetivo de alcanzar la financiación sanitaria así como mantener el precio de las nuevas vacunas lo más bajo posible".
"He visto a los niños en los hospitales o en sus hogares y están muy enfermos. Reconforta saber que existe una intervención que está marcando la diferencia; que impide su sufrimiento y el de sus madres; y que, además, previene un importante gasto sanitario", afirma Lewis, quien recalca la importancia de apostar tanto por el tratamiento como por la prevención de las enfermedades.

 
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