martes, 10 de noviembre de 2009

Lograron el triunfo decisivo para el movimiento Pro-vida, según lo calificó en 'The Washington Times'


EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Las mujeres de EEUU se despertaron ayer con la desagradable sorpresa de que la «histórica votación» de la reforma sanitaria en la Cámara de Representantes que tanto ha celebrado Obama reduce sus opciones para abortar, incluso en hospitales privados.


Era una importante regresión para los derechos reproductivos que había pasado desapercibida ante la algarabía generalizada de la pírrica reforma sanitaria. La realidad es que los movimientos provida habían logrado con Obama más de lo que nunca obtuvieron con George W. Bush, al que los cristianos radicales pusieron en la Casa Blanca con este encargo. El gol no fue para las megaiglesias del Cinturón de la Biblia del país, como se había temido desde que las despertó hace una década Karl Rove, arquitecto de la victoria de Bush. Gracias al los lideres influyentes de Pro-vida que se juntaron y presionaron a cada congresista democrata a pulso firme con el que controlaron los votos de un cuarto de los congresistas demócratas que buscan la reelección el año que viene en distritos conservadores, lograron el triunfo de este «momento decisivo para el movimiento pro-vida», según lo calificó en 'The Washington Times' Cristine Yoest
El portavoz de la Conferencia Episcopal estadounidense no soltó el teléfono desde el viernes en su 'sprint' final hasta que consiguió que pasara la votación sobre la enmienda gestada en el último momento por el demócrata Bart Stupak y el republicano Joe Pitts, que de todas formas no votó por la reforma sanitaria. Como consecuencia, si sobrevive en el Senado, ninguna compañía de seguro privado que sufrague el aborto en sus planes podrá incorporar a su cartera a estadounidenses que reciban deducciones fiscales del Gobierno para pagarse el seguro médico.
Es de esperar que estas compañías privadas retiren la cobertura del aborto para beneficiarse de los 50 millones potenciales de clientes sin seguro a los que la reforma sanitaria obligará a adquirir una póliza, dejando por tanto sin esa cobertura a las mujeres que ni siquiera reciban subsidios del Gobierno. Según la enmienda, los seguros privados que sigan ofreciendo el aborto no podrán ser parte de la bolsa de aseguradoras bautizada como Exchange, en la que la Administración incitará a los ciudadanos a adquirir un seguro médico.
Obama había prometido que «ni un dólar federal será destinado a pagar abortos». Hasta el viernes por la noche la portavoz demócrata, Nancy Pelosi, había intentado impulsar otras opciones, como la prohibición de que los seguros usen las primas subsidiadas para pagar por esos procedimientos o el requerimiento de que en cada estado hubiera al menos una aseguradora en la bolsa del Exchange Market que ofreciera ese procedimiento médico, pero los Pro- vida y el clero se mantuvieron firmes.

 
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