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EE.UU.-(AGENCIALAVOZ) El pasado miércoles la televisión vietnamita dio a conocer el caso de una mujer en la provincia de Hai Duong que llegó a abortar 18 veces porque su marido quería tener un hijo varón y siempre venían niñas.
Según informa Tanhnien News, la mujer, bajo identidad protegida, declaró que esa presión, unida a la pobreza, habían hecho muy dura su vida. Su marido es el hijo mayor en su familia, y en zonas rurales de Vietnam se mantiene la tradición de que sólo hereden los primogénitos varones. Al parecer, la mujer entró en una depresión tras el cuarto aborto y decidió continuar así hasta que el resultado fuese el deseado.
La práctica del aborto por selección de sexo está muy extendida en el país, donde un informe de septiembre sitúa la ratio de nacimientos en 120 niños por cada 100 niñas, proporción que llega al 150/100 en algunas zonas del norte, según el ministro de Salud, Nguyen Viet Tien.
El gobierno ha intentado prohibir a los médicos informar a los padres sobre el sexo de su hijo, pero, conscientes de la escasa eficacia de esa medida, han optado por intentar cambiar la mentalidad de los vietnamitas difundiendo historias como ésta.
La selección de sexo por razones culturales de preferencia del varón aboca a países como la India o China (agravada en este caso por la política de obligar a tener un solo hijo) a una catástrofe demográfica y social de magnitud aún inevaluable en sus consecuencias.
Los aborteros no quieren limitaciones
En Occidente es menos habitual, pero a pesar de retóricas declaraciones en contra, de facto es apoyada por los grupos feministas y abortistas. Así, la principal empresa abortista de Estados Unidos, Planned Parenthood, celebró la derrota de una iniciativa legislativa que pretendía prohibir el aborto por selección de sexo en Luisiana.
Lo está en ocho estados norteamericanos y en países como Australia, Canadá, Francia, Alemania, Corea del Sur o Reino Unido, a pesar de la incoherencia respecto a la doctrina que sustenta las legislaciones abortistas.
En efecto, si el aborto es un derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo, ¿cómo impedir el aborto por selección de sexo, aunque se esté convirtiendo en un auténtico feminicidio? Incluso con una ley de supuestos, ¿cómo impedir que la mujer alegue un peligro para su salud psíquica en tener una hija que su marido rechaza? Un artículo de 2011 en Forbes destacaba que el 89% de las mujeres inmigrantes de origen asiático que quedan embarazadas abortan si el embrión es niña, y alegan el temar al divorcio y a la violencia física.
Según informa Tanhnien News, la mujer, bajo identidad protegida, declaró que esa presión, unida a la pobreza, habían hecho muy dura su vida. Su marido es el hijo mayor en su familia, y en zonas rurales de Vietnam se mantiene la tradición de que sólo hereden los primogénitos varones. Al parecer, la mujer entró en una depresión tras el cuarto aborto y decidió continuar así hasta que el resultado fuese el deseado.
La práctica del aborto por selección de sexo está muy extendida en el país, donde un informe de septiembre sitúa la ratio de nacimientos en 120 niños por cada 100 niñas, proporción que llega al 150/100 en algunas zonas del norte, según el ministro de Salud, Nguyen Viet Tien.
El gobierno ha intentado prohibir a los médicos informar a los padres sobre el sexo de su hijo, pero, conscientes de la escasa eficacia de esa medida, han optado por intentar cambiar la mentalidad de los vietnamitas difundiendo historias como ésta.
La selección de sexo por razones culturales de preferencia del varón aboca a países como la India o China (agravada en este caso por la política de obligar a tener un solo hijo) a una catástrofe demográfica y social de magnitud aún inevaluable en sus consecuencias.
Los aborteros no quieren limitaciones
En Occidente es menos habitual, pero a pesar de retóricas declaraciones en contra, de facto es apoyada por los grupos feministas y abortistas. Así, la principal empresa abortista de Estados Unidos, Planned Parenthood, celebró la derrota de una iniciativa legislativa que pretendía prohibir el aborto por selección de sexo en Luisiana.
Lo está en ocho estados norteamericanos y en países como Australia, Canadá, Francia, Alemania, Corea del Sur o Reino Unido, a pesar de la incoherencia respecto a la doctrina que sustenta las legislaciones abortistas.
En efecto, si el aborto es un derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo, ¿cómo impedir el aborto por selección de sexo, aunque se esté convirtiendo en un auténtico feminicidio? Incluso con una ley de supuestos, ¿cómo impedir que la mujer alegue un peligro para su salud psíquica en tener una hija que su marido rechaza? Un artículo de 2011 en Forbes destacaba que el 89% de las mujeres inmigrantes de origen asiático que quedan embarazadas abortan si el embrión es niña, y alegan el temar al divorcio y a la violencia física.
