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IRAK.-(AGENCIALAVOZ) Más de 180.000 cristianos iraquíes se vieron obligados a abandonar las ciudades de Mosul y Karakosh que fueron ocupadas por los extremistas del Estado Islámico (EI), señala un comunicado del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas del Patriarcado de Moscú.
“Actualmente, en la ciudad de Erbil se encuentran 70.000 refugiados cristianos. La mayoría de ellos se ve obligada a pasar la noche en la calle. Más de 60.000 están en la misma situación en la ciudad de Duhok. (…) En Mosul, los extremistas ajustician diariamente a menores de edad cristianos cortándoles cabezas y luego las exponen para amedrentar a la gente. Las mujeres sufren violaciones”, precisa la nota.
La Iglesia Ortodoxa Rusa subraya que los ideólogos del EI se han fijado el objetivo de exterminio total o expulsión de los cristianos de los territorios ocupados por ellos.
“En varios países de Europa, los seguidores de este movimiento celebran manifestaciones y difunden abiertamente símbolos terroristas”, dice el documento.
El Patriarcado de Moscú llamó a “todas las fuerzas políticas involucradas y personas de buena voluntad a hacer lo máximo para defender a las minorías religiosas en Irak” y advirtió que la desaparición de la antiquísima presencia cristiana "tendrá consecuencias catastróficas para toda la región”.
Según la Iglesia Ortodoxa Rusa, en Mosul fueron destruidas, robadas o convertidas en mezquitas las 45 iglesias cristianas de la ciudad. Once iglesias fueron incendiadas.
El pasado 7 de agosto, los yihadistas se apoderaron de la ciudad de Karakosh, poblada principalmente por los cristianos. Cerca de 50.000 personas tuvieron que abandonarla.
“A los refugiados que se esconden en las montañas, les falta agua, comida y ropa. La gente muere de hambre y sed. A pesar de los esfuerzos de las autoridades iraquíes de enviar ayuda, la catástrofe humanitaria cobra cada vez mayor dimensión”, destaca la nota.
Los yihadistas del EI atacaron recientemente territorios del norte y el oeste de Irak. El grupo proclamó la creación de un "califato islámico", que se extiende desde Alepo, en el norte de Siria, hasta la provincia de Diyala, en el este de Irak. El avance impetuoso de los extremistas provocó el desplazamiento de decenas de miles de personas.
