EE.UU (AGENCIALAVOZ).- Después de declarar que Planned Parenthood es 'una fábrica de abortos' ,
el candidato republicano ha añadido que está "abierto a algún tipo de
financiación" a la organización.
El aspirante a la Casa Blanca, Donald Trump, se ha ganado el favor de los que dirigen el negocio del aborto en Estados Unidos y las críticas de los pro-vida, a causa de unas contradictorias declaraciones en una entrevista concedida a la CNN sobre la financiación por parte del Gobierno a multinacionales abortistas como Planned Parenthood.
Al ser interrogado acerca del escándalo de la publicación de unos vídeos con cámara oculta que demuestran que en las clínicas abortistas se trafica con los órganos de los fetos abortados, Trump declaró que Planned Parenthood "es una fábrica de aborto" y que, por tanto, "no debería estar financiado por el Gobierno". En un primer momento durante esta entrevista, el candidato republicano manifestó su "firme oposición" a la financiación pública del multimillonario negocio del aborto en Estados Unidos.
Sin embargo, esta "firme oposición" de Trump a la financiación de Planned Parenthood se resquebrajó cuando el entrevistador le preguntó si tampoco utilizaría los fondos públicos para otras actividades de esta empresa de planificación familiar como el reparto de anticonceptivos. "Estoy seguro de que Planned Parenthood hace algunas cosas bien y que son buenas para las mujeres", respondió Trump, al tiempo que sostuvo que, en relación a esos aspectos positivos, si estaría "abierto a algún tipo de financiación".
Estas declaraciones del candidato republicano han desatado la polémica y no han pasado desapercibidas ni para los defensores del negocio del aborto, ni para los pro-vida. El portavoz de la multinacional abortista Planned Parenthood, Eric Ferrero, ha declarado su satisfacción por el hecho de que "Donald Trump parece haberse dado cuenta de que la prohibición de todos los abortos y el hecho de eliminar la financiación a Planned Parenthood son posiciones extremas".
Con su apoyo a una financiación parcial a empresas dedicadas al negocio del aborto como Planned Parenthood, Trump se ha convertido en el candidato republicano favorito de las organizaciones abortistas. Desde Planned Parenthood se ha expresado el deseo de que "el resto de los republicanos" tomen ejemplo de Trump y "reconsideren sus posiciones extremas e impopulares" de eliminar la financiación pública al negocio del aborto.
La publicación de una serie de vídeos con cámara oculta, en los que directivos de Planned Parenthood confiesan que la multinacional abortista se lucra vendiendo partes de los fetos abortados en sus clínicas, ha desatado la indignación en la sociedad estadounidense y muchos políticos, sobre todo de signo republicano, han pedido que el Gobierno cese su financiación al gigante del aborto.
El senador republicano James Lankford, por su parte, realizó una intervención en el Senado en la abogó por terminar con la financiación con fondos públicos a Planned Parenthood, al menos hasta que la organización dejara de lucrarse a través de los abortos practicados en sus clínicas. Este senador tuvo que hacer esfuerzos durante su intervención para contener las lágrimas tras contemplar las brutales imágenes de fetos descuartizados y tratados como mercancía en las grabaciones publicadas por la asociación pro-vida Centro para el Progreso Médico.
A pesar del escándalo y de las propuestas presentadas por senadores y congresistas republicanos, finalmente el Senado de Estados Unidos ha bloqueado la propuesta de ley que pedía retirar la financiación federal a Planned Parenthood. La buena relación entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la multinacional abortista ha bloqueado cualquier ataque a una organización que trafica con partes de seres humanos abortados y descuartizado
El aspirante a la Casa Blanca, Donald Trump, se ha ganado el favor de los que dirigen el negocio del aborto en Estados Unidos y las críticas de los pro-vida, a causa de unas contradictorias declaraciones en una entrevista concedida a la CNN sobre la financiación por parte del Gobierno a multinacionales abortistas como Planned Parenthood.
Al ser interrogado acerca del escándalo de la publicación de unos vídeos con cámara oculta que demuestran que en las clínicas abortistas se trafica con los órganos de los fetos abortados, Trump declaró que Planned Parenthood "es una fábrica de aborto" y que, por tanto, "no debería estar financiado por el Gobierno". En un primer momento durante esta entrevista, el candidato republicano manifestó su "firme oposición" a la financiación pública del multimillonario negocio del aborto en Estados Unidos.
Sin embargo, esta "firme oposición" de Trump a la financiación de Planned Parenthood se resquebrajó cuando el entrevistador le preguntó si tampoco utilizaría los fondos públicos para otras actividades de esta empresa de planificación familiar como el reparto de anticonceptivos. "Estoy seguro de que Planned Parenthood hace algunas cosas bien y que son buenas para las mujeres", respondió Trump, al tiempo que sostuvo que, en relación a esos aspectos positivos, si estaría "abierto a algún tipo de financiación".
Estas declaraciones del candidato republicano han desatado la polémica y no han pasado desapercibidas ni para los defensores del negocio del aborto, ni para los pro-vida. El portavoz de la multinacional abortista Planned Parenthood, Eric Ferrero, ha declarado su satisfacción por el hecho de que "Donald Trump parece haberse dado cuenta de que la prohibición de todos los abortos y el hecho de eliminar la financiación a Planned Parenthood son posiciones extremas".
Con su apoyo a una financiación parcial a empresas dedicadas al negocio del aborto como Planned Parenthood, Trump se ha convertido en el candidato republicano favorito de las organizaciones abortistas. Desde Planned Parenthood se ha expresado el deseo de que "el resto de los republicanos" tomen ejemplo de Trump y "reconsideren sus posiciones extremas e impopulares" de eliminar la financiación pública al negocio del aborto.
La publicación de una serie de vídeos con cámara oculta, en los que directivos de Planned Parenthood confiesan que la multinacional abortista se lucra vendiendo partes de los fetos abortados en sus clínicas, ha desatado la indignación en la sociedad estadounidense y muchos políticos, sobre todo de signo republicano, han pedido que el Gobierno cese su financiación al gigante del aborto.
El senador republicano James Lankford, por su parte, realizó una intervención en el Senado en la abogó por terminar con la financiación con fondos públicos a Planned Parenthood, al menos hasta que la organización dejara de lucrarse a través de los abortos practicados en sus clínicas. Este senador tuvo que hacer esfuerzos durante su intervención para contener las lágrimas tras contemplar las brutales imágenes de fetos descuartizados y tratados como mercancía en las grabaciones publicadas por la asociación pro-vida Centro para el Progreso Médico.
A pesar del escándalo y de las propuestas presentadas por senadores y congresistas republicanos, finalmente el Senado de Estados Unidos ha bloqueado la propuesta de ley que pedía retirar la financiación federal a Planned Parenthood. La buena relación entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la multinacional abortista ha bloqueado cualquier ataque a una organización que trafica con partes de seres humanos abortados y descuartizado