La controversia ha estallado por una serie de vídeos filmados en secreto por el grupo antiabortista en los que se ve a la directora de Servicios Médicos de Planned Parenthood (que significa 'Paternidad Planificada'), Deborah Nucatola, discutiendo la venta de tejido procedente de embriones abortados a un precio que oscila "entre 30 y 100 dólares por espécimen". Para conseguir el vídeo los miembros del Centro para el Progreso Médico se hicieron pasar por representantes de una empresa que compra tejido de embriones.
Planned Parenthood ha reaccionado declarando que las ventas no se realizan con ánimo de lucro, que las mujeres a los que se les practican abortos deben dar su consentimiento para que sus embriones sean entregados a terceros, y que los precios solo son para cubrir los costes de los procedimientos médicos y del transporte y conservación de los tejidos y órganos. Según el diario The New York Times -que es favorable al aborto-, la conversación, de dos horas, "ha sido cuidadosamente editada" por el Centro para el Progreso Médico con el objetivo de dar la impresión de que Planned Parenthood está lucrándose con las ventas. Los tejidos de embriones humanos son empleados de forma habitual en investigación médica.
En la grabación, Nucatola no ahorra detalles cuando explica que "mucha gente quiere corazones intactos" de los niños que han sido abortados. "Ayer fue la primera vez que pidieron pulmones", explica la facultativa, que también declara que los compradores quieren "tantos hígados completos como sea posible". Otra gente "quiere las extremidades inferiores, lo que es fácil [de obtener en los abortos]. No sé lo que hacen con eso, supongo que quieren músculo", declara Nucatola.
La directiva de Planned Parenthood también declara que los centros afiliados a la organización no quieren vender tejido de los embriones "de manera que sea percibido tipo "esta clínica está haciendo dinero con esto"". Ayer, un nuevo video del Centro para el Progreso Médico muestra a Melissa Farrel, de Planned Parenthood en Texas, hablando de "cadáveres fetales" y añadiendo que se pueden adecuar los abortos para que los niños no sufran daños en determinados órganos que van a ser vendidos. Según la organización, la venta de tejidos, partes del cuerpo y órganos de embriones abortados es perfectamente legal siempre que los compradores no sean organizaciones con ánimo de lucro, sino laboratorios y centros de investigación.
La controversia ha sido tal que los senadores republicanos Rand Paul -que es medico- y Ted Cruz y el candidato republicano Donald Trump los que por ahora lidera las encuestas de su partido para las elecciones de 2016-han manifestado su intención de que se cancelen los 500 millones de dólares (unos 455 millones de euros) que Planned Parenthood recibe cada año en subvenciones. Un intento en ese sentido fracasó el lunes en el Senado al no conseguir los 60 votos necesarios.
En septiembre, sin embargo, los republicanos podrían forzar un nuevo cierre parcial de la Administración federal de Estados Unidos para tratar de impedir que esos 500 millones de solares vayan a la organización. Paradójicamente, el presidente del Senado, el republicano Mitch McConnell, que ahora aprueba esa iniciativa, votó en 1993 para que Planned Parenthood pudiera donar embriones.
Planned Parenthood cuenta con el apoyo de los demócratas y, en concreto, del presidente, Barack Obama, que ha declarado que está dispuesto a vetar cualquier ley que deje sin fondos a esa organización, que es privada, pero recibe dinero público y que funciona de manera muy descentralizada, con sus clínicas gozando de una considerable autonomía.
La organización ha recibido también financiación, entre otros, de la Fundación Bill y Melinda Gates, de Warren Buffett-el tercer hombre más rico del mundo-y de la Fundación Ford. Planned Parenthood es la organización más valorada por la opinión pública de EEUU. La segunda es la Asociación Nacional del Rifle (NRA).