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Ambos temas provocan divisiones tanto en el oficialismo como en la oposición. De manera similar a lo que sucedió con el debate del matrimonio igualitario, dentro de la mayoría de ambos partidos se encuentran posiciones a favor y en contra de cada una de las iniciativas.
A pedido de un grupo de legisladores de distintos partidos, la interrupción voluntaria del embarazo será discutida en la Comisión de Legislación Penal. Pero sus impulsores ya saben que no tienen los votos para avanzar: la intención es al menos lograr visibilizar la estimación de entre 460 y 600 mil abortos por año y las 3.000 muertes que hubo por procedimientos mal hechos desde el regreso de la democracia.
La oposición de la Iglesia y la buena relación entre el papa Francisco y Cristina Kirchner son los obstáculos principales para poder ampliar la base de respaldos.
El caso de la no criminalización de los consumidores tiene más posibilidades de avanzar porque es impulsado por al menos un sector del Gobierno. "Quiero aclarar que no hablamos de legalización sino de no criminalizar al que tiene dos porros en el bolsillo. Ahora, yo habilitaría el consumo de todo y haría buenos centros, porque es la única forma que tenemos de luchar contra el narcotráfico", explicó a fin de septiembre el titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), Juan Carlos Molina.
Esta mañana, en su habitual conferencia de prensa diaria, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aclaró: "No hay ninguna iniciativa que hoy esté en proceso de envío al Congreso de la Nación. Lo que sí se transmite que el concepto es el de no criminalización. No obstante lo cual no es un proyecto que hoy esté en envío al Congreso".
Es cierto que el proyecto de ley por el momento no será enviado al Congreso. Lo que habrá el mes que viene será una serie de audiencias públicas para debatir la iniciativa. Esta semana se reunirán el titular de la Comisión de Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico, el radical Mario Fiad, y el vice del cuerpo, el kirchnerista Horacio Pietragalla, para acordar un cronograma tentativo y una posible lista de invitados, según publica el diario Clarín.
Pero muchos intendentes y gobernadores del propio oficialismo rechazan la iniciativa. Ante ese panorama, el kirchnerismo sólo contaría con la mitad de los votos de su bloque para aprobar el proyecto si finalmente lo gira al Congreso. Pero, como sucedió con el matrimonio igualitario, los apoyos restantes podrían aportarlos parte de la UCR, el Partido Socialista, el GEN y la izquierda.
