Respecto del proyecto de ley que se discute en el Congreso, que legaliza el aborto terapéutico en tres causales, Nevenka se muestra completamente en contra, ya que considera que, en el caso de inviabilidad del feto por ejemplo, “con este proyecto se presume que todos los fetos inviables mueren, pero definitivamente no es así, porque son miles y miles los fetos inviables que no mueren y que tiene una calidad de vida aceptable y buena”.

Bajo su experiencia, cuando estos miles de niños nacen “podemos ver que son nuestros niños de la Teletón, que tienen hermosas historias de vida, que son unos seres entrañables que cuentan con el apoyo y con la historia de toda una familia detrás”.

Lo negativo desde su perspectiva es que este proyecto de ley pasa por un tema económico, ya que la rehabilitación de estos niños queda en manos de privados y el Estado no se hace cargo. “En lugar de invertir en aborto, debería invertirse en inyectar recursos al Hospital Calvo Mackenna, por ejemplo, o en rehabilitar a estos millones de niños que nacen diferentes, pero que tienen derecho a vivir, porque la experiencia nos dice que los médicos se equivocan. Una vez, un médico me preguntó que para qué quería a mi hijo si estos niños eran una planta cuando nacían”.



En relación a las otras causales, como son el aborto ante un embarazo producto de una violación o cuando esté en peligro la vida de la madre, la escritora señala que “es importante saber que en el caso de riesgo de vida para la madre está zanjado en la ley con un principio que se llama el Principio de Doble Efecto, que plantea que todo médico debe procurar siempre por la vida de la madre, por lo que si muere el niño no se considera aborto”, por lo que Nevenka argumenta que se ha utilizado como causal y se “le ha puesto dramatismo porque se supone que esta es una ley que reivindica a las mujeres y esto ha sido muy emblemático a la hora de sumar puntos y de subir en las encuestas, pero no debiera ser causal”.



En otra arista, respecto de las niñas violadas la escritora agrega que le “duele en el alma, porque también soy madre de niñitas. Pero hay que entender que en Chile también hay niños violados y el efecto no es embarazo, obviamente, y tampoco hay un efecto social porque no se genera el mismo impacto”. Sin embargo, agrega que esto es un “preservativo legislativo para los violadores”, porque esta ley “no persigue al violador, lo deja impune y como sabemos en nuestro país no hay pena de muerte. Entonces, el único que es sentenciado a muerte es la segunda víctima del violador, el feto inocente”.




 La visión de esta madre apunta a que el Estado debiera hacerse cargo de otras injusticias que se viven en nuestro país, como por ejemplo de la contaminación. “Miles de niños nacen al año con malformaciones congénitas producto de la contaminación, pero nadie castiga a las grandes industrias responsables de esto”.


En otro punto, en lo que se refiere al argumento que esgrimen diversas organizaciones sociales pro aborto sobre “el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos”, Nevenka es categórica: “las mujeres pueden decidir sobre su cuerpo y si no quieren tener hijos pueden utilizar preservativos o esterilizarse. El derecho uno lo tiene sobre el cuerpo, pero también hay responsabilidades, exceptuando obviamente a las mujeres violadas”.




Finalmente, esta madre espera que este proyecto de ley no prospere. “Espero que no se apruebe y que los recursos se inviertan directamente en recuperar a los niños y a sanar esas ‘taras’ de las que habla el proyecto, porque son muchos los aciertos que se hacen en los hospitales, pero sin recursos es muy difícil tener buenos resultados”, concluye Nevenka.