Dr.James Dobson
EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) En sus intentos de legalizar el “matrimonio” entre dos personas del mismo sexo, los activistas homosexuales se han conformado temporalmente con algo que es como el matrimonio en todo excepto el nombre. “Parejas domesticas” o “uniones civiles” son una extensión de los beneficios para las parejas solteras (mayormente parejas del mismo sexo) en corporaciones y en las leyes.
En realidad, estas parejas son mejor definidas como sexo-asociados para recibir subvenciones.
Los consumidores y las personas que pagan impuestos son los que acaban subvencionando las relaciones sexuales de parejas solteras. Esto ocurre cuando compañías y gobiernos otorgan beneficios a empleados por ser parejas solteras asociadas. Al implementar dichos subsidios, las compañías y gobiernos indican que el matrimonio no es una institución que debe ser respetada y alentada, y indican que las parejas del mismo sexo o las parejas solteras heterosexuales son el equivalente moral de las parejas casadas. Los beneficios familiares tienen la intención de ayudar y alentar a las familias. Las “asociaciones domesticas” preparan el camino para que las personas homosexuales puedan adoptar niños.
¿Queremos salvar solamente el nombre del matrimonio, o queremos salvar la definición del matrimonio? Cuando compañías y gobiernos ofrecen subsidios a las sexo-asociaciones, estas organizaciones esta creando “matrimonios homosexuales.” Si es que camina como una vaca y muge como una vaca, es una vaca. Estos subsidios están a un pequeño paso de la legalización del “matrimonio” entre dos personas del mismo sexo.
El matrimonio y la familia deben ser la norma para dar beneficios. La compañía Mobil/Exxon, indicó que no quería estar involucrado en asuntos de convalidación de relaciones, y anunció que no daría beneficios de “asociaciones domesticas” a homosexuales. El conglomerado de Petróleo dijo que el matrimonio (de acuerdo a la definición tradicional) sería su norma para proveer beneficios a sus empleados.
En 1998, la compañía de Ross Perot (Perot Sytems, INC) canceló subsidios a parejas del mismo sexo por el gran costo que representa el añadir gente adicional a sus planillas de seguros y pensiones. Perot también dijo que la política a favor de parejas del mismo sexo era una discriminación en contra de las parejas solteras heterosexuales.
La Universidad de Pittsburg también decidió en contra de ofrecer subsidios para parejas del mismo sexo a empleados de la universidad porque esto costaría a dicha institución mas de $300,000 anualmente.
La mayoría de las compañías y lideres de empresas reconocen que el matrimonio es una institución que merece protección y aliento. Los activistas homosexuales indican que compañías como Mobil/Exxon han dejado la corriente dominante de los negocios con su decisión de ofrecer beneficios solamente a los cónyuges de empleados casados.
Estos activistas frecuentemente indican que 80 de las 500 compañías más grandes tienen esos beneficios. Una matemática simple revela que 80 de 500 compañías están muy lejos de la “corriente dominante”. Corriente dominante seria las más de 400 compañías que no ofrecen dichos subsidios.
Los beneficios obligados por el gobierno para las asociaciones de parejas sexuales solteras claramente violan la libertad de religión de muchos empleadores. El decirles a los empleadores que deben acomodar las practicas sexuales de empleados que ofenden sus creencias Cristianas, Judías o Musulmanas, constituye una violación de la libertad de conciencia. Beneficios obligados en esta área también sugieren que privilegios para personas que están inmersas en conducta homosexual son más importantes que las creencias religiosas de los dueños de negocios y dueños de acciones.
Los subsidios para las sexo-asociaciones se burlan de la idea de responsabilidad porque la mayoría de las leyes de las “asociaciones domesticas” autorizan una disolución fácil de la relación y registro de varios asociados (consecutivamente) cada año.
Los subsidios para las sexo-asociaciones ponen en riesgo los dólares destinados al cuidado de la salud de la compañía y del empleado. Al juntar un grupo de alto riesgo como los homosexuales con un grupo de bajo riesgo (parejas casadas), se tuercen los índices de seguros.
Los subsidios para las sexo-asociaciones extraen importantes recursos de capital de las compañías y dólares de impuestos del gobierno que podrían ser usado para crear oportunidades para empleos e inversiones. Estos subsidios también afectan negativamente los paquetes de beneficios y salarios de otros empleados.
De acuerdo a la Declaración de Independencia, todos los hombres han sido creados iguales; pero, no todas las conductas son iguales. Individuos no deben recibir protección legal especial y beneficios basados en sus deseos y conductas sexuales. La conducta homosexual no es un derecho civil. Es una conducta que se puede cambiar, como se puede ver en el cambio de miles de personas que han dejado la vida homosexual.
EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) En sus intentos de legalizar el “matrimonio” entre dos personas del mismo sexo, los activistas homosexuales se han conformado temporalmente con algo que es como el matrimonio en todo excepto el nombre. “Parejas domesticas” o “uniones civiles” son una extensión de los beneficios para las parejas solteras (mayormente parejas del mismo sexo) en corporaciones y en las leyes.
En realidad, estas parejas son mejor definidas como sexo-asociados para recibir subvenciones.
Los consumidores y las personas que pagan impuestos son los que acaban subvencionando las relaciones sexuales de parejas solteras. Esto ocurre cuando compañías y gobiernos otorgan beneficios a empleados por ser parejas solteras asociadas. Al implementar dichos subsidios, las compañías y gobiernos indican que el matrimonio no es una institución que debe ser respetada y alentada, y indican que las parejas del mismo sexo o las parejas solteras heterosexuales son el equivalente moral de las parejas casadas. Los beneficios familiares tienen la intención de ayudar y alentar a las familias. Las “asociaciones domesticas” preparan el camino para que las personas homosexuales puedan adoptar niños.
¿Queremos salvar solamente el nombre del matrimonio, o queremos salvar la definición del matrimonio? Cuando compañías y gobiernos ofrecen subsidios a las sexo-asociaciones, estas organizaciones esta creando “matrimonios homosexuales.” Si es que camina como una vaca y muge como una vaca, es una vaca. Estos subsidios están a un pequeño paso de la legalización del “matrimonio” entre dos personas del mismo sexo.
El matrimonio y la familia deben ser la norma para dar beneficios. La compañía Mobil/Exxon, indicó que no quería estar involucrado en asuntos de convalidación de relaciones, y anunció que no daría beneficios de “asociaciones domesticas” a homosexuales. El conglomerado de Petróleo dijo que el matrimonio (de acuerdo a la definición tradicional) sería su norma para proveer beneficios a sus empleados.
En 1998, la compañía de Ross Perot (Perot Sytems, INC) canceló subsidios a parejas del mismo sexo por el gran costo que representa el añadir gente adicional a sus planillas de seguros y pensiones. Perot también dijo que la política a favor de parejas del mismo sexo era una discriminación en contra de las parejas solteras heterosexuales.
La Universidad de Pittsburg también decidió en contra de ofrecer subsidios para parejas del mismo sexo a empleados de la universidad porque esto costaría a dicha institución mas de $300,000 anualmente.
La mayoría de las compañías y lideres de empresas reconocen que el matrimonio es una institución que merece protección y aliento. Los activistas homosexuales indican que compañías como Mobil/Exxon han dejado la corriente dominante de los negocios con su decisión de ofrecer beneficios solamente a los cónyuges de empleados casados.
Estos activistas frecuentemente indican que 80 de las 500 compañías más grandes tienen esos beneficios. Una matemática simple revela que 80 de 500 compañías están muy lejos de la “corriente dominante”. Corriente dominante seria las más de 400 compañías que no ofrecen dichos subsidios.
Los beneficios obligados por el gobierno para las asociaciones de parejas sexuales solteras claramente violan la libertad de religión de muchos empleadores. El decirles a los empleadores que deben acomodar las practicas sexuales de empleados que ofenden sus creencias Cristianas, Judías o Musulmanas, constituye una violación de la libertad de conciencia. Beneficios obligados en esta área también sugieren que privilegios para personas que están inmersas en conducta homosexual son más importantes que las creencias religiosas de los dueños de negocios y dueños de acciones.
Los subsidios para las sexo-asociaciones se burlan de la idea de responsabilidad porque la mayoría de las leyes de las “asociaciones domesticas” autorizan una disolución fácil de la relación y registro de varios asociados (consecutivamente) cada año.
Los subsidios para las sexo-asociaciones ponen en riesgo los dólares destinados al cuidado de la salud de la compañía y del empleado. Al juntar un grupo de alto riesgo como los homosexuales con un grupo de bajo riesgo (parejas casadas), se tuercen los índices de seguros.
Los subsidios para las sexo-asociaciones extraen importantes recursos de capital de las compañías y dólares de impuestos del gobierno que podrían ser usado para crear oportunidades para empleos e inversiones. Estos subsidios también afectan negativamente los paquetes de beneficios y salarios de otros empleados.
De acuerdo a la Declaración de Independencia, todos los hombres han sido creados iguales; pero, no todas las conductas son iguales. Individuos no deben recibir protección legal especial y beneficios basados en sus deseos y conductas sexuales. La conducta homosexual no es un derecho civil. Es una conducta que se puede cambiar, como se puede ver en el cambio de miles de personas que han dejado la vida homosexual.