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Aunque la igualdad de género y el empoderamiento incluyen programas no controvertidos para ayudar a las niñas a permanecer en la escuela, para ayudar a las mujeres a garantizar derechos fundamentales en países en los que están restringidos y proteger a las personas marginadas, los críticos señalan que las iniciativas diplomáticas estadounidenses y los programas financiados por “USAID” han sexualizado a las culturas tradicionales y han promovido el aborto como derecho reproductivo. El comunicado institucionalizará en todos los organismos del gobierno las políticas de igualdad de género previamente establecidas por el presidente Obama mediante decretos presidenciales e iniciativas del Departamento de Estado introducidas por la secretaria Clinton, que priorizan el aborto y los derechos de los homosexuales a través de medios diplomáticos que incluyen la asignación de asistencia económica al exterior. El comunicado de Obama ordena al nuevo Secretario de Estado, John Kerry, que nombre un embajador extraordinario para supervisar la Oficina de Asuntos Internacionales de la Mujer y dar parte directamente a él. También establece un grupo de trabajo interinstitucional presidido por el Asesor de Seguridad Nacional para supervisar la implementación y promover la coordinación a lo largo de 20 organismos del gobierno que abarcan desde la Agricultura y la Defensa hasta la Comunidad de Inteligencia, el Cuerpo de Paz y la Oficina del Vicepresidente. Las directivas sobre igualdad de género publicadas previamente por el gobierno hacen frente a la eliminación de la violencia contra la mujer y contra las personas LGBT, pero también promueven el cambio de actitudes culturales y el ofrecimiento de beneficios especiales para las personas LGBT. La salud sexual y reproductiva, mencionada varias veces en dichas directivas, exigiría una gama completa de métodos de planificación familiar en múltiples programas de asistencia económica al desarrollo. Este enfoque en el acceso expondrá a las mujeres pobres a conocidos riesgos para la salud que conllevan algunos de esos métodos, que incluyen un anticonceptivo financiado por USAID que las mujeres estadounidenses no usarán más métodos abortivos de mala calidad descritos en un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud. Las agrupaciones abortistas mundiales exigen desde hace mucho tiempo que se integre la atención de la salud sexual y reproductiva en todos los niveles de la asistencia económica estadounidense al extranjero. Estas agrupaciones se quejan de que los programas de salud sexual y reproductiva han sido desglosados (o “ensilados” ) en diversas oficinas, organismos y mecanismos de financiamiento. La directiva del Presidente ayudará a posibilitar el cambio y generar un incremento en el financiamiento de la salud sexual y reproductiva (monto que las agrupaciones proabortistas demandan que se dispare a mil millones de dólares anuales). |