COLOMBIA-. ( AGENCIALAVOZ ) Con su música el sacerdote Ricardo Alzate ha puesto a cantar temas de reguetón a los jóvenes de Bucaramanga que siguen sus mensajes.
Un religioso, que bajo su sotana viste ropa informal y toca la guitarra, recurrió a este pegajoso ritmo para cantarles a los jóvenes para que luchen por sus sueños.
Los muchachos dicen que les gusta la propuesta del sacerdote.
"No puedes ser un farsante en esta sociedad... no puedes vender tus sueños al que pague más... demuestra lo que tu quieres en serio lograr... solo tienes que dejar tu corazón vibrar".
Con estas letras tarareadas por decenas de jóvenes en Bucaramanga, el sacerdote redentorista Ricardo Alzate Quintero, de 27 años, le apostó al reguetón para llegar con mensajes positivos a los jóvenes a través de un ritmo que, paradójicamente, es criticado por sus frases frívolas y, en algunos casos, cargadas de morbo.
Hablar de reguetón con mensajes de vida parece una contradicción, pero la estrategia le ha funcionado a este sacerdorte, uno de los 200 religiosos redentoristas que hay en Colombia, una especie de clérigos itinerantes que recorren el país.
El músico, que también toca la guitarra, tiene claro que el lenguaje del reguetón comercial es agresivo y por eso decidió usar el ritmo pero componer sus propias canciones. A veces pasa y Qué viva la libertad son unas de las más pegajosas y forman parte de un disco compacto llamado Rompiendo Cadenas que grabó con 9 temas más y que incluye otros ritmos como merengue, bachata, rock, balada y ranchera.
Con todas esas canciones, recorre diferentes parroquias, colegios y comunidades. En ocasiones se desplaza a zonas rurales de Santander donde hace misiones hasta de 15 días en las que establece contactos con los jóvenes que se 'enganchan' con su música.
Sus letras hablan de ser auténticos, de no vender sus sueños y los invita a luchar por lo que son y a clamar por la liberación de los secuestrados.
"A nosotros nos encanta el reguetón y esta es una buena forma en que se nos presenta también el mensaje del evangelio" , dice el joven Carlos Alber Arcos.
A pesar de parecer osado, el padre siente que ha logrado su objetivo. "Lo que hice fue utilizar el atractivo de la música para que cuando el joven esté disfrutando el pegajoso ritmo reciba también un mensaje de vida", narra el particular compositor que combina la sotana con un bluyín y una moderna camisa negra.
Lo aclaman en conciertos
Para la producción del disco, el cura contó con la ayuda de artistas locales, que sin cobrarle un peso, lo apoyaron con el sonido de guitarras eléctricas y acústicas, congas, bajo, percusión, sintetizador, trompetas y violines.
Y hoy Rompiendo Cadenas es uno de los discos preferidos por los oyentes de la emisora Radio Católica, de Bucaramanga. Además, el sacerdote se ha presentado en conciertos en los municipios de Barichara, Charalá y El Socorro, donde es aclamado. Incluso muchos jóvenes compran su disco en la iglesia del Perpetuo Socorro, en el tradicional sector de La Puerta del Sol o en la librería Vida, de Bucaramanga, donde se consiguen. También los venden en la Basílica del señor de los Milagros, en Buga (Valle).
El cura Alzate nació en El Carmen de Viboral, oriente antioqueño, pero luego se trasladó al seminario de los redentoristas, en Piedecuesta, Santander.
Estando allí, grabó, en 2005, su primer disco Testigos de la Redención, dirigido a su comunidad religiosa. Y un año después sacó su segunda producción Canta y obra al Señor' dedicado a las familias.
Alba Castellanos, quien participó en los coros de las canciones dijo que "es impresionante cómo se recibe esta música no solo entre los jóvenes, también los adultos. Todos bailan, cantan y gozan con estas canciones", dice.
La cantante cuenta que interpretando las canciones del inquieto sacerdote, junto con los restantes ocho músicos, han hecho varias presentaciones en iglesias de Bucaramanga, Charalá, Barichara y Socorro. Próximamente viajarán a Cali, Medellín y Bogotá.
Aunque monseñor Juan Vicente Córdoba, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bucaramanga, no ha escuchado A veces pasa y Qué viva la libertad, avaló el producto porque, según él, "el ritmo ayuda mucho y no hay problema si la letra transmite valores y el evangelio".
