lunes, 7 de abril de 2008

El veredicto final . . .


Por Asvell De León


EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) En un abrir y cerrar de ojos Susie falleció, con dos vidas dentro de ella. Todos sus deseos, sueños, y anhelos se desvanecieron y pasaron a ser historia nada más. Susie quizá nunca pensó en ello pues era muy joven para que le sucediera, 34 años apenas y una prometedora profesión universitaria, pero aún así, dejó de existir.


Algunos comentaban que la vida le había hecho una mala jugada, otros decían, fue su destino, así como el de los gemelitos que en su vientre se llevó. La verdad es que nadie lo sabe, pero como quiera que haya sido, su misión fue cumplida en esta tierra.


¿Por qué en la mayoría de los casos la gente buena se muere antes que la mala? preguntaba alguien con indignación. Es muy difícil responder a esa pregunta, pero me atrevería a decir que a la gente mala, Dios le da más tiempo para alcanzar misericordia y se arrepientan de sus pecados.
Lo cierto del caso es que a buenos y malos ese día llegará.


La Biblia nos habla algo acerca de lo que es la vida del hombre: “Toda carne es como la hierba, y toda gloria del hombre como la flor de la hierba, la hierba se seca y la flor se cae, más la palabra de Dios permanece para siempre” (1 Pedro 1:24-25).


También nos advierte que está establecido que los hombres mueran una vez y después el juicio (Hebreos 9:27).
Mucha gente hoy día actúa como si nunca fuera a dar cuentas a Dios de sus actos aquí en la tierra, algunos porque lo ignoran y otros simplemente porque no quieren saber nada al respecto.
He visto personas con una actitud que deja mucho que desear, queriendo ganarse el mundo, pero olvidando que de nada sirve porque pueden perder su alma.


Creo que una responsabilidad muy grande está sobre nuestros hombros a todos los llamados embajadores de Cristo, y es predicar y enseñar lo que la Biblia dice al respecto de nuestros actos aquí en la tierra, después de todo sólo estamos de paso, y al final de nuestros días, sean muchos o sean pocos, tendrémos que dar cuenta y seremos juzgados.

Como mortales que somos y sabiendo que nuestra meta es llegar a tener la vida eterna en Cristo, podemos cambiar nuestras actitudes si éstas no son muy favorables y dar un buen reporte a la hora del juicio, y la única forma de lograrlo, es teniendo una relación genuina con Dios y una vida dedicada a la lectura de la Biblia. Muy acertadamente Jesucristo lo declaró cuando dijo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Jn. 5:39).

En pocas palabras: Portese bien, sonría, ame a sus semejantes y tenga mucho cuidado con lo que hace, no importa si nadie lo ve, ¡sea íntegro!, recuerde que en aquel día cada uno de nosotros entregará cuentas y por su bien y el mío esforcémonos para que el veredicto final sea: “Bien hecho siervo fiel, pasa al gozo de tu Señor”.

 
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