PERU (AGENCIALAVOZ).- El Arzobispo de Arequipa (Perú), Mons. Javier del Río Alba, pidió que la ministra de Salud, Midori de Habich, que aprobó el protocolo de aborto terapéutico, debe ser destituida, y pidió al presidente de Perú, Ollanta Humala, que tenga un “comportamiento hidalgo” y escuche a los profesionales que se oponen a ese documento.
Entrevistado por el diario peruano La República, Mons. Javier del Río señaló que la aprobación del protocolo de aborto terapéutico es para Perú un error “tan grave que debe destituirse a la ministra, se ve que es una mujer incompetente para el cargo. Es una raya más al tigre de todas las incompetencias en Salud”.
“El presidente (Ollanta Humala) debe tener un comportamiento hidalgo, escuchando a los grupos de profesionales opuestos, no solo el eclesiástico. No pueden pretender que él siendo un militar, la ministra que no sé qué cosa es, de hecho que no es médica, puedan saber más que los médicos”.
El Prelado señaló que “ya es tiempo que los católicos se den cuenta que no podemos elegir gobernantes sin una correcta visión del ser humano. Les damos poder a gente que va contra el Perú. Esta gente en lugar de promover la vida, familia y los valores están llevando a la sociedad a una idolatría que al final ni a la misma sociedad les satisface”.
“La campaña del candidato Ollanta Humala presentaba una señora embarazada y el niñito preguntaba qué será de mi futuro. Ahí está la respuesta, el futuro hijito es que te vamos a matar impunemente”.
El Arzobispo de Arequipa calificó como una “gran mentira” que el aborto terapéutico haya sido legalizado hace 90 años, n 1924.
Mons. Del Río explicó que “la norma es el artículo 119 del Código Penal de 1924. Un código penal nunca da derechos ni legaliza actos, solo define lo que son delitos, cuáles son las penas aplicables y en qué casos se pude disminuir las condenas”.
“El Código Penal dice que el aborto es un delito. Lo tipifica claramente dependiendo de los casos. En el caso de que el aborto se haya producido por el médico con consentimiento de la madre con el único fin de salvar su vida, solo en este caso no se aplica la pena a esto se refiere el código, al efecto secundario no deseado, que es un aborto, pero se hace con un fin de vida cuando hay una enfermedad grave de por medio. A esto se refiere el código”.
El Arzobispo peruano criticó que se pretenda “aplicar esa norma 90 años después, cuando la ciencia ha avanzado mucho (para salvar al niño sin necesidad del aborto). En el Código Penal de Chile que es de 1934, cinco años después del nuestro, también tenía esta norma. Cuando se modifica en 1989 la quitan porque la ciencia médica permite salvar las vidas y ahora es el país con menos mortalidad materna y donde el aborto también está prohibido”.
“El gobierno se debe preocupar por la adecuada atención, está en una crisis enorme, sabemos muy bien que los hospitales se caen, la TBC (tuberculosis) aumenta. ¡Eso sí mata a la gente! Se preocupan por 10 o 20 casos al año (abortos que se aplicarían con la guía) cuando hay miles que mueren de otras cosas”.
El Prelado señaló que “hay que preguntarle a la ministra, ¿a qué se debe su interés? Aquí hay gato encerrado. No es posible descartar intereses económicos detrás. Con tanta corrupción, no me extrañaría”.
La causal número 11 del protocolo de aborto terapéutico, advirtió el Arzobispo de Arequipa, “dice que hay cualquier otra causa que el médico determine, si la junta le dice que no, la gestante tiene derecho a buscar a otra y a otra que le diga que sí. Los índices de corrupción son altos. No va resultar extraño que se creen clínicas dispuestas a que los médicos firmen actas diciendo que no había otra manera”.
“Hay una apertura al aborto indiscriminado, esto responde a una agenda internacional, se siguen los mismos pasos de otros países que tienen los mismos documentos que han sido financiados por organismos internacionales pro aborto, con empresas que lucran vendiendo todo lo que se necesita para esta práctica”.
Mons. Del Río criticó además que a pesar de que “el protocolo comienza diciendo que la finalidad es la protección de la madre gestante y del niño concebido; sin embargo, a partir de esa línea para adelante no se vuelve a mencionar al niño para nada, no se dice cómo se le puede proteger, es más ni siquiera le llaman niño, hablan de evacuación del contenido uterino, es una forma despectiva de referirse a un ser humano”.
“Además hablan de la posibilidad de asesinar a una criatura de hasta 22 semanas de gestación, cuando ahora la ciencia médica dice que hasta un bebé de 5 meses puede nacer por cesárea, ser puesto en una incubadora y seguir viviendo”, señaló.