RUSIA-.(AGENCIALAVOZ) "El boom ya se ha acabado". Así se manifestaba recientemente Adolfo García, responsable de la Coordinadora de Asociaciones en Defensa de la Adopción y el Acogimiento, en referencia a las adopciones solicitadas desde España a otros países como China o Rusia.
De hecho, de los 5.541 niños que llegaron en adopción a España en 2004 se ha pasado a los 1.669 de 2012, y la estadística va a ir a menos dado que los países de origen han puesto en marcha políticas de protección a la infancia que van a restringir las adopciones mucho más.
¿La causa? Fundamentalmente, la legalización del matrimonio y la adopción homosexual en ciertos países, sobre todo en el caso de España y, más recientemente, el de Francia, que ha hecho saltar las alarmas en los países de origen, y concretamente en Rusia.
La legislación rusa se ha endurecido especialmente en cuanto a las adopciones y ha cerrado prácticamente las mismas a aquellos países donde el matrimonio y la adopción homosexual están legalizados, con lo que las familias heterosexuales se están viendo también afectadas.
Rusia ha acordado que suspende todas las adopciones solicitadas desde España mientras no se acuerde un protocolo que establezca la prohibición de que los niños rusos puedan ser adoptados por parejas homosexuales e incluso monoparentales, en previsión de que parejas de gays o lesbianas puedan utilizar este recurso.
Además, incorpora una cláusula que especifica que la inspección rusa no se limita hasta el momento de conceder la adopción sino que se extiende más allá en el tiempo para certificar que se cumplan los acuerdos adoptados según la normativa.
También constata que, aunque es especialmente España quien está en el punto de mira por su ley en favor del matrimonio y la adopción gay aprobada en junio de 2005, las medidas restrictivas se han acelerado tras la aprobación en Francia de la ley que permite la unión entre personas del mismo sexo.
128 adopciones paralizadas
Así, el Tribunal Supremo ruso dictó una recomendación el 29 de agosto de 2013 en la que pide la acreditación de la firma de un convenio bilateral, que España aún no ha firmado, o que se compruebe que las familias adoptantes no son gays o lesbianas, incluso en los casos en los que haya un solo solicitante, como señalábamos más arriba.
Esto requeriría también por parte de España acelerar el acuerdo de un certificado, en el que se explica que se permite la figura de la 'recolocación', que consiste en volver a tramitar un segundo proceso de adopción o acogida de los niños en su día adoptados y que se hubieran quedado solos por cualquier circunstancia en territorio español.