BUENOS AIRES ( AGENCIALAVOZ.COM ) Sigue la triste pelea de resistencia entre lo que se ha dado en llamar el campo y el gobierno, larga pelea de varias semanas, mientras tanto el país es testigo y víctima de los caprichos de un lado y del otro.
A los ruralistas no les alcanzan los extensos campos que poseen, ahora han hecho de las rutas su propiedad privada con el ilícito derecho de seleccionar quienes pasan y quienes no.
Al gobierno no le importa el tiempo trascurrido, mientras el país se reciente y entra en la anarquía que trae la lucha por el poder.
Lo malo es que ahora, la pelea tiene un trágico telón de fondo: la escasez y el aumento del precio de los alimentos en el país y en el mundo.
Se ha dicho que Argentina puede alimentar a 300 millones de personas, gran mentira porque solo en nuestro país mucha gente sufre pobreza y pasa hambre ¿cuantos son? ¿ un millón, dos millones? Mientras tanto los propietarios del campo han ganado unos 30 mil millones de dólares en cinco años y ahora, van por más.
Podríamos alimentar a 300 millones aquí y afuera pero no con la egoísta mentalidad de quienes solo pretenden enriquecerse cada día más.
Podríamos recordar que la pelea es por la redistribución de la riqueza enorme de nuestro país especialmente radicada en el campo, los propietarios dicen “la tierra es nuestra y la hacemos producir para ganar “¿también es vuestro el sol? ¿ la lluvia? ¿ el aire ? Sin esos elementos no habría producción. ¡Cuanta queja hemos oído cuando hay sequía o heladas o granizo! ¿Es vuestro el fenómeno de germinación de la semilla o el nacimiento de animales?
Desde mi perspectiva religiosa digo que todo eso lo ha puesto Dios en el país y esa riqueza no les pertenece exclusivamente. Tampoco les pertenecen las rutas ni los caminos que cortan irresponsablemente.
La pelea no es ahora sólo por las retenciones sino por las ganancias, nada más ni nada menos que sobre los alimentos. La pelea es entre el dinero y el hambre. Es ilícito tener una cuenta bancaria llena mientras están vacíos los estómagos de los pobres.
Se ha hablado tanto de la pobreza y es bueno que lo hagamos pero ¿y el problema de la riqueza? ¿de la acumulación de pesos? ¿y de granos ?, como ahora ¿esperando que suban los precios ?
Por allí pasa el asunto. No es un problema entonces de la pobreza sino totalmente al revés, hoy es el problema de la riqueza. Se ha dicho “Nunca mas”. La otra frase es ¿“Hasta cuando?”