República Central Africana-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Lo primero que se nota al entrar en una clase de alfabetización en Boali, a 100 kilómetros de la capital Bangui (República Centro Africana), es que algunas de las estudiantes, porque todas son mujeres, tienen pizarras nuevas mientras que las del resto están bastante viejas, descoloridas y desgastadas por la esquinas.
«A las primeras mujeres que se unieron al curso se les entregó, junto con el resto de materiales didácticos, una pizarra nueva, todo ello donado por la Sociedad Bíblica,» nos explica Sylvain Ndjendolé, secretario general de la Sociedad Bíblica de la República Centro Africana (SBRCA), «Después de los primeros días del curso, se corrió la noticia y se unieron más mujeres, que llevaban las pizarras viejas de sus propios hijos.
«¡Esto es una muestra del entusiasmo que han generado las clases de alfabetización impartidas por la SBRCA en esta localidad, donde dos tercios de las mujeres entre los 25 y los 50 años son analfabetas! Son demasiadas estudiantes para un solo tutor. En cuanto tengamos más recursos, abriremos un segundo centro para principiantes.»
Las clases se imparten en sango, que junto con el francés, es la lengua oficial del país. Las estudiantes son cristianas, y una de las cosas que les motiva es que pronto podrán leer la Biblia, que está siendo traducida al sango contemporáneo. Un aspecto positivo del proyecto es, que todas las iglesias, de todas las confesiones cristianas en Boali, se han unido para ponerlo en marcha, dando un importante paso hacia adelante. Como ejemplo, ha sido la primera vez que católicos y protestantes se han trabajado unidos.
Al cabo de tres semanas, las estudiantes ya podían leer las 22 letras del alfabeto sango, escribir cinco vocales y tres consonantes, y comenzaron a construir sílabas con las letras aprendidas. Una de las estudiantes nos cuenta:
«A la mayoría de las mujeres centroafricanas les da vergüenza no saber leer ni escribir. Les digo que me miren a mí; ya no estoy en mi primera juventud, pero ¡voy a dejar de ser tratada como una mujer analfabeta! ¿Podría ahora leer y escribir si me hubiera dado vergüenza venir? ¡Por supuesto que no!
«Nunca fui a la escuela. Durante mucho tiempo he sido como una ciega que mira pero no puede ver, pero ahora mis ojos están empezando a abrirse, ¡ya puedo escribir letras y sílabas e incluso palabras completas, puedo escribir mi nombre y el de mi marido!
«Para mí es un milagro que a mi edad pueda aprender a leer y escribir. Nunca pensé que sería posible
«Definitivamente, quiero dar las gracias a la SBRCA por hacer posible este proyecto en nuestra localidad y ayudar a las mujeres a aprender a leer y escribir. Oro para que esto pueda continuar y que Dios bendiga a los que lo pusieron en marcha!»
Fuente:
Bibliopress/SBE
«A las primeras mujeres que se unieron al curso se les entregó, junto con el resto de materiales didácticos, una pizarra nueva, todo ello donado por la Sociedad Bíblica,» nos explica Sylvain Ndjendolé, secretario general de la Sociedad Bíblica de la República Centro Africana (SBRCA), «Después de los primeros días del curso, se corrió la noticia y se unieron más mujeres, que llevaban las pizarras viejas de sus propios hijos.
«¡Esto es una muestra del entusiasmo que han generado las clases de alfabetización impartidas por la SBRCA en esta localidad, donde dos tercios de las mujeres entre los 25 y los 50 años son analfabetas! Son demasiadas estudiantes para un solo tutor. En cuanto tengamos más recursos, abriremos un segundo centro para principiantes.»
Las clases se imparten en sango, que junto con el francés, es la lengua oficial del país. Las estudiantes son cristianas, y una de las cosas que les motiva es que pronto podrán leer la Biblia, que está siendo traducida al sango contemporáneo. Un aspecto positivo del proyecto es, que todas las iglesias, de todas las confesiones cristianas en Boali, se han unido para ponerlo en marcha, dando un importante paso hacia adelante. Como ejemplo, ha sido la primera vez que católicos y protestantes se han trabajado unidos.
Al cabo de tres semanas, las estudiantes ya podían leer las 22 letras del alfabeto sango, escribir cinco vocales y tres consonantes, y comenzaron a construir sílabas con las letras aprendidas. Una de las estudiantes nos cuenta:
«A la mayoría de las mujeres centroafricanas les da vergüenza no saber leer ni escribir. Les digo que me miren a mí; ya no estoy en mi primera juventud, pero ¡voy a dejar de ser tratada como una mujer analfabeta! ¿Podría ahora leer y escribir si me hubiera dado vergüenza venir? ¡Por supuesto que no!
«Nunca fui a la escuela. Durante mucho tiempo he sido como una ciega que mira pero no puede ver, pero ahora mis ojos están empezando a abrirse, ¡ya puedo escribir letras y sílabas e incluso palabras completas, puedo escribir mi nombre y el de mi marido!
«Para mí es un milagro que a mi edad pueda aprender a leer y escribir. Nunca pensé que sería posible
«Definitivamente, quiero dar las gracias a la SBRCA por hacer posible este proyecto en nuestra localidad y ayudar a las mujeres a aprender a leer y escribir. Oro para que esto pueda continuar y que Dios bendiga a los que lo pusieron en marcha!»
Fuente:
Bibliopress/SBE