Por Dr.Juan Barek
EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Ahora, ¿Cuáles son algunos de los propósitos de Dios en esta recesión? Mencionaré cinco: Él quiere que esta recesión exponga el pecado oculto y así nosotros vengamos en arrepentimiento y purificación. Él quiere despertarnos para que veamos la situación constante y desesperada del mundo en desarrollo donde siempre hay una recesión del peor tipo.
Quiere relocalizar las raíces de nuestro gozo en su gracia, y no en nuestros bienes, en su misericordia y no en nuestro dinero, en su dignidad y no en nuestra salud. Quiere continuar adelante en su misión salvadora en el mundo, la predicación del evangelio y el crecimiento de su iglesia, precisamente en un momento en que los recursos humanos están menos capacitados para lograrla. Así es como protege su gloria. Él quiere que la iglesia se preocupe y ocupe de sus miembros heridos y crezca en el don del amor. Para Exponer el Pecado y producir arrepentimiento
El libro de Job en el Antiguo Testamento comienza: “Hubo un hombre en la tierra de Uz llamado Job; y era aquel hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:11). Pero en el último capítulo del libro, Job dice: “Por eso me retracto, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:6). Él era “intachable”, pero después se arrepintió. ¿Qué significa? Significa que las personas más piadosas del mundo son como un caso transparente de agua con sedimento de pecados ocultos en el fondo del vaso.
Y cuando el vaso es golpeado (con el sufrimiento de Job, o con nuestra recesión), el sedimento de pecado es incitado y descubierto, y el agua se vuelve turbia. Este es un de los propósitos de la recesión. Y funciona para los individuos y para la sociedad.Individualmente, Pablo dijo: 2da a los Corintios 1:8-9: “fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos la esperanza de salir con vida. De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos”. Dios trajo a su propio siervo fiel Pablo, hasta el borde de la muerte para que pudiera aprender más profundamente cómo no confiar en sí mismo, sino en Dios. Si esto sucedió a Pablo, podemos estar seguros de que Dios está haciéndolo para nosotros también en esta recesión.
Para que podamos confiar en él y no en nosotros mismos. En lo profundo de cada corazón Cristiano, no importa cuán avanzado en la fe y la piedad esté, está, el sedimento de la auto-confianza. Entonces Dios remueve nuestras vidas, algunas veces hasta sus cimientos, para mostrarnos nuestra auto-confianza, y limpiarla con una confianza nueva y más profunda en él. Socialmente, la recesión revela una hueste de pecados que hieren a las personas. Los recientes fraudes según los esquemas de Ponzi son uno de los ejemplos más claros. Prometa a las personas grandes recompensas en sus inversiones cuando nada hay que invertir, entonces páguele esas ganancias con un poco de esas inversiones en nada. Y continúe haciéndolo durante años, mientras usted gana millones para sí mismo. Hasta que una recesión hace que la gente quiera de vuelta sus inversiones, y no existen. Las recesiones tienen un poder maravilloso para exponer ese tipo de engaño. ¿Qué mostrará de usted la recesión? Y, por supuesto, la recesión es especialmente buena exponiendo el pecado de desperdiciar el dinero de otras personas (o el nuestro), y el pecado del egoísmo y la avaricia en los negocios hipotecarios, y el pecado del miedo cuando todo comienza descendiendo, y el pecado de quejas e impaciencia. Y así más y más. ¡Qué gran regalo es la recesión para exponer el pecado! Quiera el Señor darnos toda la gracia para arrepentirnos y recibir el perdón que Dios ofrece en Jesucristo.