La Fiscalía procesará a la actriz Carolina Sabino por abortar |
El supuesto delito fue confirmado habiendo interceptado una llamada telefónica en que Carolina hablaba del tema con su hermana Lina, esposa de Andrés Sepúlveda, quien fue condenado por concierto para delinquir por haber espiado ilegalmente a varias personalidades del país con intenciones políticas.
Hechos lamentables
La ciudadanía y los medios de comunicación han cuestionado el proceder de la Fiscal, que manejó el caso dentro de su supuesta autonomía. Al respecto el Fiscal General, Eduardo Montealegre, ha expresado su inconformidad y sorpresa con el procedimiento que se ha dado a la denuncia frente al delito de aborto que se cometió; y ejerciendo su autoridad ha cancelado el procedimiento.
De la misma manera el Procurador Alejandro Ordóñez se pronunció al respecto: “Cualquier delito debe ser investigado respetando los derechos y aquí, con las filtraciones que se han hecho, se han desconocido flagrantemente estos derechos”.
La informalidad con la que se dio a conocer la noticia dice mucho de la seriedad por parte de la Fiscalía; fue el viernes que desde la Oficina de Prensa de dicha institución se envió un mensaje por whatsApp a distintos medios masivos con los cargos que se le imputarían a Carolina.
Fue de esa manera que la misma acusada se enteró y declaró a los medios que se sentía “sorprendida porque un episodio tan doloroso sea expuesto a la ciudadanía sin tener consideración por mi familia, principalmente por mi hijo Tomás, quien no entiende esta situación. Esto no solo ha violado mi intimidad, sino que ha atacado mis derechos como mujer y ciudadana”.
Con este panorama aparecen dos eventos que vale considerar. Por una lado, una institución que indiscriminadamente ha violado el derecho a la privacidad de una ciudadana y ha publicado un hecho doloroso y lamentable que aunque ciertamente es un delito, no justifica el actuar de la Fiscalía (pudo haberlo hecho impulsando un debido proceso).
Y por otro lado, hay que se agudizar el ojo crítico para astutamente dar razón del provecho que de este acontecimiento están sacando los abanderados del aborto para impulsar deliberadamente el camino para que sean permitidos más asesinatos a indefensos.
Agenda abortista no pierde el tiempo
En Colombia, el aborto es un delito que en el 2006 fue despenalizado para tres causales por una sentencia de la Corte Constitucional: 1. Peligro para la salud de la madre certificado por un médico, 2. Graves malformaciones del feto y 3. En caso de violación sexual o fecundación no consentida.
Ahora, a raíz del aborto cometido por Carolina Sabino muchos partidarios consideran y centran su atención en la posibilidad de despenalizar totalmente ese crimen. Se están valiendo de una situación profundamente dolorosa para Sabino, como ella lo ha expresado, para luchar por sus propios intereses.
En vez de cuestionar el problema de fondo no han hecho sino aparecer en distintos medios expresando su supuesta solidaridad con Carolina.
Según ellos las soluciones para este hecho tendrían que ser “despenalizar totalmente el aborto para que las mujeres no estén amenazadas por hacer uso de su autonomía personal. Regular estrictamente las interceptaciones de comunicaciones y sancionar drásticamente a quienes abusen de este poder. Impedir que la Fiscalía siga anunciando imputaciones y revelando elementos probatorios a los medios de comunicación porque crean un juicio paralelo y desigual en la opinión pública”.
Mónica Roa, una de las principales promotoras de la despenalización del aborto en Colombia, no ha desaprovechado esta oportunidad para reaparecer y fundamentar la opción que tomó Carolina, probablemente en algún momento difícil de su vida.
Roa argumentó a RCN Radio que muchas mujeres desconocían sus derechos y dijo que “el aborto es un derecho cuando está en riesgo la salud física y mental y tienen que tener el certificado de un psicólogo, cuando es violación solo se necesita la copia de la denuncia de la Policía y las EPS están obligadas a darles el servicio sin hacer cobros extras”.
Nadie tiene derecho a matar
Si bien es cierto en Colombia tristemente el aborto es despenalizado en tres causales, este no deja de ser un delito; no es legal. Todo aborto provocado es un crimen injusto e inmisericorde.
Jesús Magaña, miembro de Unidos por la Vida, lamentándose del oportunismo que está teniendo el lobby abortista con este hecho doloroso aclaró que “el riesgo de salud mental”, al que apelan los promotores del aborto, “es sumamente ambiguo y por ahí se están provocando muchos abortos y más que coladera se está convirtiendo en una gran compuerta abierta que está destruyendo a cientos de bebés por nacer ante la mirada indiferente del estado y la sociedad”.
Es hora de que los colombianos se pongan de pie y defiendan la vida de aquellos que no tienen voz.