ARGELIA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) El pastor metodista Hugh Johnes, de 74 años, lleva 45 años viviendo en Argelia, y está jubilado desde 2006, pero ahora deberá buscarse otro lugar para continuar su retiro. La policía le notificó el lunes en Argel que disponía de 15 días para abandonar el país."No me dieron ningún motivo -mi permiso de residencia había sido prorrogado hasta mayo-, pero me dijeron que podía interponer recurso ante la Seguridad Nacional, lo que hice", señala Johnes por teléfono desde Orán.
PERSECUCIÓN EN AUMENTO
Ali Khidri, un argelino cristiano responsable de la Sociedad Bíblica en Argelia, precisa que desde el 13 de septiembre de 2005 las autoridades argelinas "no han concedido una sola autorización para la importación de biblias ni de otros libros religiosos". Los cristianos tienen que obtener las biblias a través de cauces informales. La posesión de más de una biblia por persona puede ser considerada como un delito de intento de proselitismo. Señala Youssef Ourahman, un pastor evangélico de Orán que "bajo diversos pretextos a nosotros nos han cerrado siete iglesias en 2007". Este argelino se convirtió al cristianismo hace 30 años. Una ley aprobada hace dos años prohíbe cualquier culto no musulmán fuera de los edificios expresamente autorizados. Una semana después, un tribunal de Orán condenó a tres pastores evangélicos a tres años de cárcel y una multa individual de 500.000 dinares (5.200 euros) por blasfemar y quebrantar la fe musulma, dos delitos recogidos en la ley de 2006. Bouabdallah Ghamallah, el ministro de Asuntos Religiosos, insiste en sus intervenciones en que en Argelia "hay libertad de culto", pero justifica los veredictos. Los que montan iglesias clandestinas en garages, sótanos o casas particulares "caen en la ilegalidad", subrayó. "Desprecian la legislación y se colocan fuera de la ley". "Un extranjero que pide a un argelino que cambie de religión atenta contra su dignidad", sostuvo Ghamallah ante los micrófonos de la radio pública. "Tenemos la impresión de que asistimos a un renacimiento del proselitismo del siglo XIX", se lamentó. "Desde hace un tiempo, el proselitismo", denuncia, por su parte, el jeque Bouamran, presidente del Alto Consejo Islámico, "se ha convertido en un fenómeno más visible y cínico que antes de la independencia", cuando los padres blancos franceses recorrían el país. Por eso invitó públicamente a los servicios de seguridad a que tomen cartas en el asunto. Si la seguridad debe investigar es porque esos grupos tienen vínculos con Occidente. Los evangélicos "buscan constituir una minoría que dará un pretexto a las potencias extranjeras para inmiscuirse en los asuntos internos de Argelia", advirtió el ministro Ghamallah. El presidente del Consejo de los Ulemas (doctores de la ley islámica), Abderramán Chiban, confirmó la injerencia extranjera cuando narró, la semana pasada, su entrevista con un diplomático de EE UU que le preguntó por "la persecución de los cristianos". "Le respondí que los musulmanes sí que están siendo perseguidos por los cristianos en sus países", afirmó con aplomo.