"Esta música es una buena alternativa. Me llega porque soy joven y porque quiero cuestionarme para seguir nuevos horizontes", señala Willi Rojas, un estudiante.
Los muchachos dicen que les gusta la propuesta del sacerdote.
"No puedes ser un farsante en esta sociedad... no puedes vender tus sueños al que pague más... demuestra lo que tu quieres en serio lograr... solo tienes que dejar tu corazón vibrar".
Con estas letras tarareadas por decenas de jóvenes en Bucaramanga, el sacerdote redentorista Ricardo Alzate Quintero, de 27 años, le apostó al reguetón para llegar con mensajes positivos a los jóvenes a través de un ritmo que, paradójicamente, es criticado por sus frases frívolas y, en algunos casos, cargadas de morbo.
Hablar de reguetón con mensajes de vida parece una contradicción, pero la estrategia le ha funcionado a este sacerdorte, uno de los 200 religiosos redentoristas que hay en Colombia, una especie de clérigos itinerantes que recorren el país.
El músico, que también toca la guitarra, tiene claro que el lenguaje del reguetón comercial es agresivo y por eso decidió usar el ritmo pero componer sus propias canciones. A veces pasa y Qué viva la libertad son unas de las más pegajosas y forman parte de un disco compacto llamado Rompiendo Cadenas que grabó con 9 temas más y que incluye otros ritmos como merengue, bachata, rock, balada y ranchera.
Con todas esas canciones, recorre diferentes parroquias, colegios y comunidades. En ocasiones se desplaza a zonas rurales de Santander donde hace misiones hasta de 15 días en las que establece contactos con los jóvenes que se 'enganchan' con su música.
Sus letras hablan de ser auténticos, de no vender sus sueños y los invita a luchar por lo que son y a clamar por la liberación de los secuestrados.
"A nosotros nos encanta el reguetón y esta es una buena forma en que se nos presenta también el mensaje del evangelio" , dice el joven Carlos Alber Arcos.
A pesar de parecer osado, el padre siente que ha logrado su objetivo. "Lo que hice fue utilizar el atractivo de la música para que cuando el joven esté disfrutando el pegajoso ritmo reciba también un mensaje de vida", narra el particular compositor que combina la sotana con un bluyín y una moderna camisa negra.
Lo aclaman en conciertos
Para la producción del disco, el cura contó con la ayuda de artistas locales, que sin cobrarle un peso, lo apoyaron con el sonido de guitarras eléctricas y acústicas, congas, bajo, percusión, sintetizador, trompetas y violines.
Y hoy Rompiendo Cadenas es uno de los discos preferidos por los oyentes de la emisora Radio Católica, de Bucaramanga. Además, el sacerdote se ha presentado en conciertos en los municipios de Barichara, Charalá y El Socorro, donde es aclamado. Incluso muchos jóvenes compran su disco en la iglesia del Perpetuo Socorro, en el tradicional sector de La Puerta del Sol o en la librería Vida, de Bucaramanga, donde se consiguen. También los venden en la Basílica del señor de los Milagros, en Buga (Valle).
El cura Alzate nació en El Carmen de Viboral, oriente antioqueño, pero luego se trasladó al seminario de los redentoristas, en Piedecuesta, Santander.
Estando allí, grabó, en 2005, su primer disco Testigos de la Redención, dirigido a su comunidad religiosa. Y un año después sacó su segunda producción Canta y obra al Señor' dedicado a las familias.
Alba Castellanos, quien participó en los coros de las canciones dijo que "es impresionante cómo se recibe esta música no solo entre los jóvenes, también los adultos. Todos bailan, cantan y gozan con estas canciones", dice.
La cantante cuenta que interpretando las canciones del inquieto sacerdote, junto con los restantes ocho músicos, han hecho varias presentaciones en iglesias de Bucaramanga, Charalá, Barichara y Socorro. Próximamente viajarán a Cali, Medellín y Bogotá.
Aunque monseñor Juan Vicente Córdoba, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bucaramanga, no ha escuchado A veces pasa y Qué viva la libertad, avaló el producto porque, según él, "el ritmo ayuda mucho y no hay problema si la letra transmite valores y el evangelio".
"Esta música es una buena alternativa. Me llega porque soy joven y porque quiero cuestionarme para seguir nuevos horizontes", señala Willi Rojas, un estudiante